La música actual, lo que se oye hoy en las radios, es algo 100% barroco, del siglo XVII".

Su pelo largo, dice, es una rebeldía: a los 13 años un peluquero le rapó la cabeza… y ese día se prometió no volver cortarse tanto el cabello. La melena, en el caso del francés Gautier Capuçon (35), es un riesgo: los pelos podrían enredarse con las cuerdas de su violoncello e interrumpir sus presentaciones. "Por eso me preocupo de que no me crezca tanto", dice.

Al mejor cellista del momento —así lo dice la crítica internacional— lo abordamos mientras se tomaba un café en el aeropuerto de Puerto Montt. Tiene 35 años y fama de malas pulgas, sin embargo nos atiende con una sonrisa. Está feliz porque su presentación en el Teatro del Lago, en Frutillar, resultó impecable: junto a la YOA Orchestra of the Americas interpretó "Juego de cartas" de Igor Stravinsky, el concierto para violoncello del chino Qigang Chen y la "Canción a la luna" de la ópera Rusalka (Antonín Dvorák). La audiencia lo aplaudió de pie. "La acústica del Teatro del Lago es fabulosa (…) Y por eso quiero volver", asegura. Cuando se publique esta entrevista Capuçon ya estará en el National Concert Hall de Dublin haciendo vibrar las cuerdas de su cello con los acordes de Rachmaninov.

—Cuando estás sobre el escenario tocando tu violoncello, ¿estás relajado disfrutando o concentrado trabajando?

—Hay que encontrar el balance apropiado. No hay que olvidar que la música es compartir una experiencia juntos: tienes que estar concentrado, enfocado… pero también libre. Hay que encontrar la combinación perfecta de esos aspectos. Si estás muy tenso en el escenario, las notas no fluyen. Necesitas un montón de concentración para transmitir las emociones que tú quieres entregar y las que quiso transmitir el compositor. Esto es como cocinar, si le pones mucha sal, o poca, la comida puede quedar mal. Todo se trata del equilibrio. ¡Y no es fácil!

—¿Qué puedes decirles a aquellas personas que opinan que la música clásica es aburrida, para quedarse dormido?

—La música actual, lo que se oye hoy en las radios, es algo 100% barroco, del siglo XVII. Todo se trata de cómo quieres ver las cosas, de no ver todo blanco o negro. Primero hay que decir que no es necesario saber de música clásica para ir a un concierto. ¿Te da miedo escuchar a Michael Jackson? Si no lo has escuchado nunca, y te hubieran invitado a un recital… dices "vamos". No dices "oh Dios, tengo miedo, no conozco su música". La música clásica es lo mismo: ¿por qué tenerle miedo? Es importante que los jóvenes le pierdan el miedo a la música clásica. La música no tiene color de piel, situación social, edad, es el único idioma que todos podemos compartir. Todos nos llevamos bien con la música. Quizás la música clásica tiene fama de anticuada, pero creo que eso está empezando a cambiar, lo veo en diferentes países, las audiencias están cambiando.

—¿Cómo lo haces para ser fiel a lo que el compositor quiso transmitir con su partitura?

—Lo grandioso de tocar música moderna es que la puedes consultar directamente con su compositor, llamarlo, preguntarle cosas, o trabajar juntos. Pero no hay que olvidar que de eso se trata también la interpretación, de lo que yo como cellista quiero transmitir también. A veces, incluso, le puedo hacer propuestas al compositor, porque la música es algo vivo, y entonces él dice "vamos, cambiemos esto, ajustemos aquello". Y resultan piezas geniales. Y por eso una misma obra suena tan diferente dependiendo del intérprete.

Capuçon jamás pierde de vista su violoncello. Al instrumento le compra un pasaje propio, y lo lleva en la butaca del lado. Y no es para menos: se trata de un cello fabricado en 1701 por el prestigioso luthier veneciano Matteo Goffriller.

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¿Qué tan bueno para ti es pasear a tu perro? Los dueños de edad avanzada que sacan a pasear a sus perros al menos una vez al día obtuvieron un 20 por ciento más actividad física que la gente sin perros, según descubrió un estudio británico reciente; además, pasaron en promedio 30 minutos menos al día de sedentarismo. El ejercicio regular tiene beneficios bien conocidos para conservar la salud y vivir por más tiempo.

Para este estudio, publicado en la revista especializada Journal of Epidemiology and Community Health, los investigadores utilizaron datos de 3.123 hombres y mujeres, con una edad promedio de 70 años, residentes de Norfolk y que aceptaron llevar un monitor de actividad durante siete días. Los datos obtenidos se cruzaron con información sobre el clima.

Todos los participantes tendían a estar menos activos durante los días cortos de invierno, cuando el clima era frío y húmedo. Sin embargo, aquellos que paseaban a sus perros con regularidad experimentaron una reducción menor en su actividad física y lograron hacer más ejercicio durante los días de mal clima del que realizaron los que no tenían perro durante los días más cálidos del año.

"Puede haber una relación de doble causalidad, en la que la gente que quiere estar activa físicamente se consigue un perro", dijo Andy Jones, profesor de Salud Pública en la Universidad de East Anglia y autor principal del estudio. "Sin embargo, los estudios cualitativos nos muestran que tener perro te da un incentivo para salir, incluso cuando la opción más sencilla es quedarse dentro de casa".

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