Una canción de su banda de rock se llama "Ciudad de mierda": protesta contra los homicidios que no son castigados".

A fines de septiembre, en plena investigación por las 43 muertes en hogares del Sename, el fiscal Marcos Emilfork citó a Andalio Fuentes, un trabajador de la zona de Río Negro (cercano a Osorno), cuyo hijo Francisco, de 14 años y con síndrome de Down, falleció en junio pasado en el Pequeño Cottolengo de Rancagua.

En medio de la conversación, y mientras le informaba que debían exhumar el cuerpo de Francisco para establecer la causa de su muerte, Emilfork se encontró con un hecho que lo conmovió: Fuentes no había podido visitar en estos cuatro meses a su hijo porque tenía problemas económicos para vijar: lo habían enterrado en la Sexta Región.

Entonces, el fiscal le prometió que se encargaría personalmente y pidió a la Unidad de Víctimas una solución.

Quienes están tras la investigación del caso Sename cuentan que este tipo de escenas se repiten. Y que son varias la ocasiones en que Emilforlk, quien antes de llegar a Valdivia era conocido por sus pesquisas a violentas bandas de la zona metropolitana sur y haber sido parte del núcleo duro del ex fiscal Alejandro Peña en el polémico caso Bombas 1 en 2010, suele soprenderse. "Son una muestra del impacto que le ha causado la investigación que lleva adelante", cuenta uno de sus cercanos.

Entre el buceo y rock

Hijo de un pediatra y una odontóloga de niños, Marcos Emilfork Konow está lejos de ser un abogado formal: cuando viene a Santiago puede vérsele parado a la salida del Centro de Justicia con un café de vaso de cartón y un cigarro en la mano, mientras gesticula toscamente con los brazos. Se ríe y se enoja igual de fuerte.

Sus colegas no se explican cómo puede practicar buceo profesional fumando más de una cajetilla de cigarrillos al día. "Esa es la pasión que lo mueve. Siempre bromea que se va a instalar con una tienda", dice uno.

Hasta el año en que llegó como fiscal regional a Los Lagos, el 2011, también tocaba batería en bares de Ñuñoa y Bellavista con su banda "Vendetta", junto a ex integrantes de la ochentera "Emociones Clandestinas".

La afición partió de adolescente y siguió en la Universidad de Concepción. Primero pasó por el jazz y luego por el sonido punk. Por las letras de sus canciones varios de sus compañeros lo asocian hasta hoy políticamente a la derecha. En ella no había rebeldía hacia la autoridad, sino más bien esbozos del duro fiscal en que se convertió años después. Por ejemplo "Ciudad de mierda", uno de sus temas que puede encontrarse en Youtube, no es una protesta contra el Estado: critica los rallados callejeros, los robos y los "homicidios que no son castigados".

Abogado y carabinero

Antes de entrar al Ministerio Público el 2004, Emilfork vestía uniforme de Carabineros. Trabajaba como abogado del departamento de Justicia de esa institución, dirigido entonces por el general Gustavo González Jure, y llegó a ser capitán.

A la Fiscalía Metropolitana Sur llegó motivado por su entonces cuñado, el ex fiscal Pedro Orthusteguy. Ambos realizaron el primer control de detención de la Reforma Procesal Penal en Santiago e investigaron a las bandas "Los Guarenes" y "Los Phillips".

Bombas, su rol más incómodo

En junio de 2010 fue llamado por Alejandro Peña a ser parte de la investigación por Bombas, causa de la que hoy no le gusta hablar. Es el mismo caso donde todos los imputados fueron absueltos y la investigación de los fiscales duramente cuestionada por el Poder Judicial. "Él siente que las críticas son gratuitas. Su participación fue secundaria. Fue a diligencias y audiencias pero no tomó decisiones. Lo identifican como el regalón de Peña, pero eso no era así", cuenta un cercano.

En la Fiscalía de Los Lagos asumió en 2011, donde le dio un nuevo impulso a la investigación por la muerte de Viviana Hegel, que estaba a punto de cerrarse. Hoy, además del caso Sename, se ha dedicado a subir las cifras de judicialización de casos de violencia sexual: hoy el 48% de estas investigaciones pasa por tribunales.

No la recibe ni le contesta el teléfono

La distancia con Solange

Marcos Emilfork ha intentado mantenerse lejos de la actual directora del Sename Solange Huerta, a quien conoce desde cuando ella era fiscal. "Compartieron en reuniones y encuentros del Ministerio Público, pero siempre fue una relación cordial, no amistad", asegura un cercano. Para evitar malos entendidos, en todo caso, optó por marcar distancia y hasta ahora hay al menos hay dos episodios que lo muestran.

El primero: a Huerta no le ha contestado los llamados ni ha coordinado con ella diligencias como las de incautación a oficinas del Sename. Ni siquiera le aceptó el café que ella le ofreció cuando entró a la sede nacional de la institución a buscar documentación.

El otro hecho fue hace dos semanas, cuando Huerta viajó a Puerto Montt y apareció en la fiscalía, rodeada de prensa, para entregarle el informe que contabilizó a los niños fallecidos. Emilfork, estando en su oficina, hizo que la recibiera uno de sus fiscales adjuntos.

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