Cuatro años de intensos cambios ha enfrentado Luis Enrique Yarur al mando del conglomerado financiero que controla su familia, el BCI. Porque su expansión al negocio bancario en Estados Unidos, específicamente al estado de Florida, obligó al grupo a reestructurar el resto de sus actividades comerciales, inmobiliarias y agroindustriales.

Una avalancha de cambios que continuarán, dado que la reciente compra del TotalBank en Florida al grupo Santander llevará a los Yarur a afinar la fusión de esa entidad con su filial en el país del norte, el City National Bank (CNB), para crear el tercer banco de ese estado y el mayor del sur de Florida. De paso, el BCI pasará a ser el segundo mayor banco de Chile medido por activos.

Paralelo a estas exitosas operaciones, Yarur, quien el 18 de diciembre cumple 67 años, también se ha abocado a preparar su relevo. Para ello, desde hace casi 10 años viene formando dentro del BCI a quienes diversas fuentes de la industria y de la propia Asociación de Bancos indican como sus próximos sucesores. Se trata de sus hijos Ignacio y Diego Yarur Arrasate, quienes desde hace un año tienen una cada vez más clara repartición de funciones: Ignacio, a cargo de las operaciones en Chile y Diego, del negocio en Estados Unidos (ver recuadro).

Es así que no pasó desapercibido el viernes cuando BCI anunció la compra de TotalBank en Florida, quien firmó el hecho esencial emitido a la Superintendencia de Valores (SVS) fue Ignacio Yarur, bajo el carácter de gerente general subrogante de la entidad. Ello, mientas el titular de ese puesto, Eugenio von Chrismar, finiquitaba las negociaciones en EE.UU. acompañado por Diego Yarur, quien está radicado en Miami y es director del CNB.

Un proceso que en todo momento fue supervisado desde el barrio El Golf por el propio Luis Enrique Yarur.

El plan inmediato

En el corto plazo, las tareas de Luis Enrique Yarur quedaron delineadas el viernes pasado, ya que tras cerrar la compra de TotalBank a Banco Santander en US$ 528 millones, la misión inmediata es lograr que las autoridades de Chile y, en especial, las del país del norte den luz verde a la fusión de esa entidad con el City National Bank, unión que según Fitch debería concluir a fines de 2018.

En paralelo, los accionistas de BCI deberán acordar —según Fitch— un aumento de capital por hasta US$365 millones para financiar la adquisición, considerando, además, que la entidad tiene otros negocios en vista, como la posible compra del negocio financiero de Walmart Chile.

Pero BCI no contempla dormirse en los laureles en Florida, pues el gerente general y presidente del CNB, Jorge González, dijo a Business Journal de ese estado que ya tienen planes concretos de acelerar su expansión allá. "Siempre hemos estado a la expectativa de posibles adquisiciones, pero hay pocos bancos en Florida que tengan sentido ante el ritmo de crecimiento al que estamos operando", dijo el ejecutivo.

Explicó que tras la fusión con TotalBank la apuesta será por el crecimiento orgánico, y para ello, González señaló que la compra de TotalBank les servirá para crecer en banca privada internacional, administración de patrimonio y servicios para pequeñas empresas.

Tras la fusión, dijo González, el City National va a continuar su expansión en los condados de Broward (donde ya tiene cinco oficinas) y Palm Beach (con dos), "un mercado muy importante para nosotros, donde vamos a seguir invirtiendo en personas y sucursales".

"Muchas formas de crecer"

El ex presidente de la Asociación de Bancos Jorge Awad comentó que lo logrado por BCI en Florida demuestra "la competitividad de la banca chilena, que en el último ranking del World Economic Forum aparece quinta a nivel mundial en solvencia".

Con ese antecedente, agregó, "se abren oportunidades, como las vistas entre Scotiabank con BBVA Chile o con BCI, lo que indica que en la banca local existen muchas formas de crecer: asociándose con un banco global, fusionándose o compitiendo en el exterior, como lo está haciendo exitosamente BCI".

El economista y ex gerente general de la Asociación de Bancos Alejandro Alarcón agregó que esta adquisición "demuestra que la banca chilena es altamente profesional y tiene un know how que aportar en el propio Estados Unidos, lo que desmitifica el que en Chile falte competencia en el sector".

Ventajas que observó la clasificadora Fitch Ratings, que ayer mantuvo todas las evaluaciones de riesgo de BCI, con perspectivas de largo plazo estables.

Fitch destacó que pese a que BCI tiene un "apetito por crecimiento inorgánico y orgánico" mayor al de sus pares, la compra de TotalBank representa el "5,9% de sus activos consolidados", con lo que su operación en Florida equivaldrá "al 23% de sus activos" globales.

Así, según la clasificadora, esta adquisición "permitirá a BCI consolidar su franquicia como el segundo banco más grande de Chile por activos totales y el tercero por créditos", con cuotas de mercado cercanas al 16%.

Las empresas Yarur

En 2013, la familia Yarur reordenó su matriz, Empresas Juan Yarur, como exigencia del regulador de EE.UU. para dar luz verde a la compra del CNB.

Ahí retiraron del holding todos los activos no financieros y crearon otra firma paraguas con las siglas de la primera: Empresas JY. Ésta cuenta con dos buques insignia: Grupo Belén (controlador de las viñas Morandé, Vistamar, Mancura y Zorzal, entre otras) e Inversiones SB (matriz de farmacias Salcobrand y de la cadena de tiendas de cosméticos Preunic).

Empresas JY, que preside Luis Enrique Yarur, además controla una inmobiliaria (cuyo nombre no identificaron en la firma, pero que dijeron cuenta con 18 proyectos en desarrollo), Carnes Ñuble y la emisora de tarjetas Matikard.

