Hombros tatuados, piercings, aros expansivos y cabelleras de colores complementan la tenida de gala de un grupo de jóvenes en el evento anual con que la empresa Touch premió a sus trabajadores más destacados la semana pasada. Se trata del emprendimiento que Roberto Ibáñez (34) y un grupo de amigos comenzaron hace 15 años, y que se sustenta en la formación de “captadores” (promotores) que ayudan a distintas marcas a mejorar sus ventas.

Con una larga lista de clientes, entre firmas de consumo, retail, banca y telecomunicaciones, hoy facturan unos US$ 20 millones anuales, y están presentes en Chile y Perú. Entre ambos países suman 150 colaboradores permanentes y unos 1.500 part time que trabajan los fines de semana.

“Generamos experiencias de consumo inolvidables y las transformamos en transacciones”, asegura Ibáñez, ingeniero comercial de la Universidad Adolfo Ibáñez, hijo del empresario Felipe Ibáñez Scott, quien junto a su hermano Nicolás eran dueños de la cadena D&S (Almac, Ekono, Lider), hoy Walmart.

El leitmotiv de Touch es la felicidad. “Con mis socios buscamos la felicidad de la gente que trabaja con nosotros, por eso sienten que la compañía es su lugar”, grafica.

—¿Cómo le inyectan felicidad a sus trabajadores?

—Uno trabaja con gente extrovertida e introvertida, y debes lograr que un introvertido se pare en un supermercado y logre acercarse a una persona y venderle un producto. Eso lo logramos a través de capacitaciones, que parten con cosas básicas, como el minuto de fama, que consiste en contarnos su vida en un minuto, para empezar a soltarse en público.

—¿Eso basta para que se suelten?

—Primero trabajamos con sus habilidades blandas, para que aprendan a relacionarse, incluso tienen clases de teatro con actores. Luego de eso los empoderamos con el producto. Una vez un captador (de clientes) le vendió comida de perro a una señora que no tenía perro, para que se la llevara al de su vecino. Logró entrar al inside del inside, eso es lo que buscamos.

—¿Qué tiene que ver esto con la felicidad personal de los captadores?

—En su vida personal nuestros captadores logran venderse mejor. Algunos antes no se atrevían ni a hablar con mujeres y ahora son galanes, con mucha más confianza en sí mismos. Nosotros los aleonamos.

Él sabe de dificultades y resiliencia. A los 27 años le diagnosticaron un extraño tipo de cáncer a la piel que debieron extirparle. Hoy vive el séptimo año de una ventana de once en que el melanoma podría volver. “Entre otras cosas, cambió mi visión empresarial. Entregar trabajo a más de 1.500 personas motivadas por ser felices a mí me llena, y está directamente relacionado con el crecimiento del país, el desarrollo de las personas y de las familias”, enfatiza.

—¿Y tu propia felicidad?

—Tengo una esposa guapísima, María Paz, que me ha hecho muy feliz, a ella le debo todo lo que ahora soy. Una vez al año voy a Fiji a hacer kitesurf, y otra, a Panguipulli.

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Un currículum más humanista y menos burocracia para postular, son las principales razones por las que los chilenos prefieren ir a Londres, en Reino Unido, antes que a ciudades de Estados Unidos como Boston o Nueva York para realizar una maestría en Economía o Finanzas.

Según la Comisión Nacional de Investigación Científica (Conicyt), entre 2014 y 2017 se otorgaron 1.813 becas, 108 de ellas para maestrías en Economía o Finanzas. 63 becarios fueron hombres y 45 mujeres. Becas Chile no cubre MBA ni doctorados en estas materias.

De los becados, 58 optaron por una universidad en Reino Unido, 41 en Estados Unidos, 4 en Australia, 3 en Holanda y 1 en Suecia y España.

Cerca de la mitad de los becados optaron por la London School of Economics (LSE); 10 por la University College of London; 5 por la de Manchester; y 4 por el Imperial College London y la Universidad de Edimburgo. EE.UU., el segundo país más solicitado, tuvo 41 becarios, y en el top 10 de las universidades más cotizadas, se encuentran Columbia con 17, Harvard con 15, UCLA (3) y NYU (3). Australia sólo tiene a la Universidad de Melbourne (3).

Sobre las ventajas que motivan a elegir Londres por sobre Boston o Nueva York, para Catalina Ibacache, miembro de LSE Chile, son la amplia oferta académica y la proximidad con diversos centros de negocios de Europa.

Gabriela Albarrán, que estudió un master en King's College de Londres, destaca que los procesos de postulación en Reino Unido son más rápidos, ya que cuentan con una agencia que permite realizar los trámites de manera más expedita. Mientras que en EE.UU. hay que remitir la documentación a cada universidad, a la que se postula por separado.

Otro punto es el monto mensual que otorga Conicyt a los becarios: mientras en Reino Unido el monto es de US$1.816, en EE.UU. es de US$1.496.

“Mucha gente postula, pero se necesita buena formación, puntajes y recomendaciones para quedar”, dice Alfie Ulloa, presidente del Club de Harvard en Chile. Por su parte, Karen Poniachik, directora del Centro Global de Columbia en Latinoamérica, lo secunda y agrega que gracias a diversos convenios que mantienen, incluyendo a Conicyt, cada vez más chilenos postulan anualmente.

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