Los sueldos son un 30 a 35% más bajos que en Chile, pero más importante es que son trabajadores estables,"
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"Hágale, hágale" dice el agricultor chileno Andrés Ramírez Matte cuando quiere apurar la causa. "Ay, diosito santo" si aparece un imprevisto. Y "¿qué hay?" pregunta a modo de saludo.

No es que se haya colombianizado, pero usa la terminología local de Medellín. Hasta allá llegó Andrés Ramírez Matte en busca de tierras aptas para plantar paltas Hass junto a Juan Alberto Decombe Villalobos, su socio en Agrícola Ocoa. La empresa posee 230 hectáreas de paltos en Ocoa, en la comuna de Hijuelas, y es una de las tres mayores productoras de flores en Chile.

Son los primeros chilenos en plantar aguacates de la variedad Hass en Colombia. Como floricultores conocían bien el país, al que viajaban todos los años a visitar productores de flores. Recorrieron Pereira, Manizales, Pácora, Sonsón y eligieron Urrao, un pequeño valle a 120 kilómetros de Medellín. Compraron 150 hectáreas, plantaron 120 en abril y tendrán su primera cosecha en octubre del año entrante.

Ramírez suena como el mejor embajador agrícola del país de las flores y el café. Enumera sus ventajas: "Una hectárea con agua cuesta US$10 mil; en Chile, alrededor de US$40 mil. En Perú, US$25 mil. La capacidad de producción es de 25 a 30 toneladas por hectárea; en Chile, el promedio es 20. Nunca hiela y las temperatura no bajan de los 12 grados. Inscribes un derecho de agua y te lo dan en 60 días como una concesión a 30 años. El litro por segundo vale del orden de US$20 y en Chile puede llegar hasta los US$10 mil. Imagínate la diferencia en inversión".

Para comparar, cuenta que su empresa en Chile pidió derechos de agua subterráneos para crecer con plantaciones de paltos en los cerros de Ocoa: "demoraron 12 años en responder que no había disponibilidad".

—O sea, Colombia es el paraíso.

—Está por descubrirse, porque aún no hemos cosechado. No es fácil irse a un lugar que demoras 14 horas en llegar, entre aterrizar en Bogotá, volar a Medellín y manejar tres horas hasta Urrao. Pero tenemos un ingeniero agrónomo colombiano a cargo, que conocimos por las flores, y formamos en Chile. Va a ser el paraíso cuando el campo esté en producción y se cumplan las expectativas de sacar 30 toneladas por hectárea.

Formalidad laboral

Urrao es generosa en lluvias: caen 1.600 milímetros al año, poco menos que en Valdivia, por lo que los productores locales de paltas no riegan. Cosa que no copiaron los chilenos. "Somos la primera empresa que cultiva aguacate con riego por goteo", explica Ramírez, quien partió a los 18 años vendiendo flores en los cementerios y en los locales de Almac y Unicoop, a fines de los 70.

—¿Cómo es negociar con los colombianos?

—Son serios, formales, muy cumplidores; es fácil hacer negocios. Todo lo difícil que fue Perú nos resultó en Colombia.

—La mano de obra debe ser abundante en un país que sufrió décadas de violencia.

—Urrao fue una zona muy abandonada por el Estado. La gente está orgullosa de trabajar en la agricultura. Los sueldos son un 30 a 35% más bajos que en Chile, pero más importante es que son trabajadores estables, calificados, entusiastas y de muy buen rendimiento. Que llegue una empresa y pague imposiciones legales (20%) y tenga beneficios como préstamos sin interés, cursos de computación o vales de peluquería para las mujeres cada 3 meses, lo agradecen. Allá eso no existe.

—¿Hay capitales extranjeros en la agricultura colombiana?

—Muy poco. Está recién partiendo. Sólo forestales chilenas y canadienses.

Igual a la chilena

—La palta Hass no es igual en todas partes. La peruana, que venden los supermercados, es aguachenta. ¿Cómo es la colombiana?

—Perú exporta 180 mil toneladas de palta Hass, es el segundo país en importancia después de México, y vende en Europa y Estados Unidos. A esos países llega en condiciones razonablemente buenas, no sé si a Chile llega la primera selección. El sabor de la Hass colombiana es igual a la chilena; no hay cómo distinguirlas.

El paraíso colombiano tiene una restricción: sus paltas no pueden entrar a Estados Unidos por problemas fitosanitarios, lo cual anula la ventaja de la cercanía. Dos días en barco hay hasta Miami y ocho a Los Angeles. "Las mandaremos a Europa, lo que demora 14 días (versus 22 de Chile) mientras estamos en vías de certificar el campo para poder exportar a Estados Unidos".

Y como el entusiasmo no lo abandona destaca que "el costo de producción por kilo es de 35 centavos de dólar, lo que incluye riego, energía, mano de obra todo el año, fertilizantes, costos de administración y transporte al packing; en Chile, es de 60 centavos de dólar".

Con tanta publicidad lo más posible es que le salgan competidores chilenos en las tierras del vallenato. Pero a Ramírez no le preocupa. Sabe que hay empresas locales dando vueltas e incluso se ha reunido —cual embajador— con ellas.

El primer intento

Perú: El proyecto que no fue

Por cercanía, Agrícola Ocoa partió viendo tierras en Perú. Andrés Ramírez recorrió desde Arequipa a Trujillo, "pero los campos que verdaderamente nos gustaron o no tenían la cantidad de hectáreas, o de agua, o hubo problemas con los títulos de propiedad". Y cuando dieron con un predio apto les subieron el precio. Después de dos años y diez viajes, viraron hacia Colombia. Perú no está totalmente descartado y entró en la mira Ecuador, que posee zonas aptas para la palta Hass.

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