Siempre hay algo que observar desde arriba. Hasta echar loros de un árbol". Jorge Zalaquett

En la última década —según los contratos en Mercado Público—, Petric ha facturado 11 millones de dólares en televigilancia comunal, incluido el lector de patentes de autos en Lo Barnechea, el último grito tecnológico. Es quizás la empresa más grande y tradicional dedicada al rubro, aunque si alguien visita su matriz (en San Isidro) ve sólo un negocio familiar: la primera persona que recibe es una de las cuatro hijas del constructor civil Mirko Petric (88), su dueño y creador.

La firma, que partió dando mantenimiento a los camiones de basura de Santiago hace 30 años, es una de las tantas que han medrado al alero de la creciente demanda de los municipios por innovaciones digitales en materia de seguridad. Como los globos con cámara de Las Condes y Lo Barnechea o los debutantes drones en el municipio de Joaquín Lavín. Sólo les faltan los identificadores faciales (ver recuadro).

Descendiente de croatas de Split y admirador de Tito —el caudillo partisano—, Petric sólo una vez ha visitado la tierra de sus ancestros. A una edad que otros hombres no salen de la casa, él va todos los días a la oficina, adornada con fotos suyas con los últimos alcaldes de Santiago, excepto Carolina Tohá. Al medio de tantos galvanos está su título profesional, firmado por el rector Juan Gómez Millas.

La empresa —cuenta su hija y gerenta comercial, Jasna Petric— partió en la televigilancia en 2003, con un proyecto en Rancagua. A ese se sumó otro en Viña del Mar que implicó que una empresa externa instalara 85 kilómetros de fibra óptica. Hoy Petric también instala esa parte. Y antes de dar por aprobado un sistema, lo testean seis meses. Son 142 empleados.

Carlos Silva, gerente de proyectos que trabaja desde 1991 en Petric, explica que sólo prestan servicios a entidades gubernamentales, no a privados. "En teoría, cualquiera podría comprar estos equipos... si tuviera el dinero", afirma. Ellos tienen como proveedores a la israelita RADWIN en transmisión inalámbrica y a Panasonic en las cámaras. Cada unidad lectora de patentes le salió a Lo Barnechea unos $7 millones (26 puntos de lectura por $200 millones del contrato).

A modo de comparación, el globo de vigilancia que adquirió Lo Barnechea a Global Systems, propiedad de Avram Fritch —un empresario que también se dedica a la gestión de centros comerciales—, costó $253 millones.

Drones

Según Chile Proveedores, en los últimos 5 años Dronestore ha facturado $41 millones en contratos fiscales. Aunque el dron más básico parte en $889 mil, los dos equipos que compró Las Condes (el Matrice 600, más la Cámara Z30 DJI y accesorios) salieron $11 millones y fracción.

De acuerdo a los cálculos que hace Jorge Zalaquett (45), su creador, de 2014 a 2015 sus ventas subieron un 300%, y del 2015 al 2016, un 75%. Sobrino del abogado de derechos humanos José Zalaquett, recibe a los clientes en la tienda que con 9 personas tiene en el Omnium. Hace 5 años, al partir, lo habría hecho en un departamento desde donde ofrecía los aparatos por internet.

En 2012, a su hermana que vive en México un conocido le preguntó si sabía de alguien en Chile que pudiera vender drones DJI, la firma china que produce 80% de los aparatos de uso civil en el mundo. Fue así como partió en el negocio. Hoy en Chile hay al menos otros 6 proveedores del producto. Pero él fue el único que se presentó exitosamente a la licitación de los drones de Lavín.

"Siempre hay algo que observar desde arriba", dice, para explicar el empuje de este mercado, aún al otro extremo en cuanto a su desarrollo frente a la televigilancia. "Una vez, una persona compró uno porque quería echar a los loros de un árbol", dice, y cuenta que en sus anteriores negocios —paquetería y pisos de bambú— nunca le fue tan bien.

Lo Barnechea estudia implementarlo

Lo nuevo: el sistema de reconocimiento facial

El alcalde de Lo Barnechea y también presidente de la Asociación de Municipalidades de la Zona Oriente (AMZO, donde se concentra la tecnología top de vigilancia), Felipe Guevara, dice que "estamos explorando varias cosas.

Una es el reconocimiento facial, porque hay una tecnología nueva en que la cámara no sólo reconoce rostros, sino que la misma cámara va generando una base de datos y se puede saber cuántas veces visitó una zona. Lo segundo es un software que hace inteligentes las cámaras. Se podrían detectar conductas como comercio ambulante".

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