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Cristián Opazo,

Doctorado en Letras UC

"Antes salían las madres a hablar"

"La presencia de Carla Pardo, en términos de cultura deportiva chilena, plantea un cambio fascinante. Nosotros estábamos acostumbrados que nuestros grandes deportistas — como Iván Zamorano o Nicolás Massú — tuvieran como figura preeminente a sus madres, que eran una suerte de guardianas de la conducta y de filtro a las mujeres que podían acercase a ellos. Este caso presenta una ruptura ya que es la pareja quien aparece, hay una relación horizontal con el jugador, en el sentido que él hace su labor en la cancha y ella instala discursos que lo blindan y plantea una discusión sobre ética e indisciplina. Es la primera vez que aparece una mujer a nivel de selección que instaure un escenario comunicacional que redime al esposo y lo ensalza éticamente".

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El francés Karim Benzema, uno de los mejores delanteros del mundo y estrella del Real Madrid, no juega por su selección hace dos años. El técnico Didier Deschamps lo tiene "congelado" luego que la policía lo descubrió tratando de chantajear a su compañero Mathieu Valbuena con "fotos íntimas" de su esposa.

Los franceses saben de estas cosas. Previo al Mundial 82 Michel Platini, la gran figura del equipo, descubrió que su mujer, Christelle, tenía un amorío con el volante Jean-Francois Larios; la relación se recompuso, pero Larios jamás volvió a la selección.

Más reciente en tiempo y distancia, cuando Jorge Sampaoli asumió la banca de Argentina hizo lo que ninguno de sus antecesores se atrevió: llamar a Mauro Icardi. El delantero era estrella hace años en Italia, pero no era considerado porque rompió todos los códigos: generó el rompimiento de su mejor amigo, el también jugador Maxi López, con la exuberante modelo Wanda Nara.

Sólo algunos ejemplos de la influencia que pueden llegar a tener las mujeres en la interna de una selección.

Sin escándalos, La Roja también tiene a sus protagonistas. No serán Victoria Beckham —la más famosa "esposa de" — pero las figuras que desatan idolatría nacional, no serían tales sin ellas detrás.

La más mediática es Daniela Aránguiz. La ex chica "Mekano" conoció a Jorge Valdivia hace 15 años y se casaron hace 10. Activa voz de la farándula, puso su carrera televisiva en stand bye para seguir a su marido por Brasil y Medio Oriente, y cuando el "Mago" volvió a Chile se unió a "Maldita Moda" en CHV. Ha sido siempre su principal hincha, y el año pasado hasta le pidió a Juan Antonio Pizzi que lo nominara, en vivo, en "Vértigo" de Canal 13. Y sacó aplausos.

Pero Aránguiz es la excepción. Si en versiones previas de la selección las parejas faranduleras eran la norma, hoy el perfil es distinto. Madres abnegadas y un apoyo puertas adentro, muchas veces en las sombras.

"Mi rol es aconsejarle, aterrizarle. Que recuerde sus orígenes y de dónde viene", le reconoció en octubre de 2014 a Revista Ya Carla Pardo, la matriarca, la señora del capitán Claudio Bravo.

Están juntos hace 16 años desde que pololeaban en Viluco, se casaron el 22 de junio de 2013, tienen 4 hijos y han sabido de buenas y malas. No es la primera vez que ella saca la voz, pero ahora el revuelo fue mayúsculo al acusar a aquellos jugadores que llegaban "borrachos" a los entrenamientos, después de la reciente eliminación de La Roja.

Otra que ha marcado pauta en redes sociales es Karen Santa María, la mujer de Marcelo Díaz desde 2008, una época en la que "Carepato" ha reconocido contemplaba retirarse; momento en el que ella jugó un papel clave. Y se ha mantenido: fustigó a Pizzi cuando no lo convocó a la selección —"eres un grande, porque lo que vales como persona va más allá de técnicos"— le dedicó en Twitter.

Pero ha sido recíproco.

En junio Díaz la acompañó al Palacio de Tribunales para su juramento como abogada.

Menos activa es María Teresa Matus, la "reina" de Arturo Vidal. Ella no habla, pero aparece en casi todas las imágenes que él sube en redes. Un idilio que lleva 10 años y que se sacramentó en 2014 en una fastuosa ceremonia a la que asistió incluso la Presidenta Bachelet; ya tienen tres hijos, incluido Alonso, el pequeño de 7 años que sufre de diabetes y que ella se queda cuidando en Alemania cada vez que Vidal tiene que venir.

Su mejor amiga es Gisella Gallardo, la mujer que hace 13 años cambió el rumbo de Mauricio Pinilla, encauzando al "niño terrible" que con ella encontró una tardía madurez. Tienen tres hijos.

Menos famosa, pero igual de importante, ha sido Karina Ugarte, hace 13 años la señora de Jean Beausejour, quien de vez en cuando la homenajea en sus cuentas.

Lo mismo que Gary Medel con la periodista española Cristina Morales, su esposa desde febrero.

