"Advierto en el directorio la adscripción a un modelo alineado con un grupo de accionistas". Alejandro Quintana, ex director de CLC

Desde su nacimiento en 1978, la Clínica Las Condes se concibió como un proyecto donde la propiedad debía estar en manos de sus médicos. Para mantenerse alineado con esta convicción, cada doctor debe comprar, en un plazo de entre 2 y 3 años desde su ingreso, un mínimo de 2.500 UF en acciones de la compañía (unos $65,8 millones), lo que sella su entrada a la clínica. Pero es precisamente este modelo el que ahora está causando un conflicto entre algunos médicos socios y otros accionistas que entraron a la compañía luego de que ésta se abriera a bolsa. Así, lo que comenzó la semana pasada con la aparición de errores contables en sus estados financieros, terminó reabriendo una profunda pugna entre socios que se vive tras las bambalinas de la Clínica Las Condes (CLC).

La primera señal del conflicto provino de su principal accionista, Cecilia Karlezi, quien posee el 17,3% de la propiedad. Su representante directo en el directorio, el abogado Alejandro Quintana, anunció el miércoles su salida de la mesa, alegando fricciones con el cuerpo médico al haber intentado, frustradamente, modificar los estatutos que rigen a los doctores que trabajan en la clínica, advirtiendo la adscripción del directorio "a un modelo alineado con un grupo de accionistas cuyos intereses influyen decisivamente en la administración de la sociedad".

Voces que trascendieron desde dicho cuerpo médico (una asociación recién creada que agrupa a 580 doctores de la clínica y, entre ellos, más de 350 profesionales accionistas de CLC) comentaron que los socios no médicos, con el apoyo de algunos doctores que poseen participaciones accionarias relevantes, estarían buscando elevar su propiedad de la sociedad para aplicar una reestructuración que les permita modificar el modelo que rige la relación entre los médicos y la clínica.

En este modelo, los médicos reciben un pago doble: por sus honorarios y su retribución como accionistas. Algo que los no médicos quieren cambiar, haciendo énfasis en los honorarios. En una consulta, por ejemplo, un paciente paga la tarifa del doctor por el servicio prestado y el médico paga a la clínica un costo de administración, que actualmente los no médicos consideran muy bajo y que querrían elevar. Una modicación que afecta a los de delantal blanco y ante la cual no pretenden ceder.

El cuerpo médico y los doctores con poder

El Cuerpo Médico es la asociación que congrega a todos los doctores de la clínica, con o sin acciones. Como gremio no tienen poder accionario, pero sí cuentan con un directorio. Su presidente es el anestesista Jorge Rufs, quien en la última junta de accionistas de la clínica, celebrada el 28 de abril del año pasado, representó un total de 869.473 acciones (personalmente poseía sólo 3.000); es decir, cerca del 10,4% de la compañía.

La asociación además presta servicios, por ejemplo, en temas tributarios, además de convenios con lugares de veraneo y con convenciones médicas. También define algunos procesos de reclutamiento de nuevos médicos.

Dentro de este cuerpo médico existen también doctores que, a su nombre o a través de sociedades ligadas a ellos, poseen una gran cantidad de acciones y que por esto tienen más peso individual. Según cuatro médicos consultados, no hay duda de quiénes son algunos de estos doctores de peso. El ginecólogo Carlos Schnapp está ligado a la sociedad Inversiones Gami, que posee el 3,26% de la propiedad. En 2014, la firma compró 2,6% de la propiedad que poseía Carlos Heller a través del grupo Bethia.

Sociedad Asesorías e Inversiones Herbert Spencer está ligada al anestesista del mismo nombre. La firma cuenta con el 1,26% de los títulos. Otros profesionales que destacan sus colegas son el también anestesista Pedro Cubillos y el ginecólogo obstetra Juan Luis Alcalde, hermano del ex presidente de La Polar Pablo Alcalde.

Accionistas sin delantal blanco

Algunos médicos no vieron con buenos ojos la renuncia del director Quintana, representante de Cecilia Karlezi. Su salida forzará una nueva elección de directorio, donde actualmente conviven representantes elegidos por los médicos, que en conjunto tienen 53% de la propiedad y otros seleccionados por los accionistas externos a la clínica, entre los que lidera Karlezi y otros fondos como los de Compass Group (4,86%) y BTG Pactual (4,62).

Según fuentes ligadas a la empresa, la red de representación en el directorio de la sociedad anónima es la siguiente: Marcos Goycoolea, Mauricio Wainer, Jorge Larach Said y Héctor Ducci fueron elegidos por las acciones de los médicos. Aunque Ducci también recibió votos de Karlezi, quien tenía como representante a Quintana. Luis Hernán Paul contó con los votos de los inversionistas institucionales, al igual que el presidente, Fernando Cañas, quien también tuvo un apoyo menor de Karlezi. Por su parte, Luis Manuel Rodríguez tuvo el apoyo del empresario Jonás Gómez, militante del Partido Radical y uno de los financistas de las campañas de Alejandro Guillier. Jonás Gómez Gallo, ligado a la sociedad Inmobiliaria Conosur, actualmente posee 3,08% de CLC.

Desde el miércoles

Acción acentúa pérdidas

Si bien las acciones de la Clínica Las Condes mostraban una tendencia a la baja desde hacía tiempo, con una caída de 5,89% en 2016, desde que se destapó el error contable el miércoles pasado, sus títulos han acelerado sus pérdidas. Desde ese día, los papeles han caído más de 9,3%, de $34.100 a $30.900. En general, las acciones de la clínica tienen poco movimiento, pero esta tendencia ha cambiado en estos días. Por ejemplo, el miércoles se transaron $1.558 millones. Eso es más del doble de lo operado en todo lo que iba del año.

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