Mi sello es fortalecer el rol de BAJ como la institución más importante en el ámbito de la educación artística no formal en Chile".

En Santiago el arte se vive en calle avenida Balmaceda 1215, a un costado de la Estación Mapocho. Donde antiguamente estuvieron las oficinas administrativas de la estación, jóvenes (de entre 14 y 29 años) dan rienda suelta a sus múltiples talentos artísticos. En siete pisos y dos subterráneos transitan, entre talleres y espacios para elencos, bandas y compañías artísticas. "Balmaceda Arte Joven es una institución con vocación pública, de servicios a jóvenes que quieran crear, pensar y actuar con otros para hacer del mundo un lugar mejor a través del arte. Es un espacio que los incentiva a construir su sentido de vida", comenta Loreto Bravo, directora ejecutiva de la Corporación Balmaceda Arte Joven (BAJ) quien dice que, además, cuentan con un Centro de Extensión en Quinta Normal.

Balmaceda Arte Joven es una corporación privada sin fines de lucro, que nació en 1992 en una época, cuenta su directora, en que se estaban rediseñando las políticas públicas para la juventud y los artistas. "Se inauguró como el ‘Centro de Servicios Culturales Balmaceda 1215', bajo un convenio suscrito por el Ministerio de Educación, la Municipalidad de Santiago y la Corporación Participa", explica.

Esta corporación ofrece educación artística y fomenta la cultura en cinco zonas (Santiago, Concepción, Valparaíso, Antofagasta y Puerto Montt). Su misión, comenta Bravo, se realiza a través de talleres, programación cultural, instancias de mediación (jornadas para que el público conozca sus obras), importantes certámenes en todas las disciplinas (Festival Nacional de Bandas Jóvenes y Concurso Universitario de Arte Joven, entre otros) como en problemáticas del mundo contemporáneo. "Todas nuestras actividades son gratuitas y favorecen el acceso a bienes culturales. Nuestros principales destinatarios son jóvenes, además de las comunidades donde se encuentran emplazadas nuestras sedes", dice.

En sus 25 años de labor, cientos de jóvenes han pasado por BAJ. Entre ellos el grupo De Saloon, las cantantes Denisse Malebrán, Pascuala Ilabaca y Manuel García, el cineasta Inti Carrizo, la escritora Arelis Uribe, la dramaturga Lucía de la Maza, los actores Héctor Morales y Sergio Freire; además del bailarín Andrés Cárdenas.

La directora enfatiza que BAJ está realizando un relevante trabajo territorial en regiones. "En cada una de ellas fortalecemos las identidades locales, sus demandas y prioridades; desde ahí construimos nuestra oferta más allá de las capitales regionales", comenta.

Sello participativo

Loreto Bravo asumió como directora Ejecutiva de Balmaceda Arte Joven en junio de 2016. Una gestión que define como "participativa" donde comparte decisiones con los directores de las sedes regionales acorde a las realidades locales. "Mi sello es fortalecer el rol de Balmaceda como la institución más importante en el ámbito de la educación artística no formal en Chile, fomentando la libertad de creación y el pensamiento crítico de los jóvenes con calidad y sentido de país", dice.

Y agrega: "Me interesa potenciar un proyecto unitario, pero que exprese las diversidades regionales".

Balmaceda Arte Joven cuenta con una parte de un presupuesto público, otro de gestión concursable y donaciones privadas. "En tal sentido, los gobiernos pueden favorecer o no nuestra acción en función de sus prioridades respecto de la cultura, el arte y la educación", explica.

—¿Cómo describe el crecimiento que ha tenido BAJ desde sus inicios?

—Desde el comienzo fue identificado como un importante polo para la creación joven, desarrollando un modelo de gestión y de formación flexible. Se creó en un momento de florecimiento democrático, en que se hacía evidente la necesidad de apoyar la creación joven como un aporte al capital cultural de Chile. Desde entonces, hemos creado un modelo de trabajo que responde a las necesidades educativas de este siglo, que emplea a cientos de artistas cada año y apoya la circulación del arte. Hoy, la corporación cultural es reconocida como uno de los principales espacios para jóvenes.

—¿Cómo Balmaceda Arte Joven ha aportado a la historia cultural de Chile?

—Primero hizo algo que hasta entonces era prácticamente inexistente, vinculó propuestas metodológicas de las artes y los artistas con las culturas juveniles. BAJ acumula el principal acervo de la creación juvenil de los últimos 25 años: miles de creaciones, sueños y prácticas, que le hacen bien a Chile y que lo constituyen en un referente constructivo. En Balmaceda los jóvenes no son una carencia, un problema, un peligro: son una fuerza constructiva.

—¿Qué se espera de esta corporación en un futuro cercano?

—Tenemos un proyecto estratégico como institución colaboradora del Estado que trasciende los gobiernos. Queremos involucrar cada vez más a la filantropía del sector privado y hacer aportes sustantivos a la educación pública. Confiamos en que cualquier gobierno sea capaz de identificar el valor de nuestra historia y nuestro aporte al desarrollo cultural y social. Que vean la importancia de trabajar permanentemente con jóvenes como ciudadanos con derechos, creativos y con un impulso transformador.

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