Una semana después de una impresentable conferencia de prensa donde insultó a un grupo de periodistas que cubrían la Copa Davis, Marcelo Ríos decidió disculparse.

En una carta enviada hoy a El Mercurio, el ex número uno dijo que “he tenido tiempo de recapacitar” y reconoció que se equivocó.

Tras recordar lo mal que lo pasó en sus años de tenista, sobre todo por lo que define como un “constante acoso de los medios de comunicación y sus falsedades que solo buscaban vender noticias sensacionalistas”, Ríos añadió:

“El primer error lo cometí cuando metí a todos los periodistas en una sola bolsa y opiné mal de ellos en general. Cuando me llamó Pedro Carcuro y me cobró sentimientos, me di cuenta de que había muchos buenos profesionales en ese medio y que había sido injusto. El segundo error se produjo la semana pasada, cuando me preguntaron algo relacionado con la disputa de Copa Davis y yo contesté una grosería, creyendo que imitar a Maradona resultaría gracioso. Grave error. No era la oportunidad y no estaba siendo atacado como comúnmente ocurre. He tenido tiempo de recapacitar que con mis dichos ofendí a personas que cumplen una labor profesional dignamente y de paso también afecté a sus familiares, amigos y tal vez a estudiantes y profesores de periodismo. Y todo ello porque guardo rencor con solo un puñado de malos profesionales que me han causado daño durante muchos años. Lo cortés no quita lo valiente: pido públicamente perdón a todas aquellas personas a las que indebidamente pude llegar a causar alguna ofensa”.

Carcuro no se dio por aludido

Aunque fue aludido directamente en la misiva, consultado por La Segunda Pedro Carcuro prefirió no hacer comentarios.

Sin embargo, a primera hora sí participó en el debate en Radio Agricultura. El mismo leyó la carta, aunque sin mencionar el párrafo donde fue mencionado. Su colega Patricio Yáñez disparó sin anestesia: “Alguien le hizo la carta, no es el pensamiento de Marcelo Ríos, claramente. La firma él, pero no es su pensamiento (...) que pida disculpas, que haya agredido a profesores, a alumnos. No es la génesis, no es Marcelo Ríos, le tienen que haber dicho el abogado o el papá, que está encima de los temas: «Sabís que metiste la pata hasta el fondo y tienes que sacar un comunicado». Creo que esto no representa fielmente lo que es Marcelo Ríos. Esa carta no la compro”.

Carcuro replicó: “Esto no es algo excluyente de los periodistas deportivos, no se olviden cuando Marcelo Ríos participó con alguna opinión e incluso con una encuesta que realizó durante las pasadas elecciones presidenciales. Se transformó en un tema político en Chile. Tampoco nos transformemos nosotros en los portadores de una mochila como los únicos responsables de hacer crecer este fenómeno público, que ha sido desde que apareció desde hace cuántos años, porque ya a los 14 era un protagonista”.

Según fuentes consultadas por La Segunda, la redactora de la carta habría sido la esposa del ex jugador, Paula Pavic, relacionadora pública de profesión y que hoy se encuentra en Estados Unidos.

“No estoy de acuerdo con que el Gobierno lo apoye”

“Por el estilo y método usado, huele a una asesoría de una empresa de comunicaciones”, señala Danilo Díaz, presidente del Círculo de Periodistas Deportivos, que tras el exabrupto emitió una denuncia formal contra Ríos ante la Federación Internacional de Tenis (ITF).

“Una carta no modifica más de 20 años de vida pública. El desprecia a los periodistas, al periodismo y a todos quienes no estén a su servicio o sus designios. El tiempo dirá si sus actitudes y conductas cambian con los periodistas y los medios”, agrega.

Soledad Bacarreza, quien relató y comentó todas las grandes campañas de Ríos en los 90, declara: “Es un buen intento para lavarle la imagen y justificar el mantenerlo dentro del equipo de Copa Davis”, comenta. “Pero nuevamente utiliza a la prensa, esta vez escrita, para lograr un beneficio personal. Por mi parte dejé de creerle a Marcelo Ríos hace años. No estoy de acuerdo en mantenerlo en el equipo, ni en que el Gobierno lo apoye en el partido de exhibición. Una carta tardía no basta”.

Mónica Rincón: “Impecable su disculpa”

El periodista y comentarista Felipe Bianchi, uno de los más críticos con los dichos de Ríos, analiza: “La verdad, me da lo mismo si escribió o no escribió él la carta. Al menos la tiene que haber visado. También me da lo mismo el objetivo, o si es completamente honesta. Pero me parece extremadamente importante el gesto”, señala. “En este país nos hemos acostumbrado a que nadie pida perdón. Nunca. Por nada. Por ende, hay que valorar cuando esto pasa. Es mejor que ocurra a que no pase nunca. Aunque sea una anécdota, es una buena anécdota”.

