Si la paciente lo pide, se deja que el cordón deje de latir, y cuando el niño nace va directo a la piel de la mamá; no se interrumpe para medir o pesar". (Doctor Felipe González, Clínica Las Condes)

Una gata nunca va a parir si hay un perro cerca. Si una mujer se siente más segura en la clínica, ése es su mejor lugar". (Paula Ferrer, doula de clínica U. Andes)

Paula Ferrer (46) tuvo a sus dos hijas en su casa, sin anestesia. Vivía en Canadá, y allá se puede elegir dónde parir. Sol nació en 2004 y Paz en marzo de 2009. Ese mismo año, en julio, decidió volver a Chile, y sus dos hermanas quedaron embarazadas, así que las acompañó en sus partos. "Al ver la cosa del otro lado, supe que esto era para mí", dice.

Es artista, pero hace más de cinco años que se dedica exclusivamente al oficio de doula, una mujer que ha parido y tiene experiencia acompañando a otras mujeres durante su gestación, parto y puerperio. Ha estado en partos en casas y clínicas, y hoy forma parte del equipo de Parto Natural Seguro de la clínica de la Universidad de los Andes, un programa de atención "personalizada y holística" que comenzó hace dos años y que cuenta con un curso para prepararse para el parto, salas equipadas con hidroterapia, aromaterapia y música, y un equipo médico que incluye psicólogas y doulas.

—Parece que hoy las mujeres se están preparando para tener un parto, y no para tener un hijo.

—Un parto es una de las experiencias más importantes de la vida. Tener un hijo te marca, pero no sabes a lo que vas. La idea de toda esta preparación es que la mujer se empodere, porque es su cuerpo el que está trabajando.

—¿Qué diferencias hay entre un parto natural en la casa y en la clínica?

—En la casa está la comodidad, la confianza. Pero lo primordial es sentirse segura. Somos mamíferos. Una gata nunca va a parir si hay un perro cerca. Si una mujer se siente más segura en la clínica, ése es su mejor lugar para parir.

"Nos hemos alejado

de nuestra naturaleza"

El doctor Felipe González (37) tiene más de 8 años de experiencia en esta disciplina e integra el equipo de partos naturales de la Clínica Las Condes desde que se formó, en enero del año pasado. Por su experiencia, esperaba que un 3% de las embarazadas quisiera un parto natural. Sin embargo, al cabo de un año, un 7% de las pacientes (120 mujeres) consultó por este tipo de parto en la clínica.

Explica que no es sólo parir sin anestesia (de hecho, muchas la piden en algún momento), sino vivir el parto de la forma más natural posible. Implica seguir los tiempos naturales del parto y que el personal médico esté en una posición expectante, y no activa. "Si la paciente lo pide, se deja que el cordón deje de latir, y cuando el niño nace va directo a la piel de la mamá; no se interrumpe para medir o pesar".

Mientras más avanza la medicina para tener partos con menos dolor, más breves y menos traumáticos, se elige lo contrario. ¿Volvemos al pasado?

—Difiero con que un parto más corto sea mejor o menos traumático. Aunque es agotador, no hay nada más bonito e intenso. Significa conectarse con tu intimidad más profunda desde el punto de vista biológico y emocional.

—¿Y las mujeres que tienen cesárea no tienen una conexión profunda?

—Van a querer igual a su hijo, pero el parto es un proceso natural, como respirar o tener relaciones sexuales. Nos hemos alejado de nuestra naturaleza. Desde que existe la humanidad, las mujeres han tenido hijos, y nadie se muere por eso.

—Pero desde que se medicalizan, las tasas de mortalidad en partos son casi nulas.

—Después de la revolución industrial se vieron los beneficios del desarrollo técnico con la disminución de infecciones. Pero después nos encontramos con la ley del péndulo: de tener partos en la casa se pasó a los partos medicalizados, llegando a un 80% de cesáreas. Finalmente llegamos a un punto de equilibrio: un proceso natural sobre el cual la técnica puede reducir mucho la posibilidad de complicaciones. Yo, como médico, estoy en un parto para resolver problemas, no para intervenir procesos naturales que no tienen riesgo.

—¿Qué opina de los partos en la casa?

—Algunas pacientes me lo han pedido, pero además de ser ilegal hay que considerar el problema demográfico: una guagüita que nace con problemas respiratorios necesita atención inmediata, y hoy en Santiago te puedes demorar 40 minutos en llegar a un centro de salud.

Playlists musicales

y murales de flores

La clínica Alemana fue pionera hace 15 años en la implementación de salas SAIP (Sala de Atención Integral al Parto). Allí, todas las habitaciones están equipadas con balones de pilates, piscinas y aromaterapia. "La paciente puede traer su propio playlist y bajar la luz. Hace poco pintamos los muros de las habitaciones con flores", dice el doctor Marcelo González, jefe de Ginecología y Obstetricia de la clínica. Cuenta que cuando comenzaron, sólo el 1% de las mujeres solicitaba partos naturales, y hoy van por el 7% de los partos. Sin embargo, asegura que el 60% de las pacientes hoy se benefician con alguno de los implementos de las salas.

La clínica Santa María cuenta con dos salas SAIP y han realizado 600 partos naturales. "La idea es recobrar las capacidades innatas de la mujer, que claramente no están perdidas, sólo algo infravaloradas", explica la doctora Karin Wensioe, obstetra del equipo de la clínica.

Incluso en establecimientos como la clínica Tabancura, donde explican que "no se hacen ni se fomentan partos naturales", desde que se inauguró su edificio nuevo, a mediados del año pasado, todas sus salas de parto fueron acondicionadas para favorecer la deambulación de las parturientas y cuentan con implementos como radios o balones kinésicos.

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