Ellas se ven a sí mismas como objetos de atracción sexual, donde el único imperativo es verse "sexy"

"En Chile todavía creemos correcto comentar: ‘qué arrugada está la Pepita' o ‘la dejó el marido por lo gorda que está'. Estas referencias sobre los cuerpos de otros son crueles y nos matan como sociedad", sostiene la publicista Carolina Pesce, miembro del Observatorio de la Mujer en los Medios de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad del Desarrollo y quien hace cinco años ha investigado cómo la publicidad y la prensa han retratado al sexo femenino, colgándole diversos estereotipos con los cuales debe lidiar en su entorno familiar, social y laboral.

La experta explica que ha visto cómo estos estereotipos son representados en la publicidad y en los medios con imágenes de mujeres "perfectas", realidad que afecta principalmente a las menores de edad. "Esto también se perpetúa en variadas áreas de sus vidas como la enseñanza y el aprendizaje de las matemáticas o la disposición que presentan ante las habilidades del pensamiento", opina.

Y continúa: "En ambas disciplinas las mujeres se perciben en natural desventaja, esto lo asumen como algo dado por su condición femenina o desde el nacimiento. Es decir, traen una visión estereotipada de sus capacidades intelectuales".

Para la académica el estereotipo de la chilena es de una mujer abnegada por su familia, afectuosa y solidaria que no tiene como finalidad de vida su aspecto físico. Sin embargo, esto implica un esfuerzo emocional enorme, por lo que Pesce sostiene que habría una alta tasa de depresión femenina. "La guapa y disponible sexualmente se aparece en revistas, en videojuegos o videoclips. Las chilenas no están estereotipadas como gatúbelas", opina.

Y agrega: "Los estereotipos asociados a las mujeres son: o ser una mujer dedicada a su familia, o una gata sexualizada preocupada de su imagen y de cómo complacer a un hombre; pareciera que no hay otras formas de ser mujer".

—Según la Asociación Americana de Psicología (APA por sus siglas en inglés) esta erotización en la construcción de ser mujer, implicaría consecuencias en niñas y jóvenes, como la depresión y anorexia.

—Claramente vienen varios trastornos mentales, pues ellas se ven a sí mismas como objetos de atracción sexual, donde el único imperativo es verse "sexy" para atraer a los hombres. Ellas entienden que son objetos de deseo y que están sexualmente disponibles. Esto, además, tiene secuelas en los niños, quienes podrían creer que la mujer existe solo para complacer necesidades sexuales o, en casos extremos, para sostener que la violencia y dominación sexual hacia ellas son legítimas.

—La mayoría de las chilenas mide en promedio 1.60 con una contextura normal, lejos de los cánones de belleza que exponen los medios, ¿por qué crees que la publicidad no apunta a esa realidad?

—Chile siempre ha sido aspiracional teniendo como parámetro a Europa, y Estados Unidos, donde el máximo de la belleza era la mujer alta, rubia de ojos azules, aunque hoy hay más diversidad. Los chilenos se alegran cuando en una familia nacen guaguas rubias y de ojos azules. En los medios, la lógica es hacernos creer que uno será mejor si consume tal producto. Y las mujeres entramos en esa dinámica. Nunca somos suficientemente flacas, deseables, ni jóvenes, siempre tenemos algo defectuoso que los medios nos enrostran. Además, muchas son rechazadas laboral o personalmente por estar gordas, dejarse canas o estar arrugadas.

—Al parecer construir un modelo femenino es difícil de alcanzar…

—Ciertamente, porque el estereotipo predominante de hoy obliga a disciplinar los cuerpos de las mujeres. Según la APA (2010) la sexualización de las mujeres en los medios les enseña a las niñas que todo lo que tienen para ofrecer al mundo son sus caras y sus cuerpos perfectos, según la norma establecida, lo que significa que todo su esfuerzo está puesto en lograrlo, en desmedro de su desarrollo personal y profesional.

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Tu teléfono parece atraerte de modo muy seductor cuando estás cuidando a tus hijos en el parque. Hay una razón, seamos sinceros: cuidarlos en las áreas de juegos puede volverse obsoleto para ti antes que para tus hijos.

Hace poco, durante una reunión de pediatras en la que discutíamos el anuncio de la Academia Americana de Pediatría sobre las nuevas recomendaciones acerca de la limitación del tiempo de pantalla para los niños, inevitablemente el tema dio un vuelco hacia los padres y los peligros del famoso término "paternidad distraída".

Los padres están en el parque de juegos mirando sus teléfonos mientras sus hijos juegan sin vigilancia. Los padres en la liga de béisbol infantil están revisando sus correos electrónicos y se están perdiendo el gran momento de su hijo al bate. Durante la cena, los padres se enfocan en sus pantallas y no en lo que sucede con la gente real sentada a la mesa.

No nos gusta admitirlo, pero cuidar niños pequeños puede ser muy tedioso. Creo firmemente que los niños necesitan atención e interacción, conversaciones, escuchar historias y leer en voz alta, también discusiones sobre lo que ven y hacen, juegos y bromas.

Los cerebros de los bebés crecen y se conectan como respuesta a la riqueza de la "sopa lingüística" en la que están inmersos; la Asociación Americana de Pediatría recomienda "regazos, no apps" o "más libros, menos aplicaciones", y soy muy escéptica de cualquier aparato electrónico dirigido a los más pequeños que se anuncie como "educativo" (e incluso soy especialmente escéptica cuando hay "estudios" o "evidencia" que respaldan la publicidad).

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