Hay que hacer más trabajos en grupos, que se conecten. Que se hable de la empatía en la sala".
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"Los colegios que tienen un buen clima social tienen un mejor rendimiento académico", sostiene la sicóloga infantil Neva Milicic al comentar la reedición de su libro "Clima social escolar y desarrollo personal" (Ediciones UC), escrito en conjunto con la sicóloga Ana María Aron, publicado por primera vez en 1999. "Ahora tenemos evidencia experimental al respecto", enfatiza.

—¿Con qué nos encontramos hoy en los colegios que amerita una reedición de este libro?

—De partida, ha cambiado la tecnología. Es un libro que, cuando lo escribimos, la tecnología y el tema de las redes no estaban tan presentes. Eso ha sido un cambio severo en la relación de los niños. Se plantea que la empatía ha disminuido significativamente en los niños, porque al conectarse a través de las redes no tienen la mirada; tú no puedes ver mi cara, mi emoción. El hecho de que los niños se comuniquen a través de las redes, y casi ni se miren, está haciendo un daño enorme en el desarrollo de la empatía. Aparece el ciberbullying, el bullying toma otra cara, aumenta en cuantía. Las redes infiltran en los niños, se conectan con personas que no conocen, se exponen mucho.

—¿Qué consecuencias tiene en la sociedad la falta de empatía y cómo se revierte?

—La empatía ha disminuido 40% desde el año 70, medida a través de instrumentos estandarizados. Hay que hacer más trabajos en grupos en clases, que se conecten y trabajen entre ellos. Que se hable de la empatía en la sala. Los niños hablan poco. Son muy castigados por hablar. ¡Maravilloso que conversen! Démosles espacio para que conversen de las emociones y que puedan imaginarse cómo se siente el otro.

—¿Cómo se logra el buen clima escolar en los colegios?

—Básicamente tiene que ver con el tipo de vínculo que se establece en el colegio: los vínculos del director con los profesores, de los profesores con los apoderados, de los profesores con los alumnos y entre los propios niños. Planteamos que el tema del aprendizaje socioemocional va a tener un impacto en el clima. Si el niño aprende de causabilidad emocional, es decir, que si yo soy pesado contigo, tú vas a ser pesada conmigo; si yo soy simpático contigo, tú vas a ser simpático conmigo. Las buenas prácticas educativas son el reconocimiento lo más explícito posible, centrarse en las fortalezas en vez de las debilidades. Una mirada desde la sicología positiva y fijarnos más en el aprendizaje emocional que en el cognitivo, por lo demás, están muy ligados. si el niño está bien emocionalmente, aprende más, y si está mal, no aprende nada.

—¿Cómo se controla o regula el tema de las redes sociales?

—Más que controlar o regular, los niños deben tomar conciencia. Lo ideal es que sean ellos mismos los que debatan, tengan foros, los que investiguen en la red cuáles son los efectos de la autoexposición, qué significa una internet segura. Si tú se los pones o se los dices, no es lo mismo que ellos lo discutan o lo elaboren. Hay unos videos de la PDI que son muy claros de los riesgos que se corren cuando se relacionan con extraños; si tú se los dices, no lo escuchan, pero si lo ven en la red, lo escriben, lo hablan, lo van interiorizando. El internet vino para quedarse, por lo que hay que hacer que los niños tomen conciencia y sepan que lo publicado allí no se puede borrar nunca más. Si pones una foto de una niñita con poca ropa, la puede tomar cualquiera y viralizarla, y 20 años después vas a buscar trabajo, van a googlearla y no te van a dar trabajo, la huella no se borra. El otro día me googleé y quedé impresionada de lo que la Wikipedia sabía de mí, sabía más que yo. Tenía mis primeros artículos que yo me había olvidado que los había escrito, ¡era impresionante! La gente no tiene conciencia de que cuando lo sube a internet, el otro es propietario de tus fotos, no lo puedes borrar. Los niños tienen que tomar conciencia. Hay que enseñarles lo que va a ser su vida con esto.

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Augie, de cuatro años, una vez escuchó que su abuelo decía con tristeza: "Ojalá pudiera volver a ser niño". Después de pensarlo un poco, a Augie se le ocurrió una sugerencia: su abuelo debía intentar no comer verduras. La lógica era ingeniosa: comer verduras hace que los niños se conviertan en adultos fuertes, así que no comerlas debería revertir el proceso.

Jamás a ningún adulto se le ocurriría esa idea. Sin embargo, cualquiera que conviva con niños de cuatro años puede contar historias similares. La creatividad de los niños pequeños parece superar a la de los adultos más imaginativos.

¿Por qué en general la creatividad tiende a decaer conforme envejecemos? Una razón puede ser que mientras vivimos más años sabemos más. Eso es una ventaja, por supuesto. Sin embargo, también puede llevarnos a ignorar lo que contradice lo que ya pensamos.

En relación con lo anterior, la explicación puede estar relacionada con una tensión entre dos maneras de pensar: lo que los científicos computacionales llaman exploración y explotación. Cuando nos enfrentamos con un problema nuevo, los adultos por lo general explotamos el conocimiento que hasta ahora hemos adquirido sobre el mundo. Tratamos de encontrar una buena solución que se acerque a soluciones que ya hayamos dado.

Por otro lado, la exploración —intentar algo nuevo— nos puede llevar a concebir a una idea menos común, una solución menos obvia, un nuevo conocimiento. Pero también puede significar que perdamos el tiempo considerando posibilidades absurdas que nunca funcionarán, algo que suelen hacer los niños en edad preescolar y los adolescentes.

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