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Durante su vida adulta ha cargado con la impronta pinochetista del difunto Miguel Ángel Poduje, primo en segundo grado de su padre. "Son las desventajas de tener un apellido escaso, aunque la gente de derecha me saluda con gran amabilidad", comenta, risueño, este connotado urbanista, "concertacionista" declarado y admirador acérrimo de Ricardo Lagos.

Ayer jueves, cuando se pone en funcionamiento la esperada Línea 6 de Metro, en la arbolada casa del barrio El Golf donde funciona Atisba, su oficina, Iván Poduje (49) confiesa "lo dura que fue para mi la bajada de Lagos de la carrera presidencial. Ahí conocí lo peor de la política, lo pequeña y miserable que puede ser".

Hace unos meses declaró que no existe "ninguna posibilidad de que trabaje por Guillier, porque no sé ni qué piensa". Ahora abunda en el punto: "La evidencia ha demostrado que estaba en lo correcto; ahora tenemos que esperar a la segunda vuelta para conocer su programa. Y ahí está, respondiendo en talla asuntos país, mientras se come un chacarero".

—¿Qué te parecen las propuestas de Piñera?

—Ha recogido propuestas nuestras. También lo han hecho Carolina Goic y Kast, Felipe, no el otro. Piñera tiene gente muy competente en su equipo: Pablo Allard, la Pilar Jiménez y Louis de Grange, con quien compartimos ideas. Creo que si cumple lo que promete, será bueno para el país, en particular lo de hacer pasar una línea de Metro por Bajos de Mena. Eso tiene que cumplirlo, lo mismo que la extensión del Parque Renato Poblete, que debería prolongarse hasta Cerro Navia.

—¿Incluirá el Mapocho navegable?

—El Mapocho no tiene torrente para eso. Es como querer cuadrar el círculo. No da. Eso aplica a cauces planos, sin las tremendas pendientes del Mapocho. Sí es posible sacarle un brazo al río, tal como se hizo en el Parque Renato Poblete.

Poduje —que mide 1.92, a diferencia de su pariente lejano y pinochetista que fue ministro de Vivienda, y era un hombre en extremo menudo—, es hijo de un ingeniero y nieto de un inmigrante croata que se instaló en Santiago con una carnicería en Tobalaba. Su abuela, funcionaria del Ministerio de Vivienda, accedió a una casa CORVI, en la calle Luz. "Entonces, el barrio El Golf, que siempre ha sido de élite, estaba naciendo y era más mezclado". El caso ilustra cuán determinante es el lugar donde se vive en el futuro de cada uno. "Ella tuvo mucho ojo al elegir esa ubicación".

Dentro de dos semanas, Atisba entregará un nuevo informe sobre la situación de los barrios críticos en el norte y norponiente de Santiago. Coincidiendo con las denuncias del avance del narcotráfico en las poblaciones del sur de la capital, publicaron un estudio. Ahora se viene esta segunda parte nada alentadora: "Lo que estamos viendo es que el narco se está metiendo con fuerza en barrios de clase media del sector norponiente. Ya no es sólo en poblaciones donde el avalúo de las viviendas es de unas 600 UF; acá hablamos de conjuntos de casas y departamentos sobre las 2 mil y las 2.500 UF, de hasta 100 metros cuadrados. Otra realidad".

—¿Cómo se puede combatir esta lacra desde la planificación urbana?

—Una de las claves para poder integrar la ciudad segregada es la extensión de la red de transporte público. El Metro no es sólo modernidad, lo fundamental es que lleva al Estado de vuelta a donde ha dejado de estar. Ricardo Lagos propuso una red de Metro con ramales que iban a estos barrios críticos. Ramales de 3 a 4 kilómetros, en cuya estación principal se genera un centro cívico, lleno de servicios. Ejemplos exitosos de esto hay en Colombia con los metrocables; o el rescate del barrio portuario de los Docklands de Londres, que estaba degradado y hoy es maravilloso; lo hecho en Bilbao, España.

—¿Qué hacer con La Legua?

—La Legua es un problema muy complejo que se arrastra desde hace muchos años. Allí las bandas de narcos tienen un control territorial muy extenso, y la tarea mayor es la recuperación de los espacios públicos, la reinserción laboral de las personas que sobreviven por el microtráfico y la educación de los niños desde la sala cuna. La Legua está muy cerca, se ve más, pero hay poblaciones como Los Morros, en San Bernardo, donde los problemas son mucho más complejos.

Como profesor de la Facultad de Arquitectura UC cuenta que el primer día de clases les pide a sus alumnos que dibujen las comunas de Santiago. "En promedio, son capaces de dibujar 5, en circunstancias que son 34 en total. En el año, las visitamos todas". A sus alumnos extranjeros, que forman parte del programa Overseas sede Chile, de la Universidad de Stanford, les explica Santiago desde sus grandes hitos urbanísticos, donde uno clave es el diseño en 1960 del primer plan intercomunal, obra del arquitecto Juan Parrochia, quien murió en 2016. "A él le debemos además el Metro. Parrochia aspiraba a contar con 15 líneas el año 2000", dice.

Balmaceda, Vicuña Mackenna y Lagos

Otros de esos hombres imprescindibles para Poduje son el Presidente José Manuel Balmaceda, el intendente Benjamín Vicuña Mackenna y su admirado Ricardo Lagos. También menciona al arquitecto austriaco Karl Brunner, "que concibió que todos los ministerios encajonaran La Moneda y que ésta tuviera una perspectiva por la calle Bulnes hacia el lugar donde pudo estar emplazado el Congreso Nacional. Eso no se hizo. A Pinochet se le ocurrió llevarlo a Valparaíso… y todo sonó, pero ese centro es hoy una gran obra".

Se entusiasma y vuelve sobre el tema del día: "En el proyecto de Lagos, la creación de una columna vertebral urbana de Metro pretendía que la mitad de los santiaguinos tuviéramos una estación de metro a no más de 5 cuadras de nuestras casas, distancia absolutamente caminable".

—¿Ves que haya políticos hoy con esas miradas de ciudad de largo plazo?

—No muchos. Claudio Orrego tiene algo de eso. Hizo una cuestión notable cuando era alcalde de la comuna con la toma de Peñalolén, que hoy es un parque espectacular, hasta con un velódromo. Y ahora piensa en tener "3 cerros San Cristóbal" en Santiago: el Chena, el Renca, y el Las Cabras, en Puente Alto.

Admirador de Batman, "el mejor de los héroes de cómic", se resiste a fotografiarse con su completa colección de figuritas, pero nos invita a salir "a Ciudad Gótica", a caminar por Apoquindo y retratarse en ese sector que considera logrado. "Y eso ha sido en parte gracias a Carlos Larraín, y al ex alcalde De la Maza".

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