Con su metro 91 es fácil divisar a Maurice Khamis (68) entre un grupo de socios apostados en el hall de entrada del Club Palestino. Todos lo felicitan este domingo de mayo, pues hace un par de horas fue reelegido presidente del club hasta el año 2020. "Estoy feliz y agradecido, es el respaldo del directorio a mi labor en el periodo anterior (2014-2017)", comenta.

En un salón de reuniones del club, con una mesa para por lo menos 20 personas, Khamis no se sienta en la cabecera. Está rodeado de muros decorados con banderas de Chile y Palestina, manuscritos en árabe y una decena de retratos al óleo de todos los presidentes del Club, menos el cuadro de él, que todavía no se pinta. "Este estadio es la nave madre de las instituciones palestinas en Chile. Será mi último periodo; después nada más".

Maurice fue director del Club deportivo Palestino (del año 78 al 90), fue fundador y presidente de la Juventud de la comunidad (en la década del 70) y además es director de la Fundación Belén 2000 y del Club Deportivo. Y sus raíces las relata entusiasmado. "Los primeros palestinos llegaron en 1870; mi abuelo lo hizo a los 18 años, porque quería hacerse rico en las salitreras. La mayoría fueron comerciantes; la primera generación fue al colegio y la universidad. Hoy, el noventa por ciento son profesionales. Estamos en la política, en la cultura; en el deporte, en lo académico, en la banca, el comercio y la industria", dice este abuelo de una nieta y padre de cuatro hijos, tres casados con chilena.

500 millones en cambios

El Club Palestino, terreno de diez hectáreas en pleno corazón de Kennedy, tiene 2.500 socios, y un 15% de ellos no son palestinos. "Si un socio palestino está casado con un judío (a) puede entrar al club. El mundo se confunde, los judíos no son nuestros enemigos, nunca lo han sido. Si ves la Palestina histórica del mapa, antes de la partición en 1948, incluso había un 10% de judíos palestinos", comenta.

Desde la administración de Khamis se han realizado cambios en infraestructura que ascienden a $ 500 millones en tres años. "Pusimos pasto sintético a las canchas de fútbol, reemplazamos las tejas del techo por unas de pizarra, cambiamos todos los baños, estamos remodelando la cocina, ahora todos los ventanales están con termo panel y decoramos el lobby".

Este año viene el proyecto más ambicioso: un moderno centro de eventos, que estará entre el Club House y las canchas de fútbol, en los terrenos que dan hacia Kennedy. "Construiremos un centro de eventos de última generación que será una fuente de ingresos para desarrollar las actividades del club y poder contar, por ejemplo, con una piscina temperada", explica. También habrá 350 estacionamientos subterráneos, que estarán a cargo del arquitecto Mario Terán. Todo tendrá un costo de ocho millones de dólares y esperan terminarlo en menos de tres años.

De porcelanatos y ropa interior

Maurice nació en la localidad palestina de Beit Jala (pegada a Belén) y cuando tenía tres años, en 1952, llegó a vivir a Chile. "Regresé por primera vez a mi ciudad natal 33 años después y he vuelto casi todos los años llevando misiones de parlamentarios de todas las bancadas", cuenta.

En Santiago, su padre Isaac se instaló como comerciante de ropa interior. Creció en una casona de San Diego y estudió en el Liceo 6 de Gran Avenida. El árabe se lo enseñó su madre Helwe Massú. "A los diez años lo leía y escribía, pero con el tiempo se me ha olvidado. Fui criado en una casa palestina. Mi madre cocinaba exquisita comida árabe como el Falafel (garbanzos), Kufta (albóndigas de carne o cordero) y dulces árabes".

El padre de Maurice murió a los 46 años de un cáncer al hígado y su madre quedó viuda a los 39 años. "Ella sacó adelante a sus cuatro hijos. El acuerdo fue que los dos hermanos mayores trabajaban y los dos menores estudiábamos en la universidad".

Tras recibirse de ingeniero comercial en la Universidad de Chile en 1972, comenzó una ascendente carrera como empresario. En 1977 fundó Atika (hoy en manos de su hermano mayor Manir) y dos décadas después MK, que actualmente cuenta con 500 empleados y factura US$ 100 millones anuales.

Khamis llegó al negocio de la ropa interior por casualidad, cuando tomó el control de Palmers el año 2000. "Entré para ayudar a un amigo y fue una empresa complicadísima. Me costó diez años levantarla. Pasó de ser fabricante de ropa a ser una importadora. Tuve que sacar gente, cerrar los talleres; fue dolorosísimo".

El empresario ha levantado un importante mercado de ropa interior en Chile con el grupo Inalen (que reporta 50 millones de dólares anuales) y que maneja las marcas Triumph, Palmers, Chic France y Enersocks. Además de Cotys y Umix.

"Gran cumbre" palestina

Pero el proyecto que más lo apasiona es liderar la Mesa Central de la Comunidad Palestina, que se creó hace dos años y que reúne a todas las instituciones palestinas en Chile (como el club deportivo y la fundación Belén) y que integran conocidos empresarios palestinos como Alberto Kassis y José Said. Hoy el foco más ambicioso de esta Mesa está enfocado en una gran cumbre que se realizará en Chile (del 26 al 28 de octubre) y que busca reunir a todos los palestinos de Latinoamérica con el fin de generar vínculos y reconectarse con sus raíces.

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