"Oye, Vladi, quiero que nos retiremos del relato juntos".

Esa fue la frase clave.

El 4 de abril, un Clásico entre Universidad de Chile y Colo Colo en el Estadio Nacional era el capítulo final y definitivo. Tras nueve años alejado de los relatos, Vladimiro Mimica tomaba el micrófono una última vez para despedirse de su público, esta vez en Radio La Clave.

Tras 90 minutos cargados de emoción, el rasgo que siempre marcó su narración, estaba listo para decir adiós. "Tarea cumplida", se dijo a sí mismo.

Pero en el coliseo de Ñuñoa se encontró con Milton Millas, director de Radio Agricultura y su amigo hace 50 años. "Hagamos la Copa Confederaciones juntos. Vámonos a Rusia los dos".

Sólo porque era él lo pensó. Y, tras mucha deliberación, aceptó. "Yo estaba feliz con mi radio local —La Voz de Punta Arenas— pero terminaron pesando más las cosas afectivas", recuerda.

"Imagínate, trabajar con Milton, a quien conozco desde reporteos y coberturas en los 70 y con quien me une un vínculo muy profundo, que sólo se puede tener después de medio siglo de amistad".

Pero quiso el cruel destino que su compadre cayera víctima del cáncer.

"Estaba todo listo y Milton me avisa que iba a empezar con la quimio, que estaba débil, y que fuera yo solo".

"No poh, esa no era la idea", le dije. "Mira, tienes reporteros allá, va a estar Pedro (Carcuro), el Pato (Yáñez)... yo relato contigo desde acá".

El agregado, el condimento

"Esos primeros segundos de transmisión estuvieron cargados de emoción. Tener a mi amigo al lado, en un momento tan delicado para él", apunta sobre la jornada en los estudios de la Agricultura el domingo 18, cuando Chile debutó contra Camerun. "Pero también se sintió como si no me hubiera ido nunca".

—¿Será que relatar es como andar en bicicleta?

—Cambia la tecnología, los nombres, pero el ritmo no se olvida, el poder añadir la poesía al fútbol. Eso no se pierde. El relato no es sólo ‘acompañar' a la pelota, sino brindar emoción. Claro, tu labor es tratar de describir lo que estás viendo, pero con emotividad.

—¿Y hay una receta para eso?

—No hay receta cuando lo que se necesita viene de adentro. Yo nací con eso. El agregado, el condimento. Durante mi ausencia me di cuenta que había dejado un recuerdo. He estado en televisión, pero la gente me reconoce por la voz. Me dicen que marqué sus vidas con mis relatos. Eso es emocionante porque refleja que esa emoción logré traspasarla, pese a la distancia.

—¿Había temor tras tanto tiempo?

—No quería que la gente que me recordaba, o quienes no me conocían, pensaran: ‘este viejo, qué cresta está haciendo'. Pero me di cuenta de que no, que no había perdido lo que tenía. Gracias a Dios mantengo la voz y la pasión, que esa es la clave. La pasión. Para hacerlo bien en esto debes enamorarte, quererlo. Por eso el relato es un esfuerzo extraordinario, es como jugar un partido de fútbol completo, terminas agotadísimo. Pero es tanta la emoción involucrada que es un cansancio reconfortante.

—¿Ese es su consejo para los Palmas y Trovadores del Gol de hoy?

—En lo que más debemos tener cuidado es en mantener la objetividad. No es fácil cuando juega Chile, lo sé, pero nuestra labor es interpretar a los hinchas, no ser uno de ellos. Sólo les digo que sean honestos con quienes son, que expresen lo que les nace, y así los siento a ambos, que son los que están de moda. También siempre me ha gustado Ernesto Díaz, el Chico, alcancé a trabajar con él y siempre le coloca mucha pasión y enjundia a su relato. El Guatón (Carlos Alberto) Campusano también lo hacía, pero lamentablemente se nos fue muy pronto.

Voz de una generación

—Las sensaciones han sido buenas. Hay Vladimiro para rato, entonces.

—Noooo, ahora sí que es el final.

—¿Por qué debería creerle?

—Volví por dos razones. Una, el afecto y cariño que tengo por Milton. Y la otra, es que no había tenido la oportunidad de relatar a este grupo de jugadores tan exitoso. Me retiré el 2008 y sólo alcancé a ver el despegue de Vidal, de Alexis, pero no la consagración.

—Era ahora o nunca.

—Mira. La mayoría de la gente a quien yo admiré, con la que yo me hice, de quienes aprendí y con quienes compartí, ya no está. No tuvieron el privilegio que Dios me ha dado ahora. Te hablo de los Carlos Solís, Nicanor Molinare, Raúl Prado, Abraham Dueñas, Carlos Planis. Ellos fueron grandes. Darío Verdugo, Sergio Silva, Carlos González Márquez, ellos pertenecieron a una generación de notables, como el gringo (Hans) Marwitz, el Pato Bañados que también relató fútbol. Esteban Low. Uff.

—Cuando canta un gol de Alexis, lo hace pensando en todos ellos.

—Es que ninguno tuvo la posibilidad de relatar a esta generación actual, y por eso soy un agradecido. Es mi forma de recordar a aquellos que contribuyeron en épocas menos gloriosas, menos exitosas, pero que llevaban el fútbol a todos los rincones de Chile. Imagínate cómo hubieran gozado hoy Julio Martínez y Sergio Livingstone. Pensar en eso es estimulante, y por eso te aseguro que después de esto es tarea cumplida.

Alejado de la política, por ahora

"Boric y Goic son un orgullo para mi región"

"No me hagas hablar de política", se queja Vladimiro, medio en broma. De 2008 a 2012 fue alcalde de Punta Arenas, gestión bien evaluada por el PS, que le propuso postular al Senado.

"Me encanta la política y mi experiencia fue maravillosa, pero hice mi labor", explica. "Nunca debes decir nunca, pero ahora estoy sirviendo a mi gente de otra forma, desde mi radio y me tiene muy contento".

—¿Qué falta en la política actual?

—Entender que sin grandes acuerdos nunca habrá avances significativos. Y darle más tiraje a la chimenea, para que surjan nuevos líderes.

—Uno de ellos, justamente, surgió de su zona.

—Y es un orgullo que Gabriel (Boric) sea uno de los personajes políticos mejor evaluados. Como también que una mujer de mi región sea candidata a la presidencia.

—¿Debo asumir que Carolina Goic es su candidata entonces?

—Ahí no me voy a pronunciar. A la Carolina la quiero mucho, la conozco de toda la vida, pero políticamente no es el momento de pronunciarse. La Nueva Mayoría aún no determina cómo va a correr en la presidencial, así que prefiero ser prudente.

LEER MÁS