La tranquilidad de unas vacaciones en Tongoy tuvo un giro radical para la documentalista Wayra Galland.

El pasado 1 de febrero, delincuentes entraron a la casa de su madre en el balneario y robaron, entre otras cosas, un computador y dos discos duros que contenían el fruto de su trabajo: un documental sobre la vida de Jorge Müller, recordado director de fotografía y camarógrafo ("La batalla de Chile", "El realismo socialista") que desapareció junto a su esposa, Carmen Bravo, luego de ser detenidos por la DINA en el año 1974.

La investigación de Wayra comenzó hace 9 años. La cineasta cuenta que "al ir recopilando información llegué a la familia Müller, quienes me mostraron archivos familiares que hablan de un artista integral y de una historia injusta guardada por más de 40 años. Con ellos, su madre dejó al descubierto el proceso judicial que tuvieron que llevar la mayoría de los familiares de detenidos desaparecidos".

El proyecto ganó un Fondart en 2015.

"Perdí el trabajo de montaje, la edición de imagen y sonido, el material original, los días de rodaje. También almacenaba los documentos de la rendición del proyecto que aun se encuentran en proceso de revisión y podría arriesgar el cobro del dinero (casi 15 millones de pesos) por parte del Consejo", se lamenta Galland.

Recuperar lo perdido

Tras la denuncia en Carabineros, la directora se negó a presentar la constancia ante el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes para respaldar el robo, ya que algunos datos fueron mal ingresados. Por eso ha comenzado su propia búsqueda.

—¿Has pensado en ofrecer recompensa para recuperar los discos?

—Sí, pero tampoco es que tenga millones para ofrecer. Expliqué en mis redes sociales que los discos duros son importantes y puedo pagar algo a cambio, si logro recuperarlos con toda la información.

—De no recuperarla, ¿qué pasará con tu trabajo?

—Siempre hay posibilidades para recomenzar una idea, solo hay que pensarla un poco más y reflexionar ante la realidad y los hechos que aparecen ante nuestra percepción. Solo tendría que buscar la forma de tener acceso a las herramientas necesarias.

—¿Hay riesgos de que tu trabajo sea incluso usurpado?

—Aunque Müller sea una persona muy importante y con trayectoria para la historia del cine nacional, no creo que a nadie le interese robarme el trabajo. No tengo tanta trayectoria para que a alguien le importe lo que hago, y no creo que alguien quiera hacer algo así.

—¿En el computador tenías más cosas sobre la investigación?

—No sólo perdí un proyecto, tenía otros trabajos allí y archivos personales. Creo que ahora en la era del mundo digital es aun más fácil perder la memoria.

—¿Cómo es eso?

—Los archivos análogos, es decir, las fotografías o cintas como los que conservó la madre de Müller, pueden ser guardados por más de 40 años, e incluso más, debido a los estándares de conservación. Ahora, en la época digital, puede fallar una tarjeta o un disco duro y todo el trabajo se pierde. Lo mismo sucede con la memoria de las personas. Nos bombardean constantemente de información, y es tanta, que una noticia tapa a la otra y la gente se olvida de las cosas importantes.

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Era una de las consecuencias menos comentadas tras la elección de Donald Trump, pero ya se está volviendo realidad: el boicot deportivo.

La cercanía de Barack Obama con varias figuras —como LeBron James— y las controversiales posturas raciales e ideológicas del nuevo Presidente ponían en duda la larga tradición de que todos los campeones de los grandes deportes estadounidenses visitan la Casa Blanca.

Aunque todavía no hay un anuncio oficial sobre si se realizará o no, apenas tres días después del Super Bowl ya hay tres jugadores de los recién coronados New England Patriots que ya avisaron que de todos modos no aceptarán una eventual invitación.

Para sorpresa de nadie, todos son afroamericanos: Martellus Bennett, Dont'a Hightower y Devin McCourty.

"La principal razón es que no me siento aceptado en la Casa Blanca. Con el Presidente teniendo tan fuertes posturas y prejuicios, supongo que algunos se sentirán bienvenidos y otros no", le dijo McCourty a la revista Time. Según informa el New York Times, varios más podrían sumarse a la medida.

Paradójicamente, los Patriots son uno de los equipos más cercanos a Trump, quien no sólo los apoyó públicamente para que ganaran el domingo, sino que también se reconoce amigo de su dueño, el millonario Robert Kraft, y de su gran figura, el mariscal Tom Brady.

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