Hace casi treinta años, el Pinatubo, un volcán en Filipinas, estalló a lo grande: arrojó a la atmósfera más de cuatro kilómetros cúbicos de roca y ceniza y 20 millones de toneladas de dióxido de azufre. Ese gas se esparció por todo el mundo y se combinó con vapor de agua para formar aerosoles: gotitas diminutas que reflejaron una parte de la luz solar hacia fuera de la Tierra. Como resultado, durante varios años, el promedio de la temperatura a nivel mundial disminuyó alrededor de 0,5 grados Celsius.

Las erupciones volcánicas poderosas como la del Pinatubo en 1991 llegan a tener una influencia natural importantísima en el clima. Por lo tanto, investigadores de la NASA y otros científicos están planeando un programa de respuesta rápida para estudiar la siguiente gran erupción.

Y es que el impacto que tiene en el clima una erupción de la magnitud de la del Pinatubo también es una analogía natural de una idea que ha existido en los límites de la ciencia durante años: la geoingeniería, o el intervenir en la atmósfera para enfriar el planeta de forma deliberada.

Una estrategia de geoingeniería utilizaría jets que, desde una gran altura, rociarían en la estratósfera químicos similares a los expulsados por el volcán. Así que, con el estudio de la siguiente gran erupción volcánica, los científicos también conocerían de mejor manera cómo podría funcionar un plan de ese tipo, al cual se conoce como gestión de la radiación solar (SRM, por su sigla en inglés).

“Esto es importante si alguna vez vamos a utilizar la geoingeniería”, afirmó Alan Robock, investigador de la Universidad Rutgers, quien modela los efectos de las erupciones y ha estado involucrado en las discusiones sobre el proyecto de respuesta rápida. “Pero, aun si no existiera algo parecido a la geoingeniería, sigue siendo importante comprender la forma en que los volcanes afectan el clima”.

La iniciativa de respuesta rápida involucraría la presencia de globos a gran altura y otros métodos que tendrían como objetivo reunir datos sobre una erupción lo más rápido posible después de que esta empezara y durante los años posteriores.

La idea se ha vuelto un poco urgente, pues el monte Agung, un volcán ubicado en Bali, comenzó a hacer erupción a finales de noviembre.

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