"El fin de la transición del ejercicio periodístico"

"Parece que este 2017 es el año del fin de la transición en materia del ejercicio periodístico, expresado en varios aspectos: el surgimiento de un periodismo más incisivo y menos complaciente con el poder; un periodismo con punto de vista y opinión sostenido en un trabajo de investigación serio y con fuentes fiables; y un periodismo empoderado en su rol fiscalizador de todos los poderes y que se atreve a desafiarlos. Es un periodismo que sintoniza más con una ciudadanía crítica y harta de los abusos de poder, que ve en esos profesionales a personas aliadas con la idea de un país más democrático y menos capturado por sus élites. Esto no implica que a esta ola renovadora del periodismo se quieran subir personas poco rigurosas o con bajos estándares éticos que intentan hacernos pasar gato por liebre, es decir, que se quedan en la actitud desafiante sin dotar de contenido ni sustento investigativo ese rol fiscalizador (en ese espacio estaría Pilar Molina, mientras no demuestre que siguió rutinas periodísticas elementales para sustentar su performance con Ossandón) lo cual contribuye a que el debate —salvo excepciones— se mantenga en un rango de poco vuelo y escaso contenido".

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El rol del periodista es hacer las preguntas que el público no puede".
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"Antes el periodista era una figurita de torta de novios en los debates"

"Este año se estrenaron modelos de debate más sexis, que permiten mejor interacción entre periodistas y candidatos. Antes el periodista era una figurita de torta de novios: una pregunta y el político contestaba lo que quería. Es meritorio que Matías del Río le parara el carro a Piñera, pero más todavía que los medios se atrevieran con este formato. Los periodistas han hecho lo que deben, salvo desviaciones estadísticas y falta de rigor, como en el caso de Pilar Molina. El rol del periodista en el debate es hacer las preguntas que el público no puede, cumple un rol de representar a la audiencia que va a votar: que no sea complaciente y que no haga acusaciones sin fundamentos ni investigación previa. Y el político ha perdido poder. El periodista está en mejor posición de poder. Antes era al revés y eso el político lo resiente".

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"Algunos a veces se pasan de rosca"

"No me parece que haya un exceso de protagonismo ni de agresividad en los periodistas, más allá de casos puntuales. Desnudar las contradicciones de los candidatos está dentro de nuestra pega, aunque algunos, a veces, se pasan de rosca. Todo se puede mostrar sin ser necesariamente pesado. Los periodistas representamos los cambios que hay en la sociedad. Hace tiempo que viene la idea de editorializar más, yo estoy en una cosa menos opinativa, pero no me molesta que otros periodistas tengan opinión. A mí lo que me hace ruido es cuando los periodistas pasan a la política o a ser candidatos.

Noto también que a los candidatos les complica el desplante y profundidad que pueden alcanzar los cuestionamientos de algunas preguntas. En el episodio de Pilar Molina con el senador Ossandón, si yo hubiera estado en esos zapatos me habría gustado tener las boletas en mi mano, pero me parece un ejercicio legítimo".

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