La administración de Empresas Masvida, liderada por su presidente Claudio Santander, debe explicar hoy a la autoridad el "Plan de Ajuste y Contingencia" (PAC) que el viernes le entregó a la Superintendencia de Salud, y que incluye los detalles trazados para sacar a la isapre de su crisis financiera.

Esos son los plazos detallados a La Segunda por la autoridad del sector y que significan la consecuencia de un periplo de más de cinco meses en que la Super de Salud terminó constatando que la isapre había caído en un espiral económico insostenible. Una ‘bicicleta' a la que Masvida comenzó a echar mano el año pasado, apelando una y otra vez al uso de las garantías financieras que le exige la ley.

"La Super de Salud le rebajaba las garantías y la isapre rebajaba sus pasivos, pero en el fondo se mantenía desequilibrada. Luego, los pasivos volvían a aumentar, ellos se veían obligados a completar más garantías con el flujo (entre ellos, las cotizaciones pagadas por los afiliados), perdían liquidez y volvían a pedir rebaja de garantías", relata la autoridad del sector, Sebastián Pavlovic.

"Eso, se supone, iba a terminar en diciembre —en base a un plan de normalización financiera que se les exigió en septiembre—, pero como no dio los frutos esperados, tuvimos que exigirles este plan de ajuste y contingencia", enfatiza.

Según Pavlovic, todo fue más evidente el mes pasado, cuando Masvida "iba a tener que pedir que le liberáramos más garantías", y a fines de ese mes Clínica Las Lilas —controlada también por el holding— informó de un inesperado ajuste negativo en su patrimonio de $23.000 millones (unos US$35 millones).

Aquí "podría generarse una situación de eventual incumplimiento de la isapre y por eso le exigimos el plan de ajuste", dice Pavlovic. Por eso, si bien Masvida no está intervenida, en la práctica sus actividades están supervisadas por un "tutor", relata.

Y es que hoy "prácticamente cada liberación de garantías concedida a la isapre se autoriza nominativamente para definir a qué acreedores deben ir esos pagos", aseguró.

Así, la superintendencia controla a diario y en terreno que los pagos de la isapre no vayan a deudas antiguas, no impliquen montos cuantiosos para un solo acreedor, que no se desvíen a empresas relacionadas y que, preferentemente, se orienten a los prestadores médicos: clínicas, farmacias, doctores u otros.

Las cifras de Masvida

Los datos oficiales de la isapre a septiembre pasado, dan cuenta de una compleja situación económica, dada su estructura de activos y pasivos corrientes (inferiores a 12 meses plazo).

Hoy, Masvida es la isapre que mantiene la mayor deuda de corto plazo de todo el sistema, con pasivos declarados por unos US$183 millones, de los cuales US$143 millones son ‘cuentas comerciales y otras cuentas por pagar', con prestadores, se lee en los estados financieros informados por el regulador.

En ese contexto, la isapre reconocía tener activos corrientes (instrumentos convertibles en efectivo antes de 12 meses, como bonos, depósitos o cuotas de fondos mutuos) por US$126 millones, de los cuales US$67 millones están asociados a ‘cuentas por cobrar a entidades relacionadas'. (ver red en página 11)

"En general nuestra Ley de isapres, como la Ley de Quiebras contemplan los mecanismos como para buscar la continuidad operacional de una industria, por lo tanto más allá de que eso se suscite (la quiebra de Masvida), en cualquier escenario lo más recomendable siempre parece garantizar las condiciones para la continuidad operacional del giro y a partir de eso ver si efectivamente es viable o no la isapre", concluye Pavlovic.

US$ 27 millones

Bajó capital de la isapre

Los niveles de capital de Isapre Masvida se encuentran entre los más bajos del sector respecto de sus obligaciones de corto plazo.

Según los datos de la Superintendencia de Salud a septiembre la institución tiene un patrimonio total de casi US$93 millones.

Sin embrago, de ese monto sólo US$27 millones corresponden a capital emitido. El resto proviene de utilidades acumuladas por US$45 millones, otras reservas por US$17 millones y US$6,3 millones de utilidades acumuladas este año.

Sin embargo, las cifras de la matriz de la isapre: Empresas Masvida (dueña de las clínicas y centros médicos con dificultades económicas), sólo se conocen hasta el 2015, año de su última memoria pública, pues se trata de una sociedad anónima cerrada que no informa sus estados financieros abiertamente.

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