Admite que el nombramiento de Gerardo Varela como ministro de Educación no se lo esperaba: “Fue una sorpresa para todo el mundo, incluso para Varela. Nadie lo tenía en el radar”, dice Sylvia Eyzaguirre, la investigadora del Centro de Estudios Públicos (CEP) que formó parte del equipo que diseñó el programa de Educación de Sebastián Piñera.

Su nombre era parte de la lista de ministeriables “y claro que uno se genera expectativas porque has trabajado mucho en el programa, pero hay que ser honesto y no soy de la línea política más cercana al Presidente, que consideró que había otras personas mejores para el cargo que yo” dice con franqueza.

—¿Qué pasó contigo, con tus expectativas? Aún hay cargos por nombrar...

—No voy a entrar al gobierno. El Presidente optó por una posición política muy distinta a la mía. En ese contexto, creo que puedo aportar más desde el CEP.

—¿Por qué esa convicción?

—Porque mi capacidad de influir sería considerablemente menor y como tengo una hija pequeña, me cuesta tomar esa decisión. En el gobierno tiene que estar muy afiatada la línea política, y cuando hay diferencias importantes, perjudica al final la gestión misma del gobierno. En ese sentido, me siento bastante distante de las personas que nombró (ministro y subsecretario), entonces creo que no voy a ser de tanta utilidad en el gobierno. Puedo servir más al país desde el CEP y tratando de ayudar a articular un centro político con Ciudadanos.

—¿Va a incursionar en política?

—No estoy hablando de partido político ni nada de eso, pero están los viudos de Lagos, muchas personas que se salieron del PPD que están desilusionados, gente de la Democracia Cristiana e incluso del Partido Socialista que cree en un proyecto político como una socialdemocracia liberal donde lo económico sí importa, donde hoy día la izquierda no es una respuesta y la derecha tampoco. Creo que hay un espacio para crecer políticamente que yo le llamo «centro político liberal». Quiero colaborar en eso. ¿Cuál va a ser la forma que va adquirir?, ¿el nombre que se va a dar? No sé.

El encuentro del 19

Eyzaguirre es parte del comité político de Ciudadanos. Cuenta que el 19 de marzo tendrán un encuentro donde van a reflexionar si existe ese centro, qué es y qué propone. “Va a estar Andrés Velasco, Mariana Aylwin y Ricardo Lagos Weber. Hay un grupo importante de personas que les importa construir un centro liberal. Yo hace cuatro años entré a Fuerza Pública, donde trabajé con Brunner y la Mariana (Aylwin), y mi contacto con ellos sigue. Siempre me ha interesado tratar de armar un referente en el cual me sienta identificada, porque no me identifico ni con los partidos de derecha ni con los de izquierda. Más bien he sido una huérfana política. Y este es un proyecto valioso, hay personas que no tienen domicilio político que se podrían identificar aquí.

—El mapa político cambió. ¿Hay espacio para este «centro liberal»?

—Creo que están las condiciones. Veo a una izquierda absolutamente desarticulada, que se ha izquierdizado más dejando muchos huérfanos políticos en el camino. Y una derecha liberal incipiente con Evópoli, pero que tiene muy poca presencia en el nuevo gobierno. Hay un espacio allí que podemos articular.

—¿Y qué opina de la dupla Varela-Figueroa en Educación?

—Varela es súper inteligente, con una capacidad de trabajo enorme, muy bueno en gestión y con un pensamiento liberal. Raúl Figueroa (el subsecretario) sabe mucho de educación y con un pensamiento político similar al de Varela. Creo que habrá mucha sintonía entre ellos y eso es bueno, porque muchas veces el desgaste en el ministerio es más por roces internos que externos.

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Lo que viene

“La gratuidad es una bomba de tiempo”

A la hora de hablar de Educación, se apasiona. Y al preguntarle por los nudos urgentes de desatar en esa área, rápidamente dice “gratuidad”.

—La ley de gratuidad ha desfinanciado a las universidades, sobre todo las que hacen investigación, y que no son del Estado. Hoy se están viendo enfrentadas a una crisis económica importante que pone en riesgo su proyecto educativo. Por ejemplo la UDP ha tenido que despedir profesores, aumentar el número de alumnos por docente, disminuir las horas de investigación y ha reducido su presupuesto de extensión a un cuarto. Así, incluso, siguen con deuda.

Y advierte: “Si se continúa con la gratuidad en los mismos términos, vamos a tener un problema severo en octubre con universidades que se van a salir de la gratuidad, y eso va a generar un tema político con los estudiantes, o se pueden ir a la quiebra. El nuevo gobierno va a tener que trabajar ahora en nuevos aranceles de referencia más ajustados al costo real de la formación de los estudiantes. Es un tremendo problema porque si no hay mucha holgura financiera, vas a tener que sacrificar otras áreas.

—¿La gratuidad podría convertirse en una bomba del tiempo?

—La gratuidad es una bomba de tiempo, porque los rectores ya dicen que están en serios problemas. Incluso el rector Peña (UDP) ha dicho que si esto no cambia, el proyecto educativo de la UDP va a tener que cambiar. Hay varias universidades en ese camino: la Católica también tiene déficit, la Alberto Hurtado. Esto es un tremendo problema y lo que están esperando los rectores es que este nuevo gobierno lo solucione. Y esa solución pasa por más recursos.

—¿Hay prioridad para esto en el nuevo gobierno?

—Yo creo que ellos tienen clarísimo este conflicto. Tienen como prioridad la inversión en primera infancia y educación técnico-profesional, pero no puedes permitir que cinco, seis o siete universidades que lo han hecho bien y que están formando un número importante de alumnos, quiebre por una mala política pública. Es un problema grave que cada año se agrava más porque la deuda crece. Hay que abordarlo inmediatamente.

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