"Nunca fue un hombre de izquierda, sino un opositor a la dictadura. Fue un líder transversal". Alvaro Vidal, amigo y profesor de Derecho Civil en la UCV.
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Pasó un año en silencio. Y al cumplir su primer aniversario al mando de la Contraloría, Jorge Bermúdez Soto sacó la voz.

Y lo hizo con fuerza: en enero se trenzó en una contienda de competencia con el Poder Judicial —para evitar un "pretendido gobierno de los jueces"— y desde la Corte Suprema tildaron sus dichos de "agraviantes"; actuó rápidamente en el caso de los jubilazos de Gendarmería y, a principios de semana, se enfrentó con el Ministerio del Medio Ambiente al desmentir que el atraso en la tramitación de un decreto (que daba el vamos a la restricción de catalíticos) no era responsabilidad del ente fiscalizador. "Eso se llama procrastinación, el dejar todo para última hora", señaló Bermúdez.

¿Un estilo desafiante reflejo de osadía o imprudencia?

Olga Feliú, ex senadora y ex funcionaria de la Contraloría, sostiene que la entidad "siempre trabajó de esa manera, pero que antes tales acciones eran más discretas porque no había tanta influencia de los medios de comunicación".

Luis Cordero, experto en Derecho Público, añade que la implementación de la Ley de conflicto de interés y declaraciones de patrimonio, además del aniversario de la Contraloría, generaron esta semana un escenario especial: "Hay una coyuntura que le permite a Jorge Bermúdez fijar su sello, que ha sido bien explícito en torno a los temas de probidad".

Quienes conocen la vida de este administrativista de 47 años no se sorprenden con su estilo. El ex rector de la Universidad Católica de Valparaíso, Bernardo Donoso, lo tuvo durante un año como jefe de gabinete en 1995.

Llegó al cargo recomendado por sus profesores de Derecho y "cumplió con todas mis expectativas. Es súper responsable, reflexivo, franco, muy formal y austero" dice Donoso, quien perdió a su colaborador cuando Bermúdez partió a una beca a España. Allá además conoció a su mujer, la científica alemana Brigitte Böckle (experta en acuicultura), con quien tiene dos hijos adolescentes que nacieron en Alemania en el tiempo en que hizo un post doctorado.

Sus emblemáticos apuntes

El abogado Alvaro Vidal entró a estudiar Derecho junto con Bermúdez en 1987. Desde entonces cultivan una amistad que últimamente se ha visto afectada por la copada agenda del contralor.

Juntos prepararon la memoria y el examen de grado. Estudiaron de lunes a viernes durante siete meses: "El llegaba a mi casa a las 7:30 de la mañana, todos los días. Estudiábamos de 8:00 a 13:00, después nos juntábamos a las 16:00 y seguíamos hasta las 20:00 horas".

Durante ese tiempo prepararon completísimas notas para estudiar Derecho Civil. "Son apuntes que todavía circulan, reconociendo nuestra autoría" comenta Vidal con humor.

En las aulas de la UCV, Bermúdez recibió la influencia del ex supremo Pedro Pierry, pero su verdadero mentor fue Osvaldo Oelckers, quien fuera toda una eminencia en Derecho Administrativo, con quien compartía hasta la misma fecha de cumpleaños (8 de julio) y que fue su inspiración para estudiar fuera del país.

En Europa, la marca académica fue del director de su tesis doctoral Ángel Menéndez Rexach, de la Universidad Autónoma de Madrid, conocido catedrático del Derecho Administrativo Ambiental.

La lección alemana sobre corrupción que lo marcó

Becado por la Fundación Alexander von Humboldt, Bermúdez hizo un post doctorado en la Universidad de Giessen en materia medioambiental.

Sin embargo, el día en que tuvo la primera reunión con su profesor, recibió una inesperada lección sobre probidad. "Me preguntó lo que hacía. Y le dije que era funcionario público (en esa época trabajaba en el Consejo de Defensa del Estado), además hago clases en la universidad de Derecho Administrativo y Derecho Ambiental y, si tengo tiempo, llevo algunos casos", recordó Bermúdez en una entrevista en CNN.

