El 3 de enero de 2017 marcó el inicio de la era Carey en Chilevisión, y en un hecho inédito para el grupo Turner, la compañía reculó de la decisión de mantener una dualidad de poder que, en los peores momentos, enfrentaba la figura del ex director ejecutivo Francisco Mandiola a la del asesor de grupo Turner: el alemán Holger Roost-Macías. Según una alta fuente ejecutiva, esa figura "terminó por provocar muchos de los problemas que CHV tuvo durante 2016".

El abogado UC, ex vicepresidente legal y de regulación de VTR, ahora convertido en presidente ejecutivo de CHV, se encontró con un canal de ambiente enrarecido y de fuerte oposición a la gestión de Roost-Macías, por las olas de despidos vividas a finales de 2016, además de una baja sintonía en horarios claves, como el prime.

El punto de máxima tensión entre trabajadores y la plana ejecutiva se vivió en agosto del año pasado a raíz de la salida del canal del director de prensa Patricio Caldichoury. En esa oportunidad, Iván Nuñez y Macarena Pizarro leyeron en pleno noticiero central un comunicado rechazando la medida a nombre de todos los funcionarios.

Tras las bienvenidas protocolares, los primeros días de Carey en Machasa estuvieron marcados por reuniones con los distintos equipos. Siempre se mostró como un hombre de bajo perfil.

Consciente del terreno que pisaba, Carey sabía que sus primeros pasos exigían movimientos de hábil diplomacia. Fue conociendo el canal y su gente. Durante enero parecía estar en permanente evaluación y generaba algo de incertidumbre entre los trabajadores.

Sin embargo, hay un hecho que marca un antes y un después en su gestión. En medio de los incendios del centro-sur de Chile, que motivaron decretar estado de catástrofe el 20 de enero, el ejecutivo dio una señal que fue considerada por los trabajadores como el momento en que se empoderó. El sábado 28 de enero, Carey decidió irse a Machasa para organizar y congregar a todo el canal en una campaña solidaria. Estableció un puente con Desafío Levantemos Chile y se quedó prácticamente a vivir en el canal. "Estuvo sábado y domingo en los estudios, compartió con equipos de producción, periodistas y rostros. La gente lo vio moverse", cuenta un rostro de la estación.

Carey movió y definió la ayuda solidaria de la señal. Rechazó la invitación de Mega y de TVN para unir fuerzas y corrió por cuenta propia con una campaña que superó los 11 mil millones de pesos en donaciones.

Un nuevo estilo de mando

Tildado por quienes lo conocen como trabajólico, Jorge Carey Carvallo (47) es definido por los trabajadores del canal como "un hombre respetuoso de los espacios", "preocupado del trato humano" y con "capacidad de generar buenos equipos".

Sus jornadas laborales pueden prolongarse hasta por 12 horas. Si Francisco Mandiola, el saliente director ejecutivo, usaba trajes Hugo Boss, mocasines sin calcetines y pañuelos al cuello, el nuevo jefe en Chilevisión viste jeans, camisas, zapatos deportivos, y hasta zapatillas.

Ha demostrado particular interés en el trabajo de los departamentos de prensa del grupo. Por estos días sus fuerzas están centradas en la correcta aplicación e integración entre CNN Chile y CHV. Para ello trabaja en constante coordinación con el director de noticias de CNN, Alejandro Repenning, y con el director de prensa de CHV, Pablo Badilla. Jugó un rol directo para concretar el retorno de Fernando Paulsen a la estación. "Quiere poner al aire a «Tolerancia cero» lo antes posible, potenciar contenidos informativos y generar sinergia", cuentan desde prensa.

Algunas voces, más exageradas, al interior del edificio de la calle Pedro Montt lo han llegado a comparar con los inicios de Jaime de Aguirre.

