Si se evaluara sólo hasta segundo medio, emparejaríamos

la cancha”.

Sin cuestionar que exista una prueba de admisión a la educación superior y que sea igual para todos quienes la rinden, la directora del Centro de Políticas Públicas de la Facultad de Gobierno de la UDD, Francisca Dussaillant, tiene un juicio crítico acerca de la actual PSU. “El hecho de que en vez de medir la capacidad de aprender de los alumnos chequee si los colegios les pasaron o no el curriculum completo, genera desventajas injustas para algunos alumnos”, advierte.

—¿Quiénes son los perjudicados?

— Aquellas personas que van a los colegios en los que los profesores no son capaces de pasar todos los contenidos, que en general son los colegios donde va la gente más vulnerable, que probablemente están más desfinanciados, por lo que tienen accesos a profesores que no son tan buenos, los alumnos no tienen el apoyo del preuniversitario, etc.

—¿Cómo debiera emparejarse la cancha?

—La prueba debiera estar diseñada de mejor manera, para que efectivamente cumpla con el objetivo para el que fue construida, y mida a todos con la misma vara. Varios informes internacionales han hecho recomendaciones de mejoras técnicas, en el sentido de medir la capacidad de aprender de los alumnos, de razonamiento, de lógica, de pensamiento avanzado. Esas capacidades son predictivas de cómo les va a ir en la universidad, lo que no tiene nada que ver con que se hayan aprendido de memoria más o menos contenidos del curriculum.

—¿Es clasista la PSU?

—Yo creo que la PSU se ha transformado en algo clasista, porque se olvida de que hay grupos desaventajados a los que no les pasan toda la materia, y a esos grupos se les están haciendo preguntas de materias que no han pasado. Eso no es necesario para ser una prueba que identifique a los que les va a ir bien, que es el objetivo, que prediga, pero siempre dentro de un universo de conocimientos que sea común para todos las personas que la están rindiendo, vengan de donde vengan.

—Usted dice que hay organismos internacionales que han sugerido mejoras a la PSU.

—El Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional (Demre) de la Universidad de Chile, que es la entidad encargada de generar la PSU, elaboró una propuesta de modificación de la prueba en base a esas recomendaciones.

Dar la prueba en

segundo medio

Dussaillant explica que el Demre está proponiendo que la PSU mida solamente hasta segundo medio, lo que emparejaría el universo de conocimientos que se consideran en la evaluación. Esta medida tendría como ventaja adicional que los alumnos podrían empezar a rendir la prueba durante su enseñanza media, y no perder todo el tiempo que pierden si les va mal, porque pueden llegar a las postulaciones con dos o tres pruebas rendidas, con mucha más claridad de sus posibilidades de puntaje.

—¿Porqué no se ha implementado la propuesta del Demre?

—Ellos son capaces de generar esta prueba en el corto plazo, pero el Consejo de Rectores no les ha dado el visto bueno, lo que es difícil de entender, considerando que esta propuesta de acotar las materias no viene sólo del Demre, sino que ha sido repetida un sinnúmero de veces por los organismos internacionales que han evaluado la PSU, y la transformaría en una prueba mas justa.

La académica grafica con un ejemplo las desigualdades que perdurarían si se mantiene la PSU tal como está. “La prueba de ciencias comprende módulos de biología, física y química, pero hay colegios que dan las tres disciplinas, otros que dan una y otros ninguna, porque los técnico- profesionales no tienen horas en tercero y cuarto medio. Sin embargo, a todos les preguntan lo mismo”, afirma.

“Hay colegios particulares pagados que pasan más que el currículum completo, incluso contenidos de primer año de universidad, tales como cálculo. Si se evaluara sólo hasta segundo medio, emparejaríamos la cancha”, reflexiona.

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Un investigador japonés desarrolló por accidente, un nuevo tipo de vidrio que puede repararse amoldando los pedazos.

Yu Yanagisawa, un químico de la Universidad de Tokio, llegó por casualidad a este descubrimiento cuando investigaba adhesivos que pudieran ser usados en superficies mojadas.

Aunque su descubrimiento no implica que en el corto plazo se puedan arreglar las grietas de un teléfono inteligente simplemente amoldando los pedazos, esta tecnología abre una puerta para estudiar formas de hacer objetos más duraderos.

Con un cristal más resistente se podría triplicar la vida útil de productos como las ventanas de los coches, los materiales de construcción, las peceras, los teléfonos e incluso los inodoros.

En una demostración de laboratorio para la agencia AFP, Yanagisawa rompió un cristal de muestra en dos piezas. Después juntó las dos mitades durante 30 segundos hasta que el cristal se autoregeneró, llegando a un estado similar a la forma que tenía antes de la ruptura.

Para demostrar la solidez de la pieza, colocó una botella de agua encima y ésta permaneció intacta.

Este vidrio es más cercano al acrílico que a los cristales minerales que utilizan, por ejemplo los teléfonos inteligentes.

Otros científicos habían logrado demostrar propiedades similares con caucho o con geles pero Yanagisawa es el primer científico en demostrar las propiedades de autoregeneración con un vidrio.

El secreto de su descubrimiento radica en la tiourea, un compuesto orgánico que usa el hidrógeno para dar al cristal su propiedad autoadhesiva, señaló Yanagisawa en un estudio.

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