Isidoro Quiroga Moreno —65 años, egresado de Ingeniería Civil de la U. de Chile— escuchó, como tantas ofertas que le llegan, a un banquero neozelandés que le propuso hacerse de tierras en la lejana Ucrania, llamada el granero de Europa. El neozelandés logró —entre 2005 y 2007— amarrar contratos de arriendo a largo plazo por 240 mil hectáreas, repartidas en 62 campos, según la página web de Ukrainian Agrarian Investments (UAI). Sembradas de trigo, maíz, cebada, soya y maravilla, exporta su producción a Europa, Medio Oriente y norte de Africa.

La agricultura es el único sector que crece sostenidamente, aunque UAI no arroja aún utilidades, en medio del conflicto armado que sufre Ucrania.

El chileno es dueño del 20% de UAI y tiene a Cristián Ramírez, ex gerente de inversiones de su family office Inversiones y Asesorías Benjamín, en el directorio.

Nacido y criado en San Esteban, cerca de Los Andes, la agricultura fue el origen de su fortuna. Cuando egresó de Ingeniería, volvió apurado, sin obtener su título, a la casa paterna a emprender. Hijo de un pequeño agricultor, dueño de 20 hectáreas de cultivos tradicionales, hizo un vivero de plantas de parras, sembró orégano —algo que no era usual en Chile— y lo exportó.

"¿Qué son esas cosas verdes?", preguntó en un viaje a California con una delegación de agricultores chilenos a fines de los 70, cuenta un familiar. El hombre criado en el campo no conocía los kiwis.

De la curiosidad pasó a la acción: a principios de los '80 trajo las primeras plantas de kiwis a Chile, instaló un vivero y se dedicó a venderles a los fruticultores. También plantó en las tierras de su padre. Puso sus ojos en la uva de mesa, que ya era un producto de buena salida. Le dio vueltas a la idea de usar los cerros, secos y sin agua, que no valían nada, como tierras agrícolas. Plantó 200 hectáreas de parras en altura, con riego por goteo. No pasó mucho tiempo y la mayor exportadora de la época, David del Curto, se las compró.

Armó un capital cercano a los US$ 6 millones, calcula un amigo muy cercano, considerando que, en esa época, una planta de kiwi costaba tres dólares y que debe haber vendido un millón de ejemplares, sumado a lo que ganó con la exportación de uva temprana en los cerros. Hace 25 años, era una fortuna que invirtió y multiplicó varias veces en la bolsa chilena.

Compró a fines de los '80, cuando las empresas locales iniciaban su despegue y cosechó en grande. En una primera etapa fueron papeles de Iansa y Campos Chilenos, porque era un sector que conocía. Más tarde, ya en los albores de la democracia, se especializó en empresas eléctricas. Tuvo paquetes de Chilectra, Enersis, Gener, Colbún y llegó a ser dueño del 1% de Endesa. En 1995, fue director en Pilmaiquén, por el 10,8% que compró de la generadora junto a su hermana María Victoria, su brazo derecho en el family office, que fundó en 1987 y cuya oficina está hoy en Nueva Las Condes. En 2015, la sueca Statkraft pagó US$ 252 millones por Pilmaiquén. Quiroga recibió US$ 25 millones.

Minero junior

Fue director de SQM entre 1996 y 2002, nombrado por su amigo Julio Ponce. Ese paso, donde coincidió con Hernán Büchi, de quien también es cercano, le sirvió para aprender de minería.

Es de los pocos chilenos que transa acciones de mineras junior en bolsas de Canadá y Australia. Se trata de compañías con un proyecto del que se tiene alguna idea de sus reservas y que se abren a la bolsa a la espera de socios dispuestos a comprar acciones y desarrollarlos.

Andina Minerals es un ejemplo. En 2008 hizo un canje: aportó derechos de agua de su propiedad para el proyecto de oro El Volcán, en Copiapó, el gran activo de Andina, recibiendo a cambio 8,4% de la firma. Quiroga vendió ese mismo año las acciones y recibió US$ 23,5 millones.