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El día del escándalo más grande del fútbol chileno, Milton Millas recuerda cómo tuvo que hacerse pasar por guardia de seguridad, en 1989. Se había encontrado al suspendido técnico Orlando Aravena por los pasillos del Maracaná antes del partido entre Brasil y Chile y le dijo que se viniera a su caseta de transmisión.

"Le pasé un walkie talkie para que le diera instrucciones a Oscar Wirth, porque si lo veían en la tribuna, lo iban a matar. Después, cuando se produjo el corte del Cóndor Rojas, bajé con él al camarín. Me puse delante y me hice pasar por su guardaespalda gritando: seguranca, seguranca", dice el comentarista de Agricultura.

Curtido por los más duros capítulos de la Selección, y luego de revelar que supo de los conflictos profundos de la actual Roja en una reunión con Jorge Sampaoli en su casa, en 2015, lo que verdaderamente reconoce como sorpresivo es la voz que han sacado las mujeres de los jugadores, como la esposa de Claudio Bravo, en este cierre amargo de las eliminatorias al Mundial de Rusia.

"Esto es interesante como fenómeno y ocurre porque los jugadores no pueden hablar. Es porque ellas se informan a través de sus maridos y también han entrado a ser partícipes. Ha sido una suerte de catarsis, diciendo «Hasta cuándo, miren cómo sufre marido, que ha tenido que soportar a los otros que están en otra»". Eso me parece válido".

—Es un desafío al código del camarín, con todo el machismo que viene amarrado.

—Exacto. Es un desahogo. Y la consecuencia es la misma. Porque no me cabe ninguna duda de que a Bravo lo han tratado de apretar en el camarín por lo que dijo su señora: «Oye, mira cómo estamos y mira lo que dijo tu mujer». Pero Bravo defendió bien esa postura. La actitud de las señoras de los futbolistas va de la mano con la actitud de todas las mujeres del país. Hoy, la mujer está empoderada, no solo en el campo político. Cuántas veces hemos visto que la mujer toma la comandancia en temas que importantes y críticos. No es primera vez que hablan en el fútbol. Durante las eliminatorias las señoras de los futbolistas, cual más, cual menos, fueron a 5 programas de TV y hablaron de fútbol, de su marido, de la relación con el éxito, y la relación de vida. Lo que sí me sorprende es que hayan puesto el dedo en la llaga. «Mi marido se sacó la cresta, viajó lesionado, mientras otros se han dedicado a tomar y han llegado en un estado tal que no entrenaban al otro día». Y es ahí donde yo culpo directamente a los directivos y al entrenador. Se hicieron los cuchos, se hicieron los tontos, miraron para otro lado. Salah tendría que haber ido como presidente del fútbol chileno y haber dicho: «Oye, paremos esto».

—La información de esta crisis interna estaba ¿Hay responsabilidad de quienes sabían que todo esto pasaba?

—Hay complicidad. Ni siquiera una responsabilidad. Hay una complicidad de silencio. Porque cuando estás a las puertas de un partido tan importante, nosotros informamos lo que pasó. Lo mínimo, no lo máximo. Y sabes qué, y me incluyo, al periodismo chileno le falta investigación. Hoy, si tienes un amigo en un equipo y te dice, supiste lo que pasó, nosotros nos informamos después que los hechos explosionan, y ahí investigamos.

—Dice nos falta investigar ¿Qué podía haber hecho usted como periodista con esa información que les reveló Sampaoli, ahora que lo mira en el tiempo?

—Pudimos hacer lo mismo que estamos haciendo ahora, decir, ayer estuve con Sampaoli, pero siento que él nos congeló la noticia. No nos dijo que no habláramos, pero de esa entrevista me quedo con una sensación: Sampaoli quería que publicáramos todo eso para ayudarlo a salir de Chile, para que se cortara su contrato. Y les dije a los chiquillos: «no seamos huevones, Sampaoli nos utilizó, bajemos los decibeles». El se quería ir y nos dice «yo no puedo manejar esta selección, es un camarín ingobernable».

—¿Y qué se hace en concreto con esa información?

—Es un camarín donde hay jugadores que se roban una botella de whisky en el avión para seguir chupando. Aquí hay un problema médico también. Si Vidal se decidiera a decir no chupo más y me dedico a jugar. Tendría que pedir asistencia médica, porque él tiene dos problemas, el alcohol y la ludopatía. Es una mezcla muy malas, y para que él se recupere necesita un entorno familiar y social que lo ayude. La gente dice: ¿Y cómo en Alemania? ¿Y qué sabemos cómo se comporta en Alemania, lo vemos en la cancha no más.

—Contaba el otro día que mucho antes el Pato Yáñez le había hecho una advertencia.

—Pato Yáñez y Marcelo Vega están muy bien informados. Hace tiempo el Pato me dijo: «viene mala la mano». Porque se lo habían comentado, a él y a Vega, jugadores que habían estado en la selección. Y no te puedo repetir quién me comentó a mí que adentro de la selección había dos grupos: los que salían en la noche y los que se quedaban concentrados o se iban a sus casas cuando había permiso.

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