La acción del frío y la lluvia preservan la inmovilidad del cuerpo, detienen el pensamiento".

Hay algo de cierto en la llamada "ley de atracción", a veces nos metemos en un tubo afortunado en que lo bueno atrae a lo bueno: ante un sol abominable en la playa (situación, de por sí, ideal), surge la codiciada sombra, como un oasis. A la sombra se agrega la visión del mar y a esa visión su sonido. Entonces se produce la mejor de las sinestesias: el sonido del mar resplandece. Si una cerveza helada, como el corazón del diablo, te recorre la garganta, y se suman las presencias amadas o la soledad más exquisita, estamos en un escenario perfecto.

Pero somos seres estacionarios y cíclicos, y los escenarios posibles son siempre algo impuesto de manera impúdica por el mundo. A muchos, el invierno nos deprime brutalmente. A mí me deja en la total inmovilidad y desidia. Escribo durante las mañanas, con los postigos cerrados, alumbrado solo por luz artificial y la pantalla del computador. La sola visión del gris deslavado del cielo me sumerge en unas profundas ganas de sacarme los ojos y tirarme al fuego. Es ver el horror desde una jaula. Me siento como en la cárcel de Alto Hospicio, que solo ofrece el panorama del desierto y un cementerio. Me gusta la lluvia, estar abrigado tomando algo caliente, y fumar contra el viento, pero es brutal la soledad de la habitación y el frío sádico que se instala, como una presencia, por la noche. Ahí se cumple la ley maldita de las atracciones: lo nefasto, lo perverso, lo inmóvil, atrae a lo nefasto, lo perverso y lo inmóvil.

Me impactaron mucho dos noticias recientes, que pueden ilustrar mejor cómo me siento con el frío y la soledad, esa colusión insoportable, que pareciera imitar a los conglomerados políticos y económicos, y a los servicios privatizados que nos dejan en la total impotencia y abandono: 1) Encontraron a una pareja que desapareció en los años 40. Los cuerpos intactos. Cayeron en una gruta helada y desde entonces se volvieron el órgano de un iceberg. El derretimiento de los hielos los dejó de pronto a la vista. 2) En una fosa común de socialistas asesinados por el franquismo, se encontraron 45 cerebros preservados naturalmente. La fosa estaba en una zona de precipitaciones y, la lluvia filtrada por la tierra, se coló por los agujeros de bala en sus cráneos. Ocurrió un fenómeno que se llama "saponificación": la materia grasa del cerebro, unida a ese colador de agua y agujeros, tornó los órganos en una especie de jabón. Como si sus últimos pensamientos emergieran para limpiar la historia.

La acción del frío y la lluvia preservan la inmovilidad del cuerpo, detienen el pensamiento. Yo me siento como un aire adentro de un iceberg, como en ese poema de Watanabe donde, en una sala de disección, ve surgir una burbuja desde un cerebro recién ubicado dentro de un frasco. ¿Qué mensaje portaba esa burbuja? Siento lástima por las palabras y las acciones que nos arrebata el frío inmovilizante. Quizás son semillas ignotas, que brotarán cuando la primavera y su luz vengan a lamer la fosa común o el hielo perpetuo que nos tiene prisioneros. Las emociones cálidas hacen prevalecer la inteligencia, el frío es una afrenta contra la voluntad.

Para la cultura occidental el sol lame las cosas y las devela. La luz está asociada a la inteligencia y al hogar, como la contemplación de una fogata, que brinda elucubraciones lúcidas, calor, confort. Para oriente la lengua se asocia al frío: el Tajo-name, en la cultura japonesa, es un demonio horrible que lame los techos en las noches heladas. Es el demonio del frío imbancable, sentado sobre nosotros como en "La pesadilla" de Füssli, o directamente la muerte, en "Las nieves del Kilimanjaro". Siempre pensé que la figura del tigre en la nieve, en ese cuento de Hemingway, representaba la última gracia del cerebro para congraciarse con la vida, en la inmovilidad dada por el hielo, por la muerte: un tigre es una fogata, un refugio de calor, un fuego lacerante. En este sistema de referencias es curioso que Füssli fuera amigo de Blake, quien escribió el poema más memorable sobre el tigre. Ya que estamos ¿Quién delineó esa perfecta simetría? Debe haber hecho mucho frío cuando Blake escribió ese poema en Londres. Por ese motivo Hemingway debe haber huido hacia La Habana, donde el frío está erradicado por mandato divino, o estatal, quién sabe.

Ante el frío brutal ocupamos estrategias mentales, para preservar la inteligencia y las ganas de hacer cosas. Las obras que mencioné son estrategias de esa índole. Yo soy estricto en invierno y solo leo poemas que hablen del verano. Los poemas de Pavese, por ejemplo, que están siempre tocados por el sol de la mañana. Me enteré de la nieve en Santiago por las fotos de Instagram. Pude ver algunos montoncitos de hielo cuando fui al súper a comprar limones, para invocar al verano.

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La nueva etapa chileno-peruana

El 7 de julio, Chile y Perú dieron un salto cualitativo en su relación bilateral. En Lima se reunieron los Presidentes Michelle Bachelet y Pedro Pablo Kuczynski con los gabinetes de ambos países, para trabajar en torno a cinco ejes temáticos: asuntos sociales; seguridad y defensa; comercio exterior; inversiones; e integración fronteriza.

El encuentro fue un hito para la relación bilateral caracterizada por permanentes vaivenes, y es demostración de una nueva etapa que se inició en noviembre del 2016, con la suscripción de una serie de acuerdos. Hasta ese momento el escenario no había sido favorable.

El fallo de la Corte de La Haya —contrario a lo esperado— no significó un punto aparte. Después de este surgieron otros temas que dañaron la relación, como el triángulo terrestre o la denuncia de espionaje por parte de Perú. Durante casi dos años no fue posible recuperar las instancias de cooperación y, de hecho, aún no aplica el fallo de La Haya.

En este contexto, las señales que entregó el gabinete binacional son más que positivas. Demuestran la voluntad de Chile y Perú de avanzar en una agenda de futuro, en la que se priorice la cooperación por sobre las dificultades.

Después de un período en que primaron las desconfianzas, ambos países han entendido la necesidad de trabajar de manera conjunta en instancias como la Alianza del Pacífico o a nivel bilateral. Eso quedó reflejado en la Declaración de Lima, cuyo Plan de Acción abarca ciento quince medidas, en áreas tan diversas como la cooperación técnica para el desarrollo productivo, la lucha contra la pesca ilegal, la labor conjunta de las Fuerzas Armadas en el ámbito de los desastres naturales, el diseño de una hoja de ruta para trabajar con las mujeres migrantes víctimas de violencia y discriminación, entre otras medidas.

El avance, en este encuentro, demuestra una voluntad política real y se produce en momentos en que Chile enfrenta una difícil relación con su otro vecino del norte, Bolivia. En este marco y después de años de tensiones con nuestros vecinos del norte, es auspicioso poder evidenciar estos niveles de cooperación con Perú y que estos se institucionalicen en un marco bilateral, que vaya más allá de la coyuntura y que dé cuenta de la riqueza de esta vinculación.

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