José Miguel Viu (51), gerente general de la viña Viu Manent, mira sorprendido una enorme coliflor rostizada en medio del imponente mesón de mármol del club gourmet Millesime (Alonso de Córdova 3788). Mientras toma una copa de carmenere (de una viña emergente), advierte lo “alucinante y singular” del plato. Almorzando junto a él están socios del club privado inaugurado en enero: los españoles Sandra Reig (gerenta general de Millesime), Manuel Quintanero (presidente y fundador de Millesime), la periodista Carola Zúñiga (Zeta Comunicaciones) y el ingeniero comercial Rodrigo Grau (presidente de EuroAmerica Corredores de Bolsa). Ellos, además de Gabriela Luksic (Petra) y el abogado Michael Timmermann (Latin American Power), son otros socios capitalistas de este espacio culinario de mil metros cuadrados, con limitado número de membresías por un año, cuyo monto de inversión en Chile mantienen en reserva.

El tono bronceado de José Miguel delata el sol de Colchagua en sus recorridos en terreno por la viña Viu, propiedad de su familia desde hace 82 años. Allá vive con sus hijos José Miguel (22), Vicente (10), Martín (8) y su señora Macarena Hojas. “Soy de campo, conectado con la tierra, y también ligado a restaurantes y chefs; en Millesime me siento como en el living de mi casa”, dice.

Ingeniero agrónomo de la Universidad Austral (egresó el año 91) y ex alumno del colegio Saint Gabriel´s, cuando su padre (Miguel Viu) murió en el año 2000, él tomó el mando de la viña que estaba dirigida al consumo masivo y que hoy exporta el 80 por ciento de su producción a 45 países. “En los 90, comenzó una efervescencia por exportar vinos de alta gama. En 1993 lanzamos el primer malbec chileno, nuestra cepa emblemática”, cuenta sobre Viu Manent escogida “Viña del año” (por la Asociación Gremial de Vinos de Chile en 2017) con 35 mil visitas al año.

José Miguel fundó la ruta del vino en Colchagua en 1995, fue su director por 20 años y es presidente del Consejo Directivo de Enoturismo Chile. “En 2019 esperamos poner la primera piedra de un hotel en la viña”, comenta.

“De guata”

Viu se sumó como socio capitalista a Millesime (fundado en México y con sede en España) invitado por su amigo Rodrigo Grau en mayo del año pasado. “Me metí de guata al club, vengo del vino y me interesaba esa mezcla con un centro de alta gastronomía en Chile”, dice.

La gerenta general de Millesime, Sandra Reig, asegura que “no es excesivamente caro, para entrar debes ser presentado por un socio y pasar por un comité de selección, no es el precio lo que permite entrar o no. El comité de admisión ayuda a mantener un perfil de socio homogéneo con intereses sociales y culturales comunes”. Contarán con un máximo de 400 socios personales, 80 corporativos y 100 socios fundadores capitalistas.

El espacio culinario tiene dos salones privados (para diez personas cada uno), y El Templo, un restaurante exclusivo para sus socios, además de otro restaurante abierto al público y un teatro. “Es una comida sabrosa sin efectos, con bagaje entre España, México y América Latina”, explica Viu.

—Gabriela Luksic en revista Capital (enero) dijo que “se ha corrido la voz” sobre este club, mientras Carola Zúñiga contó a esta revista que entre sus filas hay escritores, políticos, empresarios.

—No es un club de millonarios, el socio es gente que valora comer bien de la A la Z. Tienen entre 35 y 60 años, son inquietos y han viajado harto. Yo, por ejemplo, valoro este nuevo concepto gastronómico, y también soy de comida casera, de porotos, humitas, no almuerzo en el Boragó todos los días.

—Posicionar los vinos de alta gama de la Viña Viu podría verse como una de las razones para ser socio capitalista de Millesime: el vino más costoso de la viña Viu 1 (100 mil en Millesime) estará en la carta…

—La viña Viu tiene una altura suficiente para llegar acá, independiente si soy o no socio. Me daría mucho pudor que por ser socio la viña tuviera privilegios. Una carta dominada por una viña es un despropósito. No tengo un family office que busque negocios; somos contadas las familias que viven del vino en Chile sin otros negocios.

—Que estuviera Gabriela Luksic, por su patrimonio, pudo ayudar a que Ud. se sumara.

—Supe que ella era socia cuando ya me había comprometido con el proyecto. No la conocía, pero que ella entrara me dio confianza, le daba solidez, no sólo por sus importantes redes, sino porque su equipo tuvo que haber estudiado el tema. No creo que Gabriela ande poniendo fichas en todas partes sin hacer evaluaciones.

—¿Por qué cree que un concepto de alta gama gastronómica podría tener éxito en Chile?

—Las cartas de vino hace quince años eran un desastre. Chile partió con esta evolución gastronómica hace 30 años dando pequeños pasos y Millesime viene a aportar con su granito de arena.

