Las sociedades están obligadas a presentar un informe sobre los retiros de utilidades”

Trinidad Fernández

Fuensalida & Del Valle

Muchas empresas (...) venían determinando mal su capital propio por años”.

Cristián Bay-Schmith

Prieto Abogados

La información financiera y tributaria se está preparando casi en paralelo”.

Claudio Salcedo

Salcedo & Cia.

Las dificultades van más allá de la gran cantidad de declaraciones”

Carola Trucco

Barros & Errázuriz

Este año habrá una mayor cantidad de presentaciones fuera de plazo”

Juan Cristóbal Ortega

Baraona Fischer Spiess

Este año por primera vez los contribuyentes chilenos deberán declarar su impuesto a la renta ante el Servicio de Impuestos Internos con la reforma tributaria en régimen. Deberán hacer, entonces, una serie de declaraciones juradas dentro de plazos perentorios y calcular su base imponible con parámetros nuevos.

Cinco abogados tributaristas advirtieron que los más perjudicados con la posibilidad de cometer errores, por no comprender a cabalidad las nuevas normas, serán las pequeñas y medianas empresas (pymes). Coinciden en que los principales problemas serán la exigencia de declaraciones juradas previas a la de renta, nuevos parámetros para calcular la base tributable y poco tiempo para cumplir con las nuevas exigencias.

Muchas declaraciones previas

Según la abogada Carola Trucco, socia tributaria de Barros & Errázuriz, la primera dificultad que enfrentarán los contribuyentes, especialmente los más pequeños, es la gran cantidad de declaraciones que hay que presentar, algunas antes del 7 de marzo próximo, y otras antes del 15 de ese mismo mes.

La abogada Trinidad Fernández, de Fuensalida & Del Valle, da un ejemplo: “Desde este año, en el sistema semi-integrado, las sociedades están obligadas a presentar un informe sobre los retiros de utilidades o dividendos efectuados por sus socios o accionistas”.

Una nueva manera de calcular

Trucco también explica que, por un lado, los contribuyentes que están acogidos al sistema semiintegrado, deberán calcular su renta afecta a impuesto previa regularización del capital, lo que no debían hacer anteriormente al calcular el antiguo FUT (Fondo de Utilidades Tributables). Por otro lado, los contribuyentes que están acogidos al sistema de renta atribuida deberán determinar la distribución de las utilidades ya no según su participación en el capital de la sociedad, sino de común acuerdo de los socios, pero con parámetros justificables de mercado. “En una sociedad que presta servicios, por ejemplo, pueden acordar distribuir las utilidades anuales basados en el número de clientes de cada uno”, afirma.

Además, la determinación de la situación tributaria de los dividendos de los contribuyentes del sistema parcialmente integrado, a partir del capital propio, también resultará compleja, según plantea Cristián Bay-Schmith, de Prieto Abogados. “Muchas empresas han advertido que venían determinando mal su capital propio por años”, sostiene.

Contra el tiempo

Los contribuyentes también dispondrán de menos tiempo para hacer su declaración, según advierte Juan Cristóbal Ortega, socio de Baraona Fischer Spiess. “La necesidad de efectuar cálculos sobre datos del balance que se hace el 31 de diciembre, y comunicarlas al SII con anterioridad a la declaración de renta, no deja espacio de tiempo suficiente para procesar la información”, afirma, por lo que prevé que “este año habrá una mayor cantidad de presentaciones fuera de plazo y de rectificaciones posteriores”.

“El adelanto de fechas para enviar la información tributaria al SII implica en la práctica que la información financiera y tributaria se está preparando casi en paralelo para cumplir con los plazos”, dice Claudio Salcedo, de Salcedo y Cia.

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Ya se cumplen diez años del inicio del Programa de Atracción de Centros de Excelencia Internacional de Corfo, creado para apoyar el establecimiento de instituciones extranjeras de primer nivel dedicadas a la Investigación y Desarrollo (I+D) en Chile.

Frente a esto, la gerente de capacidades tecnológicas de Corfo, Marcela Angulo, recalcó que hay metas que no se han logrado cumplir, debido a que los empresarios chilenos no ven como una potencial inversión los grandes proyectos liderados por los 12 centros de excelencia internacional, dentro de los cuales destacan Fraunhofer Biotech, CSIRO, INRIA, CEMP (Pfizer), SMI-ICE, UC Davis, CEN Leitat y MERIC.

Para Angulo, el trabajo mutuo entre las empresas y los centros ha presentado dificultades, porque en el país, a diferencia de los de origen de estas instituciones, “las empresas no invierten en I+D”.

Con el pasar de los años esta situación ha ido cambiando, pero asegura que aún hay empresas que consideran a este tipo de inversión como una de alto riesgo.

“El carácter del empresario es normalmente el problema” manifiesta Angulo, ya que éste tiende a ser desconfiado y exige con rapidez la ganancia que eventualmente puede no resultar.

A pesar de esta situación, agrega que el programa sí ha ayudado a científicos nacionales del ecosistema de ciencia y tecnología a salir de su zona de confort y dejar la teoría y los papers de lado.

La experiencia alcanzada —“que con todos sus aliados se formen grupos de pares que hoy ya hablan el mismo lenguaje”— ha conseguido generar patentes comerciales (no detalla cuántas) para así salir a los mercados mundiales.

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