Es dueño del 8% de la junior Metminco, que transa en las bolsas de Toronto y Sydney, y posee tres yacimientos de cobre en la IV Región, y otro en Arequipa, Perú, según su página web. Este último es el único en etapa de exploración. Aportó sus pertenencias mineras en Arica, Antofagasta y Vallenar a la junior Revelo Resources, que transa en Toronto y con activos mineros en Chile, pero tiene todo parado por el bajo precio del cobre. Lo mismo su mina de carbón en Colombia.

Hace tres años, vendió el 90% del proyecto Caracoles, en Sierra Gorda, a Antofagasta Minerals (grupo Luksic) en US$ 15 millones, confirman fuentes del sector. También se deshizo de Andacollo Gold, una mina de oro en Neuquén, Argentina, que le compró al ex gerente de Enersis Arsenio Molina, y que nunca tuvo ganancias.

En bus a Santiago

Pese a su considerable patrimonio, avaluado en US$ 500 millones por tres ejecutivos bursátiles que han seguido de cerca su trayectoria de negocios, Quiroga no es conocido en todos los círculos. Puede ir a un seminario a Icare, de Moneda o de LarrainVial sin que muchos sepan quién es. Cosa a la que ha contribuido con su silencio y lejanía de los medios.

No es lo que se llama un empresario tradicional chileno. No tiene aversión al riesgo, vivió con su familia en San Esteban hasta hace 15 años y viajaba diariamente en bus a Santiago, porque según decía "aprovechaba el tiempo para leer".

Cuando el precio del cobre cayó y construir centrales hidroeléctricas se puso cuesta arriba —posee derechos de agua equivalentes a mil MW y sólo le han aprobado dos centrales de pasada en el río Achibueno por 135 MW—, su family office se achicó.

A fines de 2013, tres de los cuatro ejecutivos principales emigraron: el gerente general, Rodrigo Arriagada, partió a PC Factory; el fiscal Federico Rodríguez regresó al estudio del tributarista Juan Manuel Baraona; y Cristián Ramírez, gerente de inversiones, al grupo hotelero RQ. Sólo quedó Martín Guiloff en finanzas. A cambio entró Isidoro, el mayor de sus seis hijos e ingeniero comercial de la UC de 28 años.

Quiroga maneja inversiones en distintas bolsas en los sectores que conoce —minería, energía y alimentos—, pero nadie en Inversiones Benjamín sabe cuáles son las empresas que elige. Ese es un negocio que reserva para él. Convertido a estas alturas en un gurú bursátil, muchos quisieran saber qué está mirando, que compró o de qué se deshizo.

"Es una persona de provincia, que se ha esforzado mucho. Sus padres eran muy trabajadores, se arremangaban los pantalones, porque antes se regaba a surco y eso significaba embarrarse y meter los pies en el agua. Él salió corregido y aumentado. No es pituco, es un hombre sencillo. Era el único que le sacaba conversación a mi padre que era muy callado", cuenta Luis Cariola, su amigo agrónomo de Los Andes, que lo conoce hace 40 años.

Quiroga y Felipe Cubillos:

Destinos cruzados

El fallecido Felipe Cubillos fue actor importante en el ingreso a un negocio que acapara hoy su atención. Quiroga aportó capital a senegocia.com, de Cubillos, quien le dejó en garantía dos pisciculturas en Peñaflor. Las tomó y usó como punto de partida de Australis Seafoods, la quinta exportadora de salmón de Chile, en la que ha invertido, según información pública, US$ 145 millones en tres aumentos de capital, llegando al 90% de la propiedad.

El bloom de algas hizo caer 15% la producción de salmones y como bajó la oferta, subió el precio. Y de perder US$ 67 millones en 2015 Australis pasó a ganar US$ 3,8 millones este primer semestre. Su valor en bolsa es de US$ 318 millones, aunque el precio de la acción no se recupera: se colocó a $180 en 2011 y está a $31.

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