En Pediatría, el apego es la conexión emocional que se desarrolla entre un niño pequeño y sus padres o cuidadores. La teoría del apego fue desarrollada a mediados del siglo XX por el psiquiatra británico John Bowlby.

Mary Ainsworth, su estudiante y futura colaboradora, ideó lo que se conoce como el procedimiento de la situación extraña, que consiste en separar brevemente a un niño de un año de edad de su padre, su madre o cuidador, y después reunirlos de nuevo, para poder observar de cerca su comportamiento durante cada reunión.

Estos experimentos en los que el bebé se estresa durante un corto tiempo, pero luego se elimina el estrés de manera inmediata, se relacionaron con observaciones en casa de relaciones padres-hijo, y de esta forma los investigadores crearon una especie de taxonomía del apego, donde se interpreta el comportamiento del bebé durante la situación extraña como un indicador de la calidad del vínculo con el padre. Un niño con un sentimiento generalizado de que es muy probable que el padre lo atienda, va a exigir su atención cuando el padre regrese. El niño puede estar molesto, pero se calmará rápidamente, consolado por su padre, y de esta manera manifiesta lo que se denomina "apego seguro".

El apego, dice Susan Berger, psicóloga del desarrollo y profesora adjunta de Pediatría en el Hospital Ann y Rober H. Lurie, consiste en "estar atento a tu hijo en los momentos de estrés para que sepa que, si está molesto, lastimado o enojado, alguien acudirá y hará que se sienta mejor para que pueda superarlo y pueda regresar a su mundo". En tanto, los niños que no han aprendido a esperar consuelo y alivio cuando están estresados manifestarán un apego inseguro.

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Para dormir bien, uno tiene que prepararse un par de horas antes de irse a la cama".

Aunque la sicología puede darles diferentes interpretaciones a los sueños, lo cierto "es que son la forma de consolidar la memoria y el aprendizaje", así lo explica el neurólogo y director del Centro de Estudios del Sueño de la Clínica Ciudad del Mar, Enzo Rivera. "Durante la noche, el cerebro no se apaga, sino que sigue funcionando. Atraviesa diversas fases de sueño, incluyendo el sueño REM, que es aquel en donde los ojos se mueven de un lado a otro por debajo de los párpados", agrega.

—¿Por qué soñamos?

—Los sueños corresponden a una actividad que ocurre en el 20% de la duración total del sueño nocturno. Durante ese 20%, que está dividido en tres o cuatro etapas, que ocurren principalmente en la segunda mitad de la noche, en ese período ocurren los sueños. Y son lapsos que duran 15, 30 hasta 45 minutos, en que la persona tiene actividad onírica y durante ese tiempo ocurren procesos muy importantes que tienen que ver con la consolidación de procesos de memoria y aprendizaje. Si bien se le ha querido dar un significado sicológico o filosófico, en la práctica lo que corresponde durante ese período de sueño es tareas de consolidación de memoria y aprendizaje.

—Y las pesadillas

—Básicamente ocurren en el mismo momento, es lo mismo, pero las pesadillas tienen un contenido de terror o de violencia o una experiencia desagradable, tiene que ver con el contenido.

—¿Cómo hay que tratar las pesadillas en los niños?

—Es muy importante no exponerlos en las horas previas al sueño a estímulos ambientales excesivos, unas dos horas antes de ir a dormir.

—Hay mucha gente que dice que no puede recordar sus sueños.

—Eso es normal, porque todo depende de la hora en que uno se despierte. Si uno se despierta justo en el momento en que está teniendo el sueño REM, va a recordar todo lo que estaba sucediendo. Para eso uno tendría que despertarse entre las 6:30 y 7:00 de la mañana, que es la hora en que generalmente ocurre una de las últimas etapas del sueño REM. Si uno despierta después de esa hora o antes de esa hora posiblemente no vaya a recordar los sueños. Pero todo el mundo sueña.

—¿Qué pasa cuando las personas tienen un sueño que se repite?

—Desde el punto de vista de la fisiología de los sueños, del significado o del tratamiento, no tiene mayor trascendencia. Se le puede dar un montón de interpretaciones desde la sicología, pero desde lo científico propiamente tal, no tiene un manejo distinto.

—Para lograr un sueño reparador, ¿cuáles son las recomendaciones?

—Hay que tener presente que el sueño no es una actividad voluntaria. No porque uno decida dormirse temprano se va efectivamente a dormir temprano, ni porque uno apague la luz se va a quedar inmediatamente dormido, por mucha voluntad o deseo que uno tenga. Para dormir bien uno tiene que prepararse un par de horas antes de irse a la cama. Hay que establecer un ambiente de paz y tranquilidad antes de irse a dormir. El dormitorio debería ser un oasis, con una temperatura adecuada, no tener ruidos ambientales, la luz debe ser tenue y se debe entrar sin celular y sin pantallas.

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