Los últimos cuatro meses del montañista Rodrigo Fica han estado dedicados en exclusivo a terminar de escribir su último libro "La esclavitud del miedo (Historias del Himalaya perdido)", que será lanzado el próximo 15 de diciembre y que sólo se podrá adquirir en papel en preventa (http://www.ediciondigital.cl/la-esclavitud-del-miedo/#). Allí narra las expediciones chilenas a la llamada "zona de la muerte", ese lugar que se da sobre los 8.000 metros de altura y que se encuentra sólo en el Himalaya. Este libro es el tercero luego de "Bajo la marca de la ira", donde describe el primer cruce longitudinal de Campos de Hielo, y "Crónicas del Anticristo", una recopilación de sus columnas sobre montañismo.

—¿Cuál es la posición del himalayismo chileno en el contexto internacional?

—Debo admitir que, cuando terminé de escribir, no sopesé cuán impactante les serían a las personas mis reflexiones acerca del nivel del montañismo chileno en el contexto internacional. Que son más bien comentarios tangenciales a la historia; aunque sí representan perfectamente lo que opino y, más todavía, entrego las pruebas que lo demuestran... Contestando tu pregunta, es de cuarto orden. Que es una manera elegante de decir que es malo.

—¿En qué minuto pasamos a ser de cuarto orden? ¿Alguna vez fuimos de primera?

—Si se ve nuestra participación en términos históricos, a grandes rasgos, nunca fuimos de primera. Sí hubo puntos altos, pero no los suficientes como para cambiar la tendencia.

—¿Qué le ha faltado a Chile para salir de esta categoría?

—El himalayismo es deporte de alto rendimiento. Y desde ese punto de vista, de partida, adolece de las mismas falencias que el resto del deporte en nuestro país. No hay novedades por ese lado. A las cuales se agregan una decena de nuevos factores que típicamente se pueden resumir en la carencia de una cultura de montaña en nuestro país. El hecho que vivamos en un país lleno de montañas no nos hace un pueblo montañés. No ocupamos el territorio con conocimiento, como parte de nuestra propia identidad, y eso ineludiblemente se termina de reflejar en la cultura, el deporte, los hábitos de vida e, incluso, en la proyección de nuestro país al futuro.

—En el libro que estás a punto de lanzar, haces una descripción del montañismo chileno en el Himalaya, ¿cuál es el hito más importante, por qué?

—Por lejos, pero por muy lejos, el hito más relevante fue el ascenso de la Pared del Kangshung en 1992 por el equipo liderado por Rodrigo Jordán. Identificada correctamente como Expedición UC, aunque no pocos señalan, también correctamente, que debió haberse llamado UC-DAV (Club Alemán Andino). Una ruta difícil, poco visitada, por un extraordinario equipo.

—Además, en el libro, por primera vez, y con investigación al respecto, afirmas que hay ascensiones a ochomiles que no alcanzaron la cima, y que los protagonistas hasta el día de hoy afirman que conquistaron. ¿Qué consecuencias podría tener esto?

—Es difícil decir. En cada libro está la semilla de cambiar el mundo. Pero Chile se ha revelado como el país del "nunca jamás". En el sentido que nunca jamás nada pasa.

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