Juan Antonio es un hombre que se mueve por convicciones, es muy prudente". Paula Valenzuela Gerente general Fundación Generación Empresarial

En octubre de 2011, Juan Antonio Álvarez Avendaño tomó la decisión de dejar el rol administrativo que ocupaba en el grupo empresarial fundado por su profesor universitario y mentor, Ricardo Claro, y aceptó la postergada invitación de su suegro, José Said, quien en más de una oportunidad intentó que tomara el mando de Parque Arauco como vicepresidente ejecutivo. Actualmente es su brazo derecho y lidera la empresa que es la "niña bonita" del mercado, la misma que corredoras como EuroAmérica o Banchile la tienen dentro de sus preferidas para invertir.

El cambio de trabajo no fue fácil. Por esos días la Compañía Sudamericana de Vapores (CSAV), empresa que él gerenciaba, reportó los peores resultados de su historia—perdió US$ 1.250 millones en 2011. Además, según consignó la revista Que Pasa, la mesa de la emblemática naviera se encontraba dividida entre Jaime Claro, hermano menor de Ricardo; y su viuda, María Luisa Vial.

Los primeros pasos con Claro

Los primeros años profesionales de Álvarez transcurrieron entre las oficinas de Carey, y Claro y Cía, donde ganó experiencia en derecho comercial, interés que maduró con un MBA en la UC. Como miembro del bufete de la familia, Álvarez se fue consolidando como asesor legal y corporativo del grupo Claro.

Pero también asumió tareas ejecutivas. Su primera obligación gerencial fue reemplazar en la dirección general de Megavisión a Ernesto Corona, luego de que éste renunciara al cargo, en 1999.

En 2005 llegó a la gerencia general de CSAV, desde donde enfrentó la crisis que provocó la disminución de los fletes en la industria naviera. Y peor aún, en 2008 lo sorprendió la muerte de su profesor, Ricardo Claro.

Con viento en contra, el abogado lideró el salvataje de la compañía, para lo cual se contactó con el grupo Luksic. Les propuso ingresar como socios de la empresa. Posteriormente fue nombrado presidente de la naviera, cargo que ocupó hasta abril de 2011, cuando el grupo Claro perdió el control de la compañía y cedió el timón a los Luksic

A pesar de su salida de la naviera, el abogado de la Universidad de Chile no dejó a un lado los vínculos afectivos y profesionales desplegados durante los años en que estuvo entre los ejecutivos de confianza del fallecido ex dueño de Megavisión. Álvarez es director de la fundación Claro Vial, presidida por la viuda del fallecido empresario, de quien se hizo amigo cuando trabajó con su marido. También es presidente de Quemchi, Navarino y director de Cristalerías, todas empresas vinculadas al grupo fundado por su profesor.

De aquél heredó, además, la preocupación por la ética en la empresa. Por ello, se unió al consejo de la fundación Generación Empresarial (GE), agrupación que promueve las buenas prácticas y donde comparte con Sandro Solari, Nicholas Davis y Alberto Etchegaray, entre otros. "Juan Antonio es un hombre que se mueve por convicciones, es muy prudente y muy consciente del aporte que tiene la ética empresarial en la sociedad. En Parque Arauco es igual, es un ejecutivo orgulloso de su empresa, pero que le gustan los desafíos", comenta Paula Valenzuela, gerente general de GE.

De ingeniería a leyes

La historia de la familia Álvarez Avendaño está marcada por el esfuerzo. Su padre, Mario, escapó de la Guerra Civil Española a los 15 años para llegar a Chile, donde encontró empleo en una curtiembre. "Trabajó tan duro y con tanto esfuerzo, que al cabo de unos años terminó comprando la curtiembre", cuenta un miembro de la familia.

El gran paso de don Mario le permitió casarse con Victoria Eugenia Avendaño para formar familia. De allí nacieron los hermanos José Manuel, Juan Antonio e Ignacio Álvarez. "Son inseparables. Además, siempre van a ver a su madre. Son un núcleo muy unido", comenta un amigo cercano.

Su catolicismo practicante, legado de sus padres, lo ha transmitido a sus seis hijos. "Es un hombre creyente y orgulloso de su familia. Ahora está muy feliz, porque Juan Antonio y Pablo, sus hijos mayores, tienen muy buenas notas en Ingeniería Comercial y Medicina en la UC", comenta un familiar.

Muy reservado y cuidadoso de su vida privada, Juan Antonio Álvarez tiene un círculo muy cerrado de amigos. Entre ellos, destacan sus compañeros del Tabancura: el abogado Nicolás Cubillos, hermano del desaparecido fundador de Desafío Levantemos Chile, y el ginecólogo José Antonio Arraztoa.

Según un compañero de colegio, Juan Antonio siempre estuvo en el cuadro de honor del curso; no mostraba interés por el deporte, pero sí por los libros: "Era bueno en todos los ramos, por eso no sabíamos qué carrera podía seguir".

En Parque Arauco concuerdan: a pesar de ser abogado, tiene facilidad para los números. Es que estudió un año ingeniería civil en la Universidad Católica. Un cercano recuerda que su padre le pidió que terminara su primer año antes de cambiarse de carrera y de universidad: Derecho en la Universidad de Chile, donde se tituló en 1987. Su tesis, realizada junto a su colega Claudio Lizana, fue sobre "Dumping y Competencia Desleal". El texto, que aún puede ser consultado en Editorial Jurídica de Chile, reseña la historia del comercio, cómo se entrelaza con el orden jurídico y sus posibles distorsiones.

Casados entre hermanos

Tras dejar Vapores y atendiendo el reiterativo llamado de José Said, Juan Antonio Álvarez se subió a un nuevo buque. En reemplazo de Andrés Olivos, quien inició la ofensiva regional de la compañía instalándose en Perú y Colombia, se puso al frente de Parque Arauco cuando la inmobiliaria cumplía 30 años. Administraba 13 centros comerciales, con 604 mil metros cuadrados de superficie arrendable. Desde agosto de 2011, el abogado tomó el bastón del crecimiento y multiplicó la red: 37 centros comerciales, entre malls, strip centers y megastore, con un área de 818.500 m2.

Fiel a su estilo cuidado y reservado, Álvarez sólo habla con la prensa para las juntas de accionistas, y puntualmente en algún evento especial. Y no se sale de protocolo. "Será un muy buen polo de atracción para turistas, de la región y de otros países", fue lo poco que dijo cuando inauguró el Distrito de Lujo del mall de Kennedy, en octubre de 2013. Una oportunidad en la que compartió públicamente con su esposa, la psicóloga Constanza Said, y su cuñada, Isabel Said, quien coincidentemente es la esposa de su hermano menor, Ignacio, ex gerente general de AFP Cuprum.

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