En este caso los errores que se cometieron, y que quedaron demostrados en el juicio, son groseros".

Tener los ojos de la opinión pública sobre un cliente a quien le auguran un difícil escenario —40 años de cárcel sin beneficios en el caso de Jaime Anguita— no es una situación desconocida para Jorge Ponce Amar. El penalista, titulado en la Universidad Católica, defendió durante casi dos años al viudo de Viviana Haeger, quien estaba acusado del homicidio de su esposa.

En rigor, Ponce, de 39 años, lleva más de una década en la primera línea de casos judiciales emblemáticos, pero muchas veces como personaje secundario. Eso hasta ayer, cuando logró la absolución de Anguita, junto a sus socios Matías Künsemüller y Fernando Garreaud.

Una de las causas difíciles con que cuenta su currículum incluye la defensa del candidato presidencial Alejandro Guillier cuando fue procesado por la grabación con cámara oculta al juez Daniel Calvo, hecho que realizó CHV cuando era jefe de prensa: fue condenado en 2005 pero en 2007 absuelto por la Corte Suprema. "En ese caso sólo condenaron al periodista y al camarógrafo", cuenta Ponce.

Esta experiencia la vivió siendo "pupilo" en el estudio del destacado penalista y académico Alfredo Etcheberry, quien alegó en el Tribunal Constitucional en representación del Gobierno por el proyecto de aborto en tres causales. Ponce trabajó para este jurista por 15 años. Primero como procurador y luego como abogado, a partir de 2002. "Fue una escuela increíble. Todo lo que sé, se lo debo a don Alfredo", reconoce.

Ponce también representó al gobierno peruano en el juicio de extradición de Alberto Fujimori; defendió a Luis Ajenjo en el caso EFE, logrando su absolución por fraude el fisco y fue parte de los abogados que representaron a la Corfo en la causa de Inverlink. Además, defendió al animador Martín Cárcamo luego de que su alcoholemia saliera positiva.

En 2013, junto a Künsemüller y Garreaud decidieron independizarse y crear PKG abogados. Fue así como dos años después, en 2015, a sus manos llegó la defensa de Jaime Anguita.

El día cuando conoció a Anguita

Desde el comienzo, el caso Haeger se veía complicado. Ponce recuerda que la familia de Anguita lo llamó al día siguiente de que lo dejaran detenido, el 12 de diciembre de 2015. "Incluso vi lo de la prisión preventiva en las noticias y dije qué heavy. Pero había caído recién detenido, habían pasado cinco años y el plazo para apelar a esa medida cautelar estaba corriendo. Le pedí (a la familia) que esperáramos y como el abogado (Jorge Vásquez, quien defendía al viudo) no apeló, viajé. Conversé con Jaime y tomamos la decisión de tomar la causa", explicó.

—¿Cuál fue tu primera impresión? ¿Le creíste?

— La primera vez que hablé con Jaime Anguita salí con la convicción de que él no me estaba mintiendo, y eso para mí era suficiente. Después, leí la carpeta de antecedentes y lo que había ahí me indicaba que lo que lo estaban acusando no tenía respaldo y terminé de convencerme. Pero en mi primera conversación con Jaime le creí lo que me dijo.

Según Ponce, una de las cosas más complicadas que les tocó enfrentar fue ponerse al día con el caso por el volumen de testimonios y pruebas: más de 400 declaraciones, casi un millar de documentos, evidencia y antecedentes de diligencias policiales recopilados durante los siete años que duró la indagatoria de la desaparición y muerte de Viviana Haeger.

Además, dice, "fue complicado por el juicio público que había respecto de Jaime", y por "una investigación que debe ser el peor desastre de la PDI. En este caso los errores que se cometieron, y que quedaron demostrados en el juicio, son groseros. No sé si fue porque las brigadas regionales no estaban preparadas para un caso así. Yo he tenido buenas experiencias tanto con carabineros como con detectives, pero aquí el trabajo que se hizo fue muy malo".

Para argumentar, Ponce se basa en detalles como que el cuerpo de la Viviana fuera encontrado 42 días después en su vivienda, que es donde fue asesinada. O que la pericia planimétrica de la casa se basara en los planos de construcción sin tomar en cuenta las modificaciones. Tampoco, dijo, se dejó registro de las primeras dos horas de conversación entre los detectives y José Pérez (el único condenado) en su primera declaración.

Y añade: "Escuché gente aclamando de que aquí había impunidad, cuando aquí hay un condenado por robo con homicidio que arriesga una pena altísima. Otra cosa es que no se acepte la decisión a la que llegó el tribunal, porque en su fuero emocional crean que Jaime tuvo algo que ver con esto, pero aquí el crimen de Viviana Haeger no ha quedado impune.

LEER MÁS
 
Más Información