José Miguel Viu (51), gerente general de la viña Viu Manent, mira sorprendido una enorme coliflor rostizada en medio del imponente mesón de mármol del club gourmet Millesime (Alonso de Córdova 3788). Mientras toma una copa de carmenere (de una viña emergente), advierte lo “alucinante y singular” del plato. Almorzando junto a él están socios del club privado inaugurado en enero: los españoles Sandra Reig (gerenta general de Millesime), Manuel Quintanero (presidente y fundador de Millesime), la periodista Carola Zúñiga (Zeta Comunicaciones) y el ingeniero comercial Rodrigo Grau (presidente de EuroAmerica Corredores de Bolsa). Ellos, además de Gabriela Luksic (Petra) y el abogado Michael Timmermann (Latin American Power), son otros socios capitalistas de este espacio culinario de mil metros cuadrados, con limitado número de membresías por un año, cuyo monto de inversión en Chile mantienen en reserva.

El tono bronceado de José Miguel delata el sol de Colchagua en sus recorridos en terreno por la viña Viu, propiedad de su familia desde hace 82 años. Allá vive con sus hijos José Miguel (22), Vicente (10), Martín (8) y su señora Macarena Hojas. “Soy de campo, conectado con la tierra, y también ligado a restaurantes y chefs; en Millesime me siento como en el living de mi casa”, dice.

Ingeniero agrónomo de la Universidad Austral (egresó el año 91) y ex alumno del colegio Saint Gabriel´s, cuando su padre (Miguel Viu) murió en el año 2000, él tomó el mando de la viña que estaba dirigida al consumo masivo y que hoy exporta el 80 por ciento de su producción a 45 países. “En los 90, comenzó una efervescencia por exportar vinos de alta gama. En 1993 lanzamos el primer malbec chileno, nuestra cepa emblemática”, cuenta sobre Viu Manent escogida “Viña del año” (por la Asociación Gremial de Vinos de Chile en 2017) con 35 mil visitas al año.

José Miguel fundó la ruta del vino en Colchagua en 1995, fue su director por 20 años y es presidente del Consejo Directivo de Enoturismo Chile. “En 2019 esperamos poner la primera piedra de un hotel en la viña”, comenta.

“De guata”

Viu se sumó como socio capitalista a Millesime (fundado en México y con sede en España) invitado por su amigo Rodrigo Grau en mayo del año pasado. “Me metí de guata al club, vengo del vino y me interesaba esa mezcla con un centro de alta gastronomía en Chile”, dice.

La gerenta general de Millesime, Sandra Reig, asegura que “no es excesivamente caro, para entrar debes ser presentado por un socio y pasar por un comité de selección, no es el precio lo que permite entrar o no. El comité de admisión ayuda a mantener un perfil de socio homogéneo con intereses sociales y culturales comunes”. Contarán con un máximo de 400 socios personales, 80 corporativos y 100 socios fundadores capitalistas.

El espacio culinario tiene dos salones privados (para diez personas cada uno), y El Templo, un restaurante exclusivo para sus socios, además de otro restaurante abierto al público y un teatro. “Es una comida sabrosa sin efectos, con bagaje entre España, México y América Latina”, explica Viu.

—Gabriela Luksic en revista Capital (enero) dijo que “se ha corrido la voz” sobre este club, mientras Carola Zúñiga contó a esta revista que entre sus filas hay escritores, políticos, empresarios.

—No es un club de millonarios, el socio es gente que valora comer bien de la A la Z. Tienen entre 35 y 60 años, son inquietos y han viajado harto. Yo, por ejemplo, valoro este nuevo concepto gastronómico, y también soy de comida casera, de porotos, humitas, no almuerzo en el Boragó todos los días.

—Posicionar los vinos de alta gama de la Viña Viu podría verse como una de las razones para ser socio capitalista de Millesime: el vino más costoso de la viña Viu 1 (100 mil en Millesime) estará en la carta…

—La viña Viu tiene una altura suficiente para llegar acá, independiente si soy o no socio. Me daría mucho pudor que por ser socio la viña tuviera privilegios. Una carta dominada por una viña es un despropósito. No tengo un family office que busque negocios; somos contadas las familias que viven del vino en Chile sin otros negocios.

—Que estuviera Gabriela Luksic, por su patrimonio, pudo ayudar a que Ud. se sumara.

—Supe que ella era socia cuando ya me había comprometido con el proyecto. No la conocía, pero que ella entrara me dio confianza, le daba solidez, no sólo por sus importantes redes, sino porque su equipo tuvo que haber estudiado el tema. No creo que Gabriela ande poniendo fichas en todas partes sin hacer evaluaciones.

—¿Por qué cree que un concepto de alta gama gastronómica podría tener éxito en Chile?

—Las cartas de vino hace quince años eran un desastre. Chile partió con esta evolución gastronómica hace 30 años dando pequeños pasos y Millesime viene a aportar con su granito de arena.

LEER MÁS
 
Ver Más Publicidad