Cuando las viñas crecen mucho, te transformas en administrador más que en productor de vinos finos".

Agustín Huneeus Cox (83) es una extraña cepa. Ha sido dueño de cuatro viñas. Ninguna parecida a la otra. Y ha vendido tres, lo que no es precisamente la tónica en un negocio en que el corazón y la pasión priman por sobre los números.

La última fue Veramonte, cuyo 65% traspasó en junio al grupo González Byass, elegida este año como la mejor bodega española por la Asociación Mundial de Periodistas y Escritores de Vinos. Su famoso jerez Tío Pepe se situó entre las diez marcas de vinos más admiradas por la revista Drinks International.

Con 20 años de vida, Veramonte es reconocida por etiquetas que exporta a 37 países, como Veramonte, Primus, Ritual y Neyen, su caldo más caro ($40 mil la botella), originario del Valle de Apalta y cuyas uvas provienen de parras centenarias, lo que es casi único en la industria.

Huneeus, su fundador, fue el segundo —después de Pablo Morandé— en plantar en Casablanca, donde hoy Veramonte posee 350 hectáreas. Pero es pionero en exportar con denominación de origen y contar con la primera bodega en ese valle. La viña tiene también 200 hectáreas en Colchagua y Apalta, que pertenecían a la Viña Neyen, de Raúl Rojas Baltra, que se fusionó en 2011 con Veramonte. La sucesión de Rojas es dueña del 35% de la empresa que no fue vendida, "por acuerdo de ambas partes", explica Daniel Vicuña, gerente general de Veramonte.

Esta es la primera compra de una viña que hace González Byass fuera de España, lo que le permite ampliar su portafolio. Con una historia que se remonta a 1835 como fabricante de Tío Pepe, éste representa el 25% de sus ventas, mientras que el vino acapara el 50% —posee ocho bodegas en España— y el otro 25% son destilados como brandy, whisky, vodka y anís.

"Hace dos años González Byass quería adquirir una bodega en Chile. Recorrió, y eligió Veramonte. Por dos razones: ellos tienen oficinas de importación y distribución en España, México, Estados Unidos e Inglaterra, y Chile es muy relevante en esos países, excepto España. Y a EE.UU., Veramonte exporta el 60% de su producción y a muy buen precio —US$ 60 la caja—, lo que da sentido a su filial estadounidense", explica Vicuña, ingeniero comercial de la U que lleva cuatro años como gerente general y 12 en Veramonte.

Ser parte de González Byass implica el ingreso a nuevos mercados. Vicuña cuenta que "entramos a Alemania, vamos a llegar a Islandia, Finlandia y hasta Cuba, y acrecentaremos nuestra distribución en Asia y Europa, a través de una mejor red en supermercados, restoranes y tiendas especializadas".

Regida por el cosmos

Desde hace dos años, Veramonte puso en práctica el método biodinámico, que incorpora los ritmos de la naturaleza y del cosmos. "A modo de ejemplo, para la poda es muy importante la posición de la Luna", sostiene Vicuña.

Eso ya lo aplica la Viña Quintessa, de propiedad de Huneeus, en Napa Valley, por idea de su mujer, Valeria Quesney, agrónoma y doctorada en bioquímica en la U. de Columbia. Veramonte es una viña orgánica, que hace manejo sustentable, lo que incluye plantar leguminosas entre los viñedos que mejoran la calidad de la tierra y hacer compostaje con los orujos y palitos que luego vuelven a la tierra.

Quintessa es una "viña preciosa", según Vicuña, con 100 hectáreas, lomajes y lagunas que compraron Huneeus y su mujer en 1989. Y no ha sido vendida. Sí lo fue Franciscan, en California; el chileno la compró a punto de quebrar, pasó de vender 20 mil a 500 mil cajas y se la traspasó a Constellation, el mayor productor de vinos del mundo.

De la única venta que se arrepiente Huneeus es Concha y Toro, a la que fue invitado a ser accionista por Eduardo Guilisasti padre —según contó a Capital— a los 23 años. Fue director gerente por 12 años, y se alejó.

"El gran valor de Agustín Huneeus es que crea marcas y les da valor a través de la calidad y el marketing. No trabaja para vender, pero le compran. En una entrevista dijo que cuando las compañías crecen mucho, te transformas en un administrador más que en un productor de vinos finos. Los vinos finos tienen una limitante: si miras un perfil de un suelo, no es uniforme. Por eso, la uva de calidad se da en poca superficie. Cuesta mucho encontrar un paño enorme de calidad uniforme", afirma Vicuña.

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