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Con críticas a su gestión, apuntando a que frenaba el acceso de profesionales a la campaña presidencial de Alejandro Guillier, reaccionaron dos de los cinco diputados radicales luego de que Juan Carlos Soto dejara de ser el jefe de gabinete del senador. Como brazo derecho del periodista (ver recuadro), administraba el acceso a Guillier, rol que había provocado molestia entre parlamentarios y dirigentes. El cambio, además, se conoce después de que el senador criticara a Ricardo Lagos, a la DC y a Michelle Bachelet, incomodando también a dichos sectores oficialistas.

De ello, dieron cuenta la diputada Marcela Hernando y su par Fernando Meza, al ser consultados si la salida de Soto facilitará la formación de un nuevo comando. "Más que eso, va a permitir que más gente se acerque a colaborar y contribuir con propuestas", dijo la parlamentaria, quien explicó que él "ponía demasiadas trabas a quien no conocía y prejuzgaba sus intenciones de acercamiento".

Como ejemplo, relató que "muchos grupos de interés —jóvenes, académicos de diferentes universidades o dedicados a investigación específica, como salud o sociología de la felicidad— que trataron de hacerle llegar sus propuestas, no obtuvieron resultado a solicitudes de audiencia".

Meza dijo que "Soto era un hombre de su confianza y esto permitirá reestructurar su comando, darle la fuerza y organización de campaña para que sea un comando totalmente profesional". Detalló que "tiene que haber disposición en el entorno del candidato a recibir propuestas y sugerencias, cosa que en los tiempos de Soto era complicado y difícil, había cierta rigidez y poca permeabilidad para acceder al senador".

Con todo —y junto con contar que dejó el cargo "por problemas personales y familiares"—, Meza aclaró que "no tuve problemas con él, porque lo evité después de que supe que otros los habían tenido".

Pero el diputado Carlos Abel Jarpa aseguró que esa no fue su experiencia: "Tuve una excelente relación con Soto, fluida y sin inconvenientes". Sí admitió que "nuestro candidato tiene que irse adaptando a los cambios y nuevas condiciones de su campaña".

El ex ministro e integrante de su comando estratégico, Carlos Maldonado, dijo que "la función de jefe de gabinete es siempre compleja y con algunos costos, va con el cargo; no va más allá de eso", pero que "tengo buena opinión de él, se desempeñó muy bien". Y que "una cosa es el equipo personal del senador, y otra es la estructura política de la campaña. Ambas deben interactuar".

Y el presidente radical, Ernesto Velasco, dijo que "no me hago eco de eso (las críticas a Soto); uno tiene que relacionarse institucionalmente con el candidato". Patricio Tombolini, vicepresidente, aclaró que "hay cosas de dulce y agraz en una campaña: puede que algunos parlamentarios quisieran que Guillier estuviese más en sus regiones, pero en general los resultados son positivos".

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Ganaba $ 4.5 millones

Desde la TV: una relación de 20 años

Juan Carlos Soto (51) conoció a Alejandro Guillier hace 20 años, siendo su productor televisivo y estuvo a su lado cuando en 2014 llegó al Senado, donde —con $ 4.5 millones mensuales— se transformó en el segundo jefe de gabinete mejor pagado de la Cámara Alta.

Junto al periodista Carlos Concha, ingresó al PRSD hace alrededor de un año. En el anterior gobierno de Michelle Bachelet militó en el PPD. El llevó la agenda de Guillier, al menos, hasta la semana pasada y definía sus reuniones. También fue defensor de la tesis de que el presidenciable no debe estar amarrado a los partidos. Soto es cercano a Sergio Bitar, quien lo contactó con la casi extinta G-90.

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"Transparencia no es sinónimo de probidad". Alberto Precht, Chile Transparente
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En un cuadro general de bajo cumplimiento de las obligaciones legales en la materia, Renovación Nacional pasó a encabezar el ranking anual de transparencia de los partidos políticos, mientras que la UDI y el PPD son los que están al debe entre las fuerzas más significativas.

Se trata de la versión 2017 del Índice de Transparencia de los Partidos Políticos (ITPP), elaborado por Chile Transparente, que evalúa la difusión de información que los partidos realizan en sus sitios web o portales de acuerdo a lo que les exige la ley y las buenas prácticas en este ámbito.

Los 33 partidos evaluados promediaron sólo un 2,73 de cumplimiento —en una escala de 1 a 7—, donde 21 de ellos publican menos de la mitad de la información que la ley los obliga, algunos no publican ningún tipo de información o no tienen sitios web. Las principales deficiencias están en la información sobre ingresos y egresos económicos y las declaraciones de intereses y patrimonio de sus dirigentes y candidatos.

Entre aquellos con promedios superiores que sí cumplen los estándares legales sobresalieron Renovación Nacional (6,9), el Partido Socialista (6,8), Revolución Democrática (6,4), el Partido Progresista (6,4), la Democracia Cristiana (6,2) y el Partido Ecologista Verde (6,1).

En contraste, en el límite de aprobación de acuerdo a las exigencias legales, se encuentran el PPD (4,1) y la UDI (4,0), mientras que el Partido Comunista (3,3), los radicales (3,0) y el PRI (2,4) están entre los reprobados.

El director ejecutivo de Chile Transparente, Alberto Precht, advierte que el estudio evalúa el reporte de información que proveen los partidos y no las conductas de sus dirigentes. "Es decir, transparencia no necesariamente es sinónimo de probidad", precisó el experto, quien resalta que es el Servicio Electoral el encargado de verificar la veracidad de la información que exige la Ley de Partidos.

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