Una fuente ejecutiva sostiene que Carey "está revirtiendo las decisiones tomadas por una administración que subvaloró a los espectadores chilenos programando espacios como «Escuela para maridos». Chilevisión va a quedar para siempre marcado como el primer canal de televisión en la historia de Chile sancionado por la Ley Zamudio. Hay un largo camino por limpiar".

Manejo de egos

Si bien el trabajo de Carey debiese homologarse con el de Francisco Mandiola, el sello de la asesoría del alemán Holger Roost-Macías ha pesado mucho más. O al menos el rechazo que él ha generado. Muchos atañen a este sentimiento las habituales filtraciones a la prensa de las decisiones del canal. Detenerlas fue una de las primeras medidas de control de Carey, así como también eliminar la figura de "director ejecutivo" para posicionarse como "presidente ejecutivo".

Un ex trabajador del área de entretención afirma: "El canal es un lugar bien complicado en cuanto a manejo de equipos y egos. Rostros enojados con otros rostros. Yo creo que por eso se filtran tantas cosas. Y el canal despidió a mucha gente, por eso no hay un sentimiento. La gente de ahora está como comprometida con el canal, quieren tener una línea editorial. Se acabó "SQP" y pensaron en inventar otro programa para no despedir a nadie".

El abogado tiene especial preocupación por el servicio social. No fue al azar la campaña solidaria de ayuda al sur del país que levantó CHV. Tiene experiencia en organizaciones solidarias, fue fundador de fundación País Digital y ha sido director de la fundación Fernando González, Gestionarte y fundación RAD.

Su saludo y deseos de éxito y suerte son habituales en los equipos de trabajo. Se ha reunido con maquilladores, camarógrafos, periodistas. "Nada raro", dicen desde VTR, desde donde un ex funcionario explica que "las puertas estaban abiertas para acercarse hasta él".

Entre los desafíos de la nueva jefatura también está el subir el nivel de la estación y proyectarla a nuevos públicos. "Tiene que revertir la reputación de canal rasca. Lisa y llanamente, subirle el pelo", cuenta un ejecutivo del canal.

Golpear la mesa

Al interior de Machasa existe un equipo de trabajo capaz de retratar el liderazgo del nuevo jefe: el de Alex Hernández. Responsables del Festival de Viña del Mar.

En la madrugada del 26 de febrero, el pasivo "monstruo" despertaba tras el show de Mon Laferte en la Quinta Vergara. Las pifias eran ensordecedoras. Carolina de Moras y Rafael Araneda se negaban a salir, generando un momento incómodo que detenía el avance natural de la última noche. Hasta ese momento nadie esperaba que el show de la cantante provocase tal euforia. Menos cuando lo que seguía era la premiación internacional con Carey y Virginia Reginato en el escenario.

Con los semblantes amables de cada noche —Carey no se inmiscuyó nunca en el switch de Alex Hernández—, finalmente las autoridades subieron, entregaron el galardón y bajaron como si nada. Minutos después, Carey estaba enfrascado en una discusión con gente de la Municipalidad de Viña del Mar y Hernández.

"El Festival es un aparataje de relaciones públicas para el municipio. Y expusieron a que pifiaran fácil 20 minutos a la alcaldesa. Ahí él habló, y se hizo notar. Estaba molesto por cómo habían actuado. Por eso se fue a meter al lugar donde se manejaban las cosas, algo que no había hecho. Él iba a saludar, a desear buena suerte, y se iba", explica una fuente al interior de la Quinta Vergara. "Él preguntaba: "¿Cómo es posible que no tengamos un plan B? ¿Por qué esto se está manejando así?". "Era como que todo se derrumbaba en un segundo: la ganadora leyendo la Biblia, Mon Laferte hablando del Festival en la conferencia de prensa, las pifias… Todos gritaban como molestos. Nadie sabía a quién culpar. Era algo para lo que no estabas preparado. Pero él no era el que gritaba más".

A las 5 de la mañana, terminada la transmisión, hubo una fiesta para el equipo. Carey subió al escenario y felicitó a todo el mundo. Agradeció amablemente.

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