En ese sentido, añade: “Ya es demasiado larga la lista de gente que debiera haber ofrecido disculpas públicas por cosas bastante más graves y aún no lo hace: Los que están en Punta Peuco, los que avalaron la dictadura genocida, varios políticos y empresarios corruptos, los que asolaron la ANFP en la época de Jadue, las autoridades de la iglesia chilena que siguen lavándose las manos, los malandrines que complotaron contra Bielsa y Mayne-Nicholls, los imbéciles que rayan el metro y los edificios patrimoniales del centro, los que destruyen la ciudad para las marchas, el obispo Barros, los ideólogos de las sociedades zombie y las colusiones y tantos más podrían aprender algo de este capítulo. Por eso, como periodista, acepto completamente sus disculpas”.

Mónica Rincón opina: “Me parece impecable su disculpa y un gesto que, como todo reconocimiento de error, sólo engrandece. Y era importante tenerlo, porque había ofendido a profesionales que sólo hacen su trabajo y sin afán de atacarlo. Es destacable, además, que a diferencia de lo que vemos habitualmente Ríos no busca justificaciones. El sigue siendo un modelo para muchos y es importante que ellos vean que todos nos equivocamos y que reconocerlo y no repetir estas conductas es lo importante”.

Federación apelará la multa

Las declaraciones de Ríos trajeron consecuencia, pues la ITF sancionó al deportista con una multa de 2.500 dólares, la cual deberá pagar la Federación Chilena de Tenis.

Cristián Ramírez, interventor de la hoy acéfala Federación señala que “Marcelo me había manifestado la intención de hacer esto, pero sus disculpas fueron a título personal. Nosotros señalamos que lamentábamos la situación vivida con los periodistas. Esperemos que con esto se supere la polémica”.

Además, anunció que “este comunicado es favorable, ya que como Federación de Tenis se está estudiando la presentación de un recurso de apelación por la multa sufrida, tenemos 21 días para hacerlo, y esta carta nos da argumentos para rebajar la multa, que ojalá quede solo en una amonestación”.

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Twitter

Felipe Henríquez: “¿Marcelo Ríos pidió perdón?. Yo NO le creo. Su prepotencia ha sido así desde hace mucho tiempo con el gremio periodistas. Debemos recordar que en este último despotrique, fue ÉL quién llamó a la prensa para hablar de Copa Davis. Lo hizo a propósito. NO LE CREO”.

Cristian Leporati: “«Creí que imitar a Maradona sería gracioso» (“manejo” de crisis). Marcelo Ríos M.”.

José Antonio Neme: “A título estrictamente personal y como periodista valoro la carta de @MarceloRios75. En nuestro país pedir perdón y reconocer una falta no es fácil. Ese acto no borra el error pero humaniza a quien lo comete.

Leo Caprile: “Ahora a no pescarlo poh cabros!”.

Felipe Ovalle: “El Chino Ríos escribió (se supone que él) una carta a El Mercurio pidiendo disculpas públicas. Hasta ahora, en mi ranking mental, estoy creyéndole mas al ‘hacker' de Operación Huracán”.

Marco Silva: “Creyendo que imitar a Maradona sería gracioso... Qué ternura”.

Sebastián Fuentes: “Ahora que pidió perdón. Y si la prensa le responde igual como nos respondió a nosotros?”.

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Juan Andrés Piña, periodista y autor de “Diccionario del siútico”:

“Un buen tenista no tiene por qué manejar hábilmente una prosa”

“Es riesgoso aventurar presunciones respecto de si Chino Ríos es sincero o no en su fuero interno al enviar una carta de esta naturaleza, radicalmente distinta —en su forma y contenido— a sus tradicionales declaraciones respecto del periodismo chileno, donde habitualmente abundaron las descalificaciones y hasta las groserías. ¿Por qué dudar de un honesto arrepentimiento? ¿Por qué no creer que a los 43 años el hombre está alcanzando cierto nivel de madurez?

Sin embargo, como la constitución lingüística de este texto difiere absolutamente de su sostenido discurso anterior, no es descartable que su autor haya acatado consejos de personas que le hicieron ver su chapucero error. Tampoco nada hay de reprochable en ello. Al revés: se revela como alguien capaz de escuchar recomendaciones cuando son razonables. Tampoco es condenable si Ríos se hizo asesorar por personas entendidas en temas comunicacionales a la hora de escribir su texto: un buen tenista no tiene por qué manejar hábilmente una prosa bien construida, respetuosa, sincera y bien estructurada. Esa carta pública está ahí, modifica su brutal talante anterior y es firmada por él: creo que solo eso debe juzgarse y no alentar otras presunciones. Una expresión me llama la atención: ‘rencor', un término áspero que delata el íntimo desagrado y hasta amargura de quien se ha sentido afectado por las malas prácticas profesionales de cierto periodismo chileno”.

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