Sólo 15% de los niños con disforia de género durante la niñez y adolescencia persisten durante la pubertad”.

Humberto Soriano

Sociedad de Pediatría

En Holanda, desde 2014 se permite hacer el cambio de género y nombre legal a

los 16 años”.

Carolina Mendoza

Endocrinóloga UC Christus

Se pueden producir errores con consecuencias que pueden ser irreversibles”.

Carmen Gloria Aylwin

Sociedad de Endocrinología

Si un paciente se trata a los 16 o a los 18 años, llegará atrasado a los cambios corporales”.

Enzo Devoto

Endocrinólogo

Dividida está la comunidad médica en torno a que menores de edad —de entre 14 y 18 años— puedan rectificar su sexo y nombre en su partida de nacimiento, uno de los temas polémicos que debe abordar el proyecto de ley de Identidad de Género que hoy comenzará a ser debatido en el Congreso. Mientras algunos profesionales prefieren incluir sólo a mayores de edad en la legislación, otros aseguran que se logran mejores resultados si se inician los tratamientos hormonales y sicológicos en la pubertad.

“A los 5 o 6 años, los niños no saben si son o no transgénero. Sólo 15% de los niños que presentan disforia de género en la niñez y adolescencia persisten con la incongruencia durante la pubertad, confirmándose su condición de persona trans”, dice el presidente de la Sociedad Chilena de Pediatría, Humberto Soriano. Por eso no es partidario de incluir a menores en la ley.

Justamente, éste es uno de los argumentos de la senadora Van Rysselberghe, para oponerse a la medida. “La evidencia internacional indica que cerca del 80% de las disforias de género que se producen en la niñez y la adolescencia tienden a resolverse espontáneamente después”, dijo la semana pasada.

Sin embargo, la experta en endocrinología pediátrica de la Red de Salud UC Christus, Carolina Mendoza, advierte que, “desde el punto de vista metodológico, esos estudios están mal hechos porque los criterios con los cuales se incluyeron a los pacientes eran muy amplios. Por ejemplo, si a un niño le gustaba jugar con muñecas, lo clasificaban como transgénero, y eso no es necesariamente así”.

La directora de la Sociedad Chilena de Endocrinología, Carmen Gloria Aylwin, dice que en la más reciente Guía de Tratamiento de la Disforia de Género de la Endocrine Society —publicada en noviembre de 2017— se señala que, “con el actual conocimiento, no podemos predecir el resultado psicosexual para ningún niño en particular”, por lo que ella llama “a no rectificar sexo ni nombre registral a niños o niñas, especialmente si son menores de 14 años. De otra forma se pueden producir errores con consecuencias que pueden ser irreversibles”.

¿Esperar la madurez?

Pero no todos los médicos comparten esta tesis. Uno de los especialistas con más experiencia en tratamientos hormonales de personas trans —trabaja desde los 70 en el tema— es el endocrinólogo Enzo Devoto. Aunque no está de acuerdo con el cambio de sexo registral en menores de 14 años, recomienda tratar a los pacientes lo más precozmente posible. “Cuando alguien ya inició la pubertad y está haciendo una disforia de género o manifiesta claramente que no quiere seguir desarrollándose, le ofreces frenar la pubertad para retrasar la aparición de caracteres sexuales secundarios”, dice. Más tarde, viene una segunda etapa: “Consiste en darle testosterona al trans masculino y estrógenos al trans femenino. Si un paciente se trata a los 18 años, vas a llegar atrasado a los cambios corporales. Tuviste a una persona sufriendo todos esos años y ahí puede desarrollar enfermedades psiquiátricas asociadas a su disforia”.

La endocrinóloga pediátrica Carolina Mendoza agrega “que si uno dice que el cambio registral no se puede hacer antes de los 18 años, se está obligando a una persona que puede que sea transgénero a utilizar un nombre o un género que no corresponde. Y sabemos que eso sí produce un impacto negativo en su salud mental y calidad de vida”.

La doctora —quien hace dos semanas participó en un congreso en el tema organizado por la Endocrine Society en Chicago— cuenta que “en Holanda, que es el país que tiene más experiencia, desde el año 2014 se permite hacer el cambio de género y de nombre legal a los 16 años. Obviamente tiene que tener una evaluación previa”, dice.

Y recomienda que en Chile “deberíamos ser más flexibles y no negar que niños de 14 o 16 años con todas sus evaluaciones y confirmación de ser transgénero, tengan la posibilidad de un cambio de nombre”.

En lo que todos los especialistas coinciden es en que se debe trabajar sobre la base de diagnósticos psiquiátricos y psicológicos contundentes.

Devoto explica que lo primero que hay que hacer es realizar una entrevista psiquiátrica que establezca si eres transgénero o un paciente psiquiátrico. “En el caso de los niños y niñas, lo mejor es dejar que fluya lo que quieren ser, pero con debidas precauciones, como ropa intersex, que juegue a lo que quiera y adecuar los colegios y jardines”, dice.

Y Mendoza agrega que “lo que nosotros podamos hacer en cuanto a intervención farmacológica es un punto asociado; pero debe haber un asistente social, una psicóloga y un psiquiatra con experiencia en manejo de personas transgénero”.

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