"Sigo siendo un hombre", afirma el sexólogo Rodrigo Jarpa al ser consultado por una cirugía en la que le acaban de extirpar la fertilidad. Hace cinco semanas se sometió a una vasectomía voluntaria. En términos científicos, el doctor Cristián Palma, urólogo de prestigio, un especialista en anticoncepción, le cortó el conducto deferente. El sexólogo de la TV —ex panelista de dos matinales y ex conductor de S.O.S., La Sexualidad de los Chilenos, en CHV— es, en la actualidad, un hombre felizmente estéril.

—Pero no he perdido hombría.

—¿Por qué lo hizo?

—Lo venía pensando. Y no sé. Un día le dije a un doctor amigo que me operara.

En apenas veinte minutos, este hombre de 38 años, casado y con dos hijos pequeños, pasó de fértil a estéril. Le pusieron anestesia, y él, ya internado en una alucinación, creyó que se había excedido con el pisco sour. Fue su último mareo fértil. Lo operaron, y el esperma ya nunca más llegará al fluido seminal. Horas después Rodrigo Jarpa masticaba una hamburguesa con los pantalones puestos. No sentía dolor, apenas una incomodidad en un genital. Si bien es monógamo, emparejado lealmente desde el 2008, él se sentía libre. Libre para amar a su propia mujer. Libre para criar a sólo dos hijos. Mujer, dos hijos y sexo sin reproducción.

—¿Cuál es el trasfondo filosófico de esta medida?

—Es una señal de que no sólo las mujeres son las que se tienen que preocupar de las medidas anticonceptivas.

—Su mujer, ¿cómo lo tomó?

—Estaba feliz. Igual ella me aclaró que no tenía drama en seguir tomando las pastillas.

La noche antes de la intervención se juntó con varios amigos. Era, de algún modo, la despedida del semental. Un amigo le lanzó un grito masculino en la cara: "¡Jarpa, ahora será Balas de Salva!". "¡Pony de Feria!", corearon varios. Admite, riendo, que el apodo duró hasta la madrugada. Pero, en el fondo, Jarpa supone que los machos nacionales, los feroces Alfa de living, no comprendían que la decisión era un acto de amor posmoderno. Basta de hormonas para mi mujer, piensa el sexólogo. Yo soy hombre, yo me puedo encargar de frenar la concepción. Y así, tras la juerga, enfrentó el día siguiente:

—Opérame, Cristián. Rápido. Corta el conducto, por favor.

Opina el doctor

"Fue un honor operar a Rodrigo", confiesa desde su consulta en la Clínica Las Condes el doctor Palma. El hace alrededor de tres vasectomías a la semana. Vivió en España, y allí hacía veinticinco vasectomías a la semana. En Estados Unidos —cita— se hacen 500 mil al año.

—Es el método de anticoncepción más efectivo que existe.

Y destruye los mitos: el órgano no pierde vitalidad. La potencia erótica continúa. No hay sangrado en la intimidad. El hombre no se torna femenino. Incluso, en caso de un infértil operado que quiera recuperar la fertilidad, se puede —bajo ciertas condiciones— hacer la operación que devuelva al paciente a su estado de origen. "Pasa con los hombres que se separan y se vuelven a emparejar", comenta el doctor.

—Y los chilenos, ¿están optando por la anticoncepción?

—Lentamente va creciendo. Vamos un poco atrasados respecto al resto del mundo. Entre el 2008 y el 2014 se reportaron casi seis mil vasectomías.

—Opine libremente de la vasectomía…

—No todo tiene que pasar por la mujer.

No más Dúrex

A los cuatro días de la operación, el sexólogo hizo una prueba audaz: tuvo un instante onanista, y se tocó. No ocurrió nada. Una semana después Rodrigo Jarpa amó a su mujer febrilmente. Se sintió el mismo guerrero de siempre.

—Quizás hubo un momento en que dije: "Ojalá ande todo bien". Pero luego me relajé.

—Respecto a su pasado, ¿usted ha hecho muchas veces el amor sin amor?

—Sí.

—¿Sintió la presencia del vacío?

—Sí. Después del acto. Hay algo súper injusto con la mujer, que es como "arg, qué hago aquí". Pero eso ocurre en la juventud.

—¿Pasó sustos por una alarma de paternidad?

—Dos veces. Pololas a las que no les llegaba la regla. Pero aún así no recomiendo la vasectomía en la gente joven. Es para mayores de 35 años, ojalá con hijos.

Según parece, Jarpa —que tiene un aspecto estilizado, muy a la moda— tuvo días de súper hombre. De hecho, tal vez por su biografía erótica, hasta hace dos días este sexólogo fue embajador de Dúrex, la fábrica de preservativos. En lo que constituye una paradoja para un estéril, la marca todavía le donaba cajas llenas de profilácticos. Ahora, en una primicia para el mundo del orgasmo, informamos que el contrato entre Dúrex y Jarpa ha finalizado. ¿Culpa de la vasectomía? "No, ellos lo decidieron por presupuestos", relata. ¿Pero usted nunca más usará condones? "No hace falta", responde.

—¿No se ha arrepentido?

—No.

—¿Y el sentido bíblico de la reproducción, Rodrigo? —preguntamos de pronto.

—¿Cómo?

—Ya no podrá perpetuar más la especie humana…

—…mmm… (medita, algo descompuesto)… bueno, yo soy ateo. Y ya tengo dos hijos —y entonces se puso de pie, deslumbró con una pose al fotógrafo, y saludó a una mujer que venía a su consulta a hablar, como es lógico, de un serio problema sexual.

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