La Corte Suprema, el Ministerio Público, el Senado, ninguna institución tiene una cosa como ésta". Pedro Pierry Ex ministro Corte Suprema

Me parece insólita la propuesta. No veo por qué debiera desprenderse de un bien que cumple una función institucional". Alberto Cienfuegos Ex director general de Carabineros

Pedro Pierry —ex ministro de la Corte Suprema y formador de abogados como el contralor Jorge Bermúdez—, nunca olvidó cuando en los años 80 fue a buscar al Hotel O'Higgins al profesor de Filosofía francés Michelle Vilay, quien había llegado a Viña del Mar para dar una conferencia.

Cuando lo llevaba por la calle Uno Norte, Vilay miró hacia el Castillo Brunet (en Cerro Castillo) y le preguntó en francés, "¿Y ese castillo a quién pertenece?". "A la policía", le contestó Pierry. El académico lo miró y le dijo: "Ah, le pouvoir" (ah, el poder).

"No me olvidé nunca más de eso. Que ese castillo, en manos de la policía, representaba la expresión del poder en el gobierno militar", afirma Pierry.

Hoy, más de 30 años después, recuerda el momento para escribir una carta publicada hoy en "El Mercurio" donde pide "muestras de sobriedad" a Carabineros sugiriendo —como medida para recuperar la confianza y respeto de la ciudadanía en medio del fraude en la institución— que "se desprenda" del inmueble.

El abogado explica a La Segunda: "La Corte Suprema, el Ministerio Público, el Senado, ninguna institución tiene una cosa como ésta. ¿Qué justificación puede tener un inmueble de esa naturaleza para el fin que tiene?".

Ubicado en la calle Iberia 104 (Viña del Mar), el Castillo Brunet se levanta con un esplendor de otra época.

Su entrada —un arco de piedra con una reja de hierro forjado rodeado de palmeras— y los detalles de su construcción fueron ideados por los arquitectos Alfredo Azancot (responsable del Palacio Rioja en 1906 y Palacio Carrasco en 1912) y Jorge Schroeder.

La construcción, que comenzó en 1923, fue encargada por José Rafael Brunet Brown —millonario de la V Región cuya abuela donó parte de su fortuna para crear la Universidad Católica de Valparaíso— quien luego le vendió la propiedad a Juan Yarur. En 1974 Yarur donó el lugar a Carabineros.

Bien calificado en TripAdvisor

Según dice Pierry en su carta, el inmueble es "un hotel boutique del Alto Mando para celebraciones y eventos".

El ex general director de Carabineros, Alberto Cienfuegos, asegura que "no es un hotel, es más bien una hostería donde hay habitaciones para recibir funcionarios y sus familias. No es lujoso, es austero y con un servicio sencillo. Por lo tanto está muy lejos de ser «boutique». Su valor está dado por su arquitectura, por ser un lugar patrimonial al que se le da un uso bastante institucional como ceremonias de ascensos, reuniones internas o sociales".

Y agrega: "Me parece insólita la propuesta. Respetando la opinión de otras personas, como el señor Pierry, creo que este tema no guarda relación alguna con el momento que vive la institución. No veo por qué debiera desprenderse de un bien que cumple una función institucional".

Hoy el lugar —que se mantiene operativo con aportes de Carabineros— funciona como hotel y centro de eventos, el que registra una buena calificación en el portal TripAdvisor.

Desde la institución detallan que no es exclusivo del Alto Mando, ya que a él pueden asistir desde subtenientes a generales de la institución, agregados policiales de las Fuerzas Armadas, profesionales civiles y visitas ilustres (como directores de policía de otros países).

Además, el hotel tiene convenio con otras instituciones como el Poder Judicial, y puede ser arrendado para matrimonios y eventos, siempre y cuando sean patrocinados por un funcionario policial.

Cuenta con siete habitaciones cuyos valores fluctúan entre $10 mil y $30 mil por noche: aquellos funcionarios que tienen más grado pagan el precio más alto.

En 2005 el inmueble fue declarado Monumento Histórico y hoy es parte de la Ruta Patrimonial de Viña del Mar. Según el Consejo de Monumentos, uno de los elementos arquitectónicos que más se destaca en esta construcción son los vitrales que adornan el hall y la escalera principal.

También se destacan las gárgolas labradas en madera de encina y los guerreros romanos de yeso hablan del esplendor que vivía Viña del Mar en aquella época.

Además, cuenta con una terraza desde donde se puede observar toda la ciudad, y con un torreón que corona el edificio, en la cual se ubicaba una mezquita.

LEER MÁS
 
Más Información