Controladores chilenos y mexicanos están detrás de la propiedad de la empresa farmacéutica Redsana, investigada por la Fiscalía Metropolitana Oriente y la Brigada de Homicidios de la PDI tras elaborar las fórmulas parenterales que fueron administradas a los dos bebes prematuros que murieron en la Clínica Alemana, el 14 y 15 de febrero. Se investiga si la solución estaba contaminada con una bacteria (enterobacter).

Redsana es el laboratorio clínico de Oncovida, la red oncológica más grande del país, con más de 50 prestadores para patologías de este tipo que tienen cobertura del Plan Auge para las grandes isapres.

Tanto el laboratorio como esta red de atención médica son parte de la Sociedad Comercial Farmacéutica (Socofar), que controla además la totalidad de Farmacias Cruz Verde, la tienda de perfumería y belleza Maicao y el laboratorio Mintlab.

Socofar es una empresa familiar de sociedad anónima, cuyo directorio es presidido por Guillermo Harding Alvarado e integrado por su hijo, Guillermo Harding Delgado.

Su origen se remonta a los años 80, cuando el químico farmacéutico Guillermo Harding Estay creó el 2 de enero de 1984 el primer local de la cadena de Farmacias Cruz Verde en Viña del Mar, a la que se sumaron otras cinco sucursales en los siguientes ocho meses.

Hace 3 años, en 2015, el grupo decidió vender el 60% de todo al holding Fomento Económico Mexicano (Femsa).

Hoy, Socofar tiene 643 locales de farmacias Cruz Verde, 154 tiendas Maicao, el laboratorio Mintlab, Oncovida y su laboratorio Redsana, que sólo vende productos a centros asistenciales privados y públicos, según información corporativa del grupo.