"Tenía un poco de acento campesino. Lo tuve que domesticar".
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La presentadora de noticias del canal 24 Horas Patricia Venegas vivió su infancia en San Fernando y Chimbarongo. Allí, dice bromeando, vivió en "un estado salvaje": jugaba al aire libre, a pie pelado, en la tierra, en los potreros. Y aunque podía sintonizar sólo dos canales de televisión, desde niña le interesó crear medios de comunicación como revistas, diarios e incluso escribió el primer anuario de su colegio. Por eso, aunque pensaba estudiar Derecho, sus amigos del liceo donde estudió le han dicho que era evidente que sería periodista.

Ha formado su carrera en TVN, donde actualmente presenta las noticias en 24 horas en la tarde y conduce el programa "Chile al día", donde muestra la realidad de las regiones: sus problemas, fiestas locales, rutas patrimoniales y científicas. Además, entre las 7:00 y 9:00 horas está al aire en radio Concierto.

—¿Lo pasabas bien cuando vivías en San Fernando?

—Viví en San Fernando, pero los fines de semana y en el verano me iba a Chimbarongo. Se podría decir que mi infancia fue en un estado salvaje (ríe).

—¿En qué sentido?

—Vivía en una casa, entonces tenía patio, árboles, y crecí muy vinculada a jugar en la tierra, a estar en el barro, ensuciarme. No veía tele, había dos canales no más que llegaban, entonces pasaba afuera. Y en Chimbarongo había potreros, cerros, todos los juegos eran al aire libre, a pie pelado. Entonces claro, yo digo en estado salvaje porque fue muy libre ese período de infancia. Y ya después tuve que civilizarme un poco (ríe), cuando llegué a estudiar a Valparaíso.

—¿En el colegio eras matea?

—Creo que era matea, pero sin exagerar. Tenía más bien estas ganas de hacer cosas. Inventar proyectos, hacer revistas. Eso, sumado al cuento que tenía con la computación. Si no hubiese sido periodista, hubiera estudiado informática. Pero no era buena para las matemáticas.

—¿O sea la computación igual fue importante en su momento?

—Súper importante. Se llegó a fundir el Atari de tanto que lo usé. Y cuando estuve en la universidad, para sobrevivir, porque ya no tenía plata, empecé a hacer páginas web. Tenía una habilidad que no he aprovechado después con los años.

—¿Cómo viviste el cambio de San Fernando a Valparaíso y Santiago?

—No fue fácil. Primero, porque tenía un poco de acento campesino. Lo tuve que domesticar un poco. Lo digo porque igual me lo dijeron. Y lo que más me ha costado en Santiago son las distancias, los tacos. De hecho, ando en bicicleta, porque no tengo esa paciencia que tienen los santiaguinos. Y como no ando en auto, soy una persona relativamente feliz por la vida, no tengo ese nivel de tensión.

—¿Por qué estudiaste Periodismo?

—Amigos del colegio me han dicho que era obvio que iba a estudiar Periodismo, porque jugaba a la radio, inventé un diario, armé un anuario. Probablemente, si hubiera existido, hubiera sacado un podcast o un blog.

—¿Y cómo llegaste a la TV?

—Hubo un año en que tuve acceso a una cámara de video. Me acuerdo que grabé todo lo que se movía a mi alrededor. Eso fue en cuarto medio. Pero me gustaba escribir, siempre me visualicé en medios escritos. Lo que pasa es que TVN inicia la postulación a la práctica mucho más temprano que el resto, entonces en octubre ya tenía mi práctica para el verano. Nunca pensé que ése iba a ser el lugar en el que iba a trabajar hasta hoy.

—¿Siempre has trabajado en TVN?

—Siempre he estado en TVN y eso ha sido también porque me han permitido salir de vez en cuando. Hubo un período en el año 2010 que me fui por tres meses a Estados Unidos, y en el año 2012 me fui a Londres. Eso es gracias al canal, que me dio la oportunidad de volver cuando yo quisiera, y estoy muy agradecida, porque si no, no hubiera podido pegarme esas escapadas.

—¿Por qué te fuiste a EE.UU.?

—Quería estudiar inglés. Estudié en un liceo donde el inglés no era el fuerte, entonces tenía esa deuda pendiente. Y en 2010 (tenía 32 años) dije "ya, está bueno, si sigo diciendo que tengo que ahorrar para ir, no lo voy a hacer nunca", así es que saqué plata de la línea de crédito, compré los pasajes y me fui a Washington. No tenía mucha plata, entonces empecé a hacer clases de español, y con eso fui sobreviviendo, además de reportear algunas cosas para Chile. La experiencia de hacer clases fue la mejor de todas. Fui una buena profesora, aprendieron por lo menos. Y si no aprendieron, lo pasaron bien (ríe).

—¿Y llegaste no más? ¿No tenías a algún conocido que te recibiera?

—No nada, no la pensé mucho. Llegué para Año Nuevo, y un amigo del colegio que trabajaba allá me prestó su departamento mientras él estaba en Chile. Ahí estuve un par de días hasta que empecé a buscar. Pero llegué súper a tontas y locas. Me acuerdo de que era 31 de diciembre y en Washington no estaba pasando nada. Así que agarré un bus y me fui a Nueva York a pasar el Año Nuevo. Llegué como media hora antes de las 12. Y después me di cuenta de que no tenía hotel, pero confié en la suerte y encontré un lugar. Creo que si lo hubiese planificado mucho, no me habría resultado. Soy más de lanzarme a la piscina.

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