"Yo creo que él (Laurence Golborne) no volverá a la política y tampoco me gustaría que lo hiciera".

Cuenta que muchas personas en la calle, antes de saber quién es su papá, le preguntan si es algo de Laurence Golborne. "Cuando voy a comprar a un quiosco me dicen: "¿Eres pariente de Golborne? Me miran la cara y me dicen: "es que te pareces muchísimo", dice Christian.

Y comenta: "Yo igual me encuentro parecido, dicen que en la nariz, en los pómulos y en lo risueño, porque mi papá siempre está alegre. Lo que nos diferencia es que yo soy más soñador y él es más práctico".

Pero, sin duda, uno de los aspectos que más los unen es la pasión por la música. A los nueve años Christian empezó a tomar clases de piano. Creció en una casa donde siempre vio su papá tocar guitarra y a su mamá como aficionada al piano. "A mi papá le gusta mucho Silvio Rodríguez, tenía un grupo con música estilo Inti-Illimani, más folclórico. Siempre recuerdo a mi papá cantándome la "Cuncuna amarilla" de Mazapán, canta muy bien; incluso también grabó un par de canciones en estudio. Ha perdido un poco la voz con los años, pero sigue cantando y todavía tiene la misma guitarra en su pieza", cuenta.

Desde que Christian (22) salió del colegio lleva el pelo largo; en el Mayflower donde estudió, no lo dejaban llevarlo así. Hoy, nadie le dice nada de su look en la Universidad Católica, donde cursa cuarto año de Ingeniería Comercial. "Quería escoger una carrera que me permitiera compatibilizar mi pasión por la música", dice el segundo de cuatro hermanos [Benjamín (23), Karin (21) y Laurence (18)].

Cuando estaba en el colegio, el joven formó el grupo Ponchelas, que tocaba cumbia y salsa. Y ya en la universidad sus integrantes (Christian, Jorge, Martín y Michael) quisieron darle un giro más profesional y partir de cero. Así, nació "Fuglar" (que significa pájaro en islandés), de estilo rock pop con canciones creadas por ellos, donde Golborne es tecladista.

La banda toca hace dos años, hoy cuentan con manager (Gonzalo Contreras); un LP, "El Mundo te espera" (con cinco canciones), y lanzarán un álbum a mediados de este año. "Nuestras canciones hablan de conflictos personales, de amor, pero no son consignas sociales", aclara.

Y añade: "Nos encantaría sonar en Latinoamérica o donde más se pueda. Telonear a Coldplay sería el paraíso, pagaría por eso".

—¿Qué dice tu papá de esto de tener un hijo músico?

—Está contento, sabe que es mi pasión, me apoya y me ha ido a ver a los lugares donde toco. El mejor consejo que me ha dado es: "persevera y esfuérzate en lo que quieres". Siempre me ha apoyado y me ha dejado libre: "Haz lo que tú quieras, pero piensa bien los pasos que das", también me dice.

—Me imagino que con tu papá has tenido un buen pasar, pero con la música la estabilidad económica a veces resulta complicada…

—Cuando se hace lo que se quiere, eso es lo que vale. Si dejara el grupo y me dedicara solo a ingeniería comercial me podría ir bien económicamente, pero la frustración sería inmensa. Mi papá viene de Maipú, no proviene de una familia rica; él hizo lo que tiene trabajando por su cuenta y siempre nos enseñó a ser humildes a nunca andar diciendo lo que uno tiene. Siempre ha dejado presente que lo que tiene lo ha ganado con esfuerzo.

—Ser hijo de Laurence Golborne, ¿ha sido una ventaja o una desventaja para la música?

—Trae de las dos cosas. Quizás en Chile te pueden fichar por el nombre y no crean que el mérito sea tuyo. Eso me ha pasado con algún comentario, pero si uno pesca eso se empieza a volver loco.

—Y también eso te puede jugar en contra, pues tu padre ha estado en el ojo del huracán por el caso Penta...

—Confío en él y estoy tranquilo porque converso con él, veo su perspectiva; seguir más allá con lo que dice la tele u otras personas del tema es enredarme la cabeza. Trato siempre de apoyarlo, escuchando su opinión e ignorando lo que la gente intencionadamente mal comenta.

"A mi papá lo veo bien"

Christian dice que desde que su padre está fuera del mundo político, ahora como director de empresas en el área privada, lo ve mucho más tranquilo. "Está más cercano a nosotros con mis hermanos. Ha sido un fuerte impacto de estar en todo a estar en nada. Aunque haya tenido una causa muy noble de ayudar, está mejor así, es muy estresante ese mundo. Yo creo que él no volverá a la política y tampoco me gustaría que lo hiciera".

—¿Nunca estuviste de acuerdo en que tu papá entrara a la política?

—Cuando partió en eso, no me gustó la idea. Son muy duros los conflictos que se dan en torno a un candidato presidencial. Pensaba "para qué, si ese ambiente era tan cochino". Aunque también me tocó trabajar con él en la campaña senatorial, en terreno, y vi cómo se esforzaba y cómo se relacionaba bien con la gente.

—Hace 2 años tus padres se separaron, ¿cómo lo han vivido como familia?

—Ahora, como estamos más grandes, con mis hermanos entendemos mejor la situación. A mi papá lo veo bien, ha sido uno de los grandes pasos que nos ha permitido acercarnos aún más. En este caso no hubo una guerra en que se separaran peleados, la decisión que tomaron era la más sana y ha resultado mucho mejor. Mis padres han cambiado bastante, pero para bien; nos hemos acercado muchísimo; nos hemos conectado más como familia.

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