Barcelona prevé ingresos de 897 millones de euros (US$1.060 millones) para su ejercicio 2018, el más alto en la historia de un club deportivo, incluso de EE.UU., dijo su director general Óscar Grau. Contratos de marketing como Nike y Rakuten aportarán 300 millones y la venta de Neymar, 198 millones.

Este jueves a las 11 de la mañana se cierran las apuestas. Es el plazo fatal para que las empresas interesadas presenten sus ofertas técnicas y económicas para quedarse con el Casino de Viña del Mar, sala de juegos que no conoce otro dueño que la familia Martínez (hoy controladora de Enjoy) desde 1975.

Tras la bajada del grupo Marina del Sol (ver recuadro), la pugna se centraría en sus actuales concesionarios y Sun Dreams, sociedad presidida por Claudio Fischer, que nació de la fusión con la sudafricana Sun International en 2015.

"Nos interesan todos los proyectos, porque nada nos asegura que podamos mantener nuestras dos licencias", dijo Fischer, quien tiene Iquique y Puerto Varas, a El Mercurio en junio pasado.

"Así como Enjoy irá por la licitación de Puerto Varas, es un hecho que Dreams y Fischer devolverán la gentileza y presentarán oferta este jueves por Viña del Mar", comenta una alta fuente de la industria.

Pero el hombre que pondrá en riesgo la hegemonía de los Martínez en el Casino de Viña no apuesta sus fichas a un mismo color. De hecho, su portafolio de inversiones es diversificado.

Su lanzamiento como emprendedor fue a los 17 años (1978) con una modesta sala de flippers en Coyhaique, que levantó junto a su hermano Humberto.

Ocho años más tarde, fue de los precursores del boom salmonero austral, cuando creó Pacífico Sur, una empresa que una década después (en 1998) pasó a ser gigante, cuando la fusionó con AquaChile, de Víctor Hugo Puchi. Hoy es la salmonera de mayor patrimonio bursátil, con más de US$ 625 millones.

Otro hito en la vida de Fischer se produjo en 2010, cuando decidió incursionar en el negocio de los casinos. En ese momento, con su firma Dreams, compró en US$ 30 millones la mitad del casino de Puerto Varas a Enjoy, firma con la cual ahora se disputan la industria.

Pero el juego no es la pasión de Fischer. Según sus cercanos, son los aviones. Viene de su padre, ex piloto de la Fuerza Aérea. También pilotea y en 2010 lanzó una aerolínea, Aerocord, dedicada a chárteres en el sur del país. También figura como socio de Patagonia Helicópteros y One Airlines, que creó en 2013 para atender a contratistas de la minería.

La industria de casinos de juego, conformada por los 17 establecimientos regidos por la Superintendencia de Casinos (SCJ), más los 7 casinos de concesión municipal, registró en julio ingresos brutos del juego por $35.169 millones, una variación real mensual de -14,1%. De ese total, el casino de Viña representó el 12,7% ($4.459 millones), seguido de Sun Monticello 11,6% ($4.085 millones), Rinconada 11,1% ($3.899 millones), Marina del Sol Talcahuano 9,1 % ($3.185 millones), Coquimbo 6,5% ($2.270 millones) y Enjoy Antofagasta 5,9% ($ 2.091 millones).

Sobre la oferta que ingresen las empresas este jueves, ésta no podrá ser menor a las UF 596.170, unos US$ 25 millones. Además, deberá pagar un arriendo al municipio por el edificio del casino y el hotel, y deberá invertir en proyectos turísticos al menos UF 20.000.

Tras el ingreso de los sobres este jueves, la SCJ tiene hasta 120 días para calificar las propuestas técnicas. Luego, una comisión liderada por la Subsecretaría de Hacienda debe ratificar las propuestas, y si pasan la prueba (hasta 40 días más), el monto mayor de la oferta económica ganará la licitación por 15 años de Viña.

Marina del Sol no va

Los Imschenetzky se restan

El presidente del grupo Marina del Sol, Nicolás Imschenetzky, adelanta que no presentarán ofertas por el Casino de Viña del Mar, principalmente porque consideran que la ley que sustenta el proceso de licitación afecta a la competencia, pues pone barreras de entradas a nuevos oferentes. "No tenemos toda la información de Viña para tomar la decisión de participar. Además, dejar una boleta de garantía por US$ 80 millones es irresponsable, más aún con un edificio que no sabemos en qué condiciones está", sostiene el empresario a cargo de las salas de Talcahuano, Calama, Osorno y Chillán.