Si hay una manera de ayudar a una universidad que cierra, no podemos quedarnos de brazos cruzados".

Este año, por primera vez, la Universidad de los Andes se integró a la Confech. En una de las primeras reuniones a las que asistió, Álvaro Arriagada (24), presidente de la FEUAndes, conoció a Sandra Beltrami (vocera de los alumnos de la U. Arcis), y pensó: "Si hay una manera de ayudar a una universidad que cierra, no podemos quedarnos de brazos cruzados". Conversó con su equipo y luego con las autoridades académicas, quienes acogieron de muy buena manera su petición y acordaron entregar dos cupos a ex estudiantes de la U. Arcis. Ya lo habían hecho hace dos años con dos alumnos de la U. del Mar, que hoy estudian Medicina en la UAndes.

El año pasado, Álvaro se fue a vivir seis meses a una población de Puente Alto, una iniciativa de la fundación Arde Puente Alto (de Shoenstatt) a la que pertenece. Junto a dos amigos, disponían de un sueldo mínimo ($250 mil) entre los tres para sus gastos, comida y el arriendo del block en el que vivían, una solución habitacional de 45 m2. "Fue un vuelco de 180° de lo que había vivido siempre", reconoce, y cuenta que durante esos meses le tocó ver cosas terribles, como violencia doméstica, narcotráfico y la muerte de un vecino a la espera de una ambulancia. Durante esa experiencia, no ayudó directamente a los vecinos de esa población, sino que se fue a vivir entre ellos. "Nuestra ayuda no es que sea útil, sino que es valiosa. No vamos a construir casas, vamos a construir vínculos y confianza", explica, y asegura que la ayuda de la Universidad de los Andes a los alumnos de la U. Arcis va en esa misma línea.

No milita en ningún partido, pero se declara "de todas maneras de derecha", y su movimiento "Crea" es de inspiración gremial. Es de Shoenstatt, vive en Calera de Tango, está terminando Ingeniería Comercial, y paralelamente estudia Pedagogía en Historia, en la que cursa segundo año. Está a favor de la gratuidad, pero sólo para las personas que realmente la necesiten, y piensa que la condonación del CAE es algo "irreal".

—¿Cómo te recibieron en la Confech? Al último gremialista, Ricardo Sande, le quitaron la vocería.

—Encontré más terrible lo que una vez le hicieron a Javier Fano, que no lo dejaban entrar a la Confech. Sin embargo, no veo esa actitud ahora. Personalmente, me llevo bien con varios de los otros presidentes. Pero me llamó la atención, en la primera plenaria, que cuando se planteaban posturas contrarias a las de la Confech, se hablaba de "enemigo" y no de "adversario político" o simplemente de alguien que piensa distinto.

—¿Cómo ves al movimiento estudiantil hoy?

—El movimiento necesita renovación de ideas. La potencia que se genero el 2011 fue porque era una novedad. Ya no lo es. Cuando atacan al CAE y piden la condonación de la deuda, se ve como que piden cosas demasiado irreales y la gente no adhiere. El movimiento se ha radicalizado. Además, el movimiento quedó con una especie de estigma de violencia frente a la opinión pública.

—¿Es posible condonar la deuda del CAE?

—Creo que está muy alejado de la realidad condonar la deuda del CAE. No hay problema en que se elimine a la banca del sistema, pero se deja sin financiamiento a los estudiantes que no tienen gratuidad. Si se elimina el CAE, a mi universidad no van a poder entrar personas con problemas económicos, porque es demasiado cara.

—La vocera de la U. Arcis dijo que era difícil que algún alumno de su universidad aceptara la propuesta de la UAndes, porque son muy distintas.

—Es cierto que los estudiantes, cuando eligen una universidad, también la eligen por sus gustos, pero no me parece tan loco. En una universidad se supone que los alumnos no son tan homogéneos.

—¿La U. de los Andes no es homogénea?

—A mi juicio, considero que es muy plural. Hay Izquierda Autónoma, movimientos anarquistas como Libertarios, también por supuesto de derecha. Quizás donde no hay tanta diversidad es en que el 80% de la matrícula viene de alumnos de colegios particulares pagados. Pero eso no significa que no haya diversidad de pensamiento.

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