Y contó lo que le respondió su profesor: "Eso en este país se llama corrupción, porque en Alemania el profesor sólo es profesor, el funcionario sólo es funcionario y el abogado, abogado. Aquí estamos acostumbrados en que en una malentendida libertad de trabajo, uno puede hacer varias cosas a la vez".

La anécdota lo marcó tanto que se convirtió en un promotor de la transparencia y la probidad en la gestión pública. "Las tramas de corrupción en Chile normalmente no corresponden a una simple coima, sino que responden a una elaboración mucho más compleja" exponía, a fines de 2012, a funcionarios de la misma Contraloría en una capacitación.

Según ha dicho, para él "la corrupción es un germen que siempre está presente en cualquier lugar e institución donde se puede ejercer un poco de poder, desde una junta de vecino a la administración pública".

Eso explica gran parte de su conducta. No sólo ahora. En 2012, mientras era asesor de Andrés Allamand, en el Ministerio de Defensa, Bermúdez promovió un nuevo reglamento de proveedores para eliminar las irregularidades en la adquisición de equipamiento para las Fuerzas Armadas, tal como había ocurrido en el caso Fragatas (donde se pagaron altas comisiones por el negocio).

Su sello fue imponer inhabilidades por parentesco, relaciones comerciales y antecedentes penales al momento de definir a los proveedores de las FF.AA. o cualquiera de sus instituciones, por ejemplo, Capredena o la Defensa Civil.

Se opuso a la dictadura

En diciembre de 2015 Bermúdez recibió el apoyo transversal del Senado para convertirse en contralor. No era la primera vez que tenía el respaldo de un amplio espectro político.

En 1990 se convirtió en presidente del Centro de Alumnos de Derecho de la UCV, con el voto de la derecha y la izquierda.

Álvaro Vidal, su ex compañero, recuerda: "Yo era más bien un estudiante cercano a la derecha. Lo apoyé porque era quien podía iniciar un movimiento estudiantil necesario que concluyó en importantes reformas que hasta hoy nos acompañan. Nunca fue un hombre de izquierda, sino un opositor a la dictadura. No obstante, fue un líder transversal".

Tras dejar el cargo, siguió participando en las actividades del Centro de Alumnos. En otra elección, apoyó a Pablo Gómez, actual fiscal regional de Valparaíso, por esos años candidato de la derecha que logró la presidencia estudiantil en 1994.

Propiedades y autos

El patrimonio de Bermúdez

A poco más de $103 millones llega, sumando los avalúos fiscales, el patrimonio de Jorge Bermúdez.

Eso, según el cálculo que pudimos hacer mediante fuentes abiertas, dado que hasta este jueves Contraloría aún no liberaba ni su declaración de patrimonio ni la de intereses a la página de Infoprobidad (una iniciativa del ente contralor para publicar las declaraciones de bienes de los funcionarios públicos hasta el 31 de marzo).

Según el Conservador de Bienes Raíces e informes comerciales, Bermúdez tiene inscritas a su nombre tres propiedades, todas en la Quinta Región: una vivienda en el Cerro Esperanza de Valparaíso (a unas cuadras de donde viven sus padres), un departamento cerca de la plaza Sotomayor y un terrenito en Limache (cuyo avalúo fiscal es de $521 mil). A ello hay que agregar dos vehículos: un Volvo de 2011 y un Chevrolet Orlando de 2015. Y su mujer, Brigitte Böckle (quien es legalmente soltera igual que él), no cuenta con bienes raíces propios.

La rutina doméstica que se niega a dejar

Sigue comprando en el negocio del barrio

El bajo perfil que cultiva es parte de su vida austera. De hecho, en su oficina de la Contraloría en lugar de sus diplomas prefiere lucir dos dibujos que pintó su hija cuando era pequeña. Y si bien se ve obligado a tener custodia (por amenazas recibidas), cuando puede se arranca a comprar al negocio de su barrio en el Cerro Esperanza.

Lo único que dejó de hacer es seguir manejando su automóvil, particularmente por el ir y venir entre Santiago y Valparaíso, pues se niega a cambiar de domicilio. Es un amante de su ciudad, de la UCV (donde sigue haciendo clases) y también de Santiago Wanderers.

Y su esposa —con varias publicaciones en acuicultura— es una activa apoderada en el Colegio Alemán de Valparaíso.

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