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Pocas actrices de cine conservan en su vida diaria el encanto que proyectan en sus películas. Una de ellas fue Audrey Hepburn, la inolvidable protagonista de "Sabrina", "Desayuno en Tiffany's", "Mi bella dama" y otros filmes que marcaron la época en que el cine era un espacio al que el público acudía para soñar.

Nacida en Bélgica, Hepburn fascinaba con su suaves facciones, ojos de cervatillo -como se describía entonces- y delgada figura de bailarina. Efectivamente lo fue, y saltó a la actuación desde el ballet, que estudió y practicó por varios años.También participó en cuerpos de baile en obras de teatro en el West End londinense y debutó en Broadway con "Gigi".

De esos años le quedaron no sólo la gracia de movimientos sino también una afición que trasladó a la moda: las zapatillas de ballet. La actriz usaba habitualmente esas delicadas piezas de calzado realizadas en tela, con suelas muy delgadas, y las incorporó a su vestuario en el cine. En Sabrina las complementó con pantalones pitillo tan ajustados como las leggins actuales, con lo que su imagen de 1954 luce increíblemente actual en algunas escenas de la película.

En materia de vestidos, era admiradora del francés Hubert de Givenchy al que recomendó para vestirla en algunas escenas claves de "Sabrina", que era su segunda película. Desde entonces, la actriz se convirtió en musa del modisto que realizó para ella decenas de prendas tanto para actuaciones como para su vestuario personal.

Esta dupla actriz/diseñador fue una de las primeras que se conoció como tal en el mundo del cine, ya que antes no se había dado tan notoriamente ese tipo de influencia."Los vestidos de Givenchy me dan confianza, mi trabajo se hace más fácil porque tengo la seguridad de que mi look es perfecto. Sus trajes me protegen ante situaciones difíciles y ante las personas" dijo ella y explicaba que lo más valorado de los diseños de ese diseñador es que en ellos nada "sobraba"; lo esencial era la perfección del corte y su realización. Cuando le gustaba un modelo, la actriz ordenaba hacer al menos dos versiones del mismo y también regalaba muchos a personas cercanas.

Hepburn y Givenchy siguieron siendo amigos toda la vida y en una entrevista con la revista "Yo Dona", de España, el diseñador relató una emotiva anécdota de ambos: "Nunca he contado esta historia porque es un recuerdo muy privado. Fue en su lecho de muerte. Estaba muy enferma, muy débil y tendida en su cama. Me dijo: ‘Hubert, elige uno de esos tres abrigos que ves ahí'. Eran de los pesados, adaptados al frío que hace en esa tierra. Elegí uno azul, se lo entregué y ella lo abrazó. ‘Cada vez que te sientas triste o solo, póntelo porque yo te estaré abrazando', me dijo. Nunca lloré tanto como al entrar a mi casa ese día en París, volviendo de Ginebra. Me había despedido de ella, por última vez y para siempre".

Homenaje

En el próximo mes de septiembre Christies realizará en Londres un remate de objetos, vestuario y documentos de Audrey Hepburn. Sus hijos Sean Hepburn Ferrer y Luca Dotti decidieron subastar parte de la colección personal de la actriz en un evento que, como señala esa casa de remates, constituye a la vez un homenaje y una oportunidad para que sus admiradores obtengan un recuerdo inextinguible.

Hace un tiempo, Sean Hepburn Ferrer escribió un libro sobre su madre, y ha revelado detalles de su recordada elegancia. "Ella creía es mejor comprar un buen par de zapatos que te durarán mucho tiempo, que comprar varios pares baratos que durarán poco. Cuida tu ropa porque es la primera impresión que das, me decía", relató al sitio vanitatis.com en 2014.

Entre las prendas de vestuario que se subastarán en septiembre, figuran un vestido de coctel diseñado por Givenchy que la actriz vistió en una sesión de fotos de "Dos para el camino", que filmó en 1966, y un trench de la marca inglesa Burberry, de 1980. El vestido tiene un valor estimado de 10 mil a 15 mil dólares; el trench, de 6 mil a 8 mil dólares.

También se subastará una selección de zapatillas de ballet y algunos objetos como un encendedor dedicado "To my Fair Lady", que le regaló el director de arte de esa película. Además, una carta de Truman Capote , autor de la novela "Desayuno en Tiffany's" en la que le agradece su interpretación. Se suman varios retratos captados por famosos fotógrafos y guiones de algunas películas con subrayados y anotaciones de la actriz. El valor estimado del encendedor es de tres a cinco mil dólares y el guión de "Desayuno en Tiffany's", es de 60 mil dólares.La colección se exhibirá al público desde el 23 de septiembre en la casa central de Christies en King Street número 8, Londres, y la subasta se realizará el día 27.

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