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Con una prole de nueve hijos, Luis Enrique Yarur Rey, el presidente y accionista mayoritario del BCI, puede respirar tranquilo. No se romperá la tradición: siempre habrá un Yarur al mando del banco como ocurrió con Juan Yarur Lolas, el fundador, Jorge Yarur Banna, su hijo, y Luis Enrique Yarur, su nieto.

La preparación para el relevo comenzó hace rato. En 2004, Ignacio (43), el hijo mayor, entró al BCI. Y, en 2006, Diego (40), el segundo.

Ambos hicieron carrera desde abajo y actualmente están ubicados en las dos áreas de mayor proyección: Ignacio como gerente de innovación y transformación digital, y Diego en la gerencia de desarrollo corporativo internacional. Dos puestos creados en agosto de 2016, en la reestructuración diseñada por Eugenio von Chrismar (64), el gerente general que asumió en enero de 2015. Ese verano él viajó un mes y medio a Silicon Valley a auscultar tendencias y proyectar el futuro del BCI. Ha hecho otros cambios posteriores: hace cuatro meses desapareció TBanc, la banca telefónica, que ya no tenía sentido, dado que el banco se digitalizó.

Ignacio, el primogénito

Firmó el hecho esencial comunicando la compra del TotalBank como gerente general subrogante. Von Chrismar y otros gerentes estaban en Miami, explican en el BCI para bajarle el perfil al asunto, porque hablar de sucesión es un tema tabú.

Ignacio siguió calcadamente los pasos de su padre: estudió Derecho en la UC y un MBA en el Iese de Barcelona. Ignacio nació en esa ciudad mientras su papá era estudiante.

Fue uno de los tres mejores alumnos de su curso en el Tabancura y dio una PAA que le permitió entrar primero a la carrera de Leyes. No fue el mejor de su promoción -a la que pertenecen la conocida Macarena Venegas, el ex diputado UDI Gonzalo Arenas y el diputado RN Gonzalo Fuenzalida-pero nunca pasó apuros. "Iba, daba sus exámenes y aprobaba con tranquilidad", recuerda su compañero de la UC Guillermo Infante. "Era bastante integrado, tenia un grupo de amigos amplio en ideología, origen social y económico. Yo no tenía remota idea que su papá era dueño del BCI. Hay gente que anda haciendo notar esas cosas por la vida. Ignacio, jamás", agrega Infante, quien acota que no era íntimo amigo.

Se casó con Francisca Junemann, compañera de curso, descrita como alegre, divertida, vital, reina de la semana de San Alfonso -que celebra la facultad de Derecho en agosto- y cofundadora de la ONG Chile Mujeres. Es nieta del asesinado ex ministro del Interior, Edmundo Pérez Zujovic (DC). La pareja tiene tres hijos.

Director del Teatro Municipal, su mejor amigo es Cristóbal Florenzano, periodista y egresado de filosofía de la UC, doctorado en Cambridge, fundador de NED, dedicada a la distribución y generación de contenidos online.

Como gerente de transformación digital, Ignacio apoya los negocios de innovación, data analytics y marketing digital. Su cargo es clave: el BCI apuesta a ser un banco 100% digital en 2020.

"Nacho siempre fue intelectualmente inquieto, muy lector. Muy buen atleta, era seleccionado de 400 metros vallas y bueno para el fútbol. Es bastante práctico: tenía que seguir una trayectoria que le permitiera desarrollar plenamente las cosas que iba a hacer a futuro. Supongo que en vez de estudiar el MBA habría preferido literatura", afirma su amigo del colegio y la universidad Raúl Figueroa, fundador de Acción Educar.

El legado que Diego quiere dejar

Ingeniero comercial en la UC, MBA en Columbia, Diego es uno de los 12 directores del City National Bank, el cuarto banco más grande de Florida hasta la compra del TotalBank.

Vive en Miami hace un año y es responsable de los nuevos negocios en el exterior. Si hoy los activos internacionales del BCI representan un 25%, la meta es que suban a un tercio en el corto plazo. "Ese me gustaría que fuera mi legado", dijo Diego a Capital. Pero en el largo plazo los activos en el exterior debieran ser la mitad.

Diego tiene a cargo las oficinas de representación (Brasil, Perú, México, Colombia y China).

Casado con Alejandra Molina -hija de Arsenio Molina, ex ejecutivo y miembro del núcleo duro de Enersis- son padres de cinco niños.

Fanático del fútbol, jugaba antes de irse a Miami en el equipo Cruzados de la Liga Oriente de Chicureo. Amante de la historia, hizo una especialización o minor mientras cursaba Ingeniería Comercial.

Cuando Capital le preguntó si Luis Enrique, su padre, es un jefe exigente, su hijo Diego respondió:

—Sí. Y nunca me ha hecho sentir algún tipo de preferencia. Y eso es lo que hay que hacer, porque, si no, los otros ejecutivos del banco estarían muy preocupados de que en el banco no exista meritocracia. En mi caso en particular, estoy tranquilo, porque también he hecho una carrera con harto esfuerzo y dedicación. Y es lo que esperamos de cualquier ejecutivo del BCI: trabajar duro, en equipo y tener un perfil que considera las virtudes que creemos que son las básicas para estar aquí. Eso es respeto, excelencia, integridad y mucho cariño y camiseta con la empresa. Con Ignacio (su hermano) nos sentimos ejecutivos como cualquier otro, y estamos acá para servir al banco y a sus accionistas. Las metas son cada vez más difíciles, pero creemos que tenemos la pasión y el empuje para lograrlo.

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