Juan Enrique Rassmuss Raier (52 años) es la tercera generación de uno los grupos económicos más desconocidos de Chile y, probablemente, de los más diversificados en Latinoamérica. De él sólo se sabe que es el principal accionista individual de Invercap (matriz de CAP), pero casi nada se conoce de sus otros emprendimientos por el mundo.

Poco amigo de las cámaras y flashes —un hábito que adquirió de su padre, el empresario e ingeniero en minas peruano (chileno por gracia) Juan Enrique Rassmuss Echecopar (fallecido en marzo pasado)—, como hijo único heredó intereses en las áreas minera, petrolera, de transporte fluvial, seguros, fabricación de cables eléctricos, manufacturas de fibras, servicios de ingeniería y siderúrgica, entre otras. Todas inversiones avaluadas en más de US$1.000 millones y repartidas en países como Chile, Argentina, Perú, Paraguay, Brasil, Canadá y Estados Unidos.

Tras egresar del Colegio Saint George en Vitacura, estudió Ingeniería Civil Industrial en la Universidad Católica.

Y ya sea por formación o por la gestión de las empresas familiares, tras egresar de la UC le tocó vivir y trabajar en más de 5 países. Fuera de Chile lo hizo por 25 años.

Pasó por la multinacional Siemens de Alemania y por la fábrica de cables Cimet, la segunda más grande de Argentina. En 2005 debió volver a Chile por la enfermedad de su madre —Sara Raier Henríquez—, quien falleció en abril de 2009.

"Rassmuss es una persona muy ocupada. Su familia siempre le pide que se desconecte del celular y baje el ritmo", comentó un integrante de su familia. Hoy, de hecho, está inubicable disfrutando de vacaciones junto a su esposa Patricia (ver recuadro) y sus tres hijos —John (19), Charles (18) y Victoria (16)— en Estados Unidos.

"No es aficionado a ningún deporte ni tiene pasatiempos, lo suyo es emprender a tiempo completo", cuenta un amigo. Y es que este hombre de negocios cuenta con un nutrido portafolio de empresas: Es el mayor accionista de Invercap (a través de Inversiones Hierro Viejo), con el 38,67% de la propiedad (por unos US$ 68 millones), sociedad que a su vez ostenta el 31,3% de CAP y es su mayor socio, por sobre la japonesa Mitsubishi, que tiene 19,3%.

Además, es director y controlador de la naviera Trevisa de Brasil —hace tres semanas rebautizó uno de sus barcos con el nombre de su padre—, de la fábrica de cables Mepsa de Argentina, de Sudamericana de Fibras en Perú (mayor fabricante de insumos textiles del Cono Sur), de las mineras Tintina y NSR de Canadá y de Seguros Nuevo Mundo (vida y generales) en Venezuela.

En Chile, controla Agrícola Batuco (600 hectáreas en esa localidad) y la Compañía Explotadora de Minas (Cemin), que opera cuatro plantas: dos de lixiviación de cobre y dos de cianuración de oro; todas enfrentadas al ajuste post súper ciclo de los commodities, reconocen en su entorno.

Un holding de tal envergadura que ha llevado a este empresario a impulsar una reorganización para "contar con una estructura más simple y eficiente, y crear un mejor gobierno corporativo", aseguró uno de sus ejecutivos de confianza. El plan es mantener las operaciones independientes en cada país, sin crear una base de operaciones centralizada.

Ejecutivos que trabajan con él dicen considera su participación en Invercap y CAP como "una inversión neutral no estratégica, ya que son minoritarios indirectos y no tienen ninguna injerencia en la toma de decisiones".

Pese a los roces que, según la prensa, tuvo su padre en 2010 con el presidente de ese grupo minero siderúrgico, Roberto de Andraca, mantiene una relación de negocios cordial y fluida.

Quizás es parte de su filosofía: "todos los problemas brindan nuevas oportunidades y nuevas maneras de hacer las cosas y hay que entender los tiempos y crecer con ellos", suele decir.

La historia de cómo llegó al negocio petrolero en Paraguay, se remonta a generaciones anteriores. "El papá de Juan fue siempre un gran emprendedor. Aun muy pasados los 80 años, siempre estuvo buscando nuevas oportunidades de negocios. A comienzo de 2013 empezó a viajar y conocer Paraguay con mayor profundidad y vio la posibilidad de la explorar hidrocarburos", relató un empresario cercano a la familia. "Su gran motivación estuvo en los estudios que hizo el abuelo de Rassmuss Raier en la continuación de la cuenca boliviana hacia el chaco Paraguayo, a fines de los años 60 y comienzos de los 70, justo antes de morir", explicó la fuente.

Johan Heinrich Rassmuss (el abuelo) fue un destacado doctor alemán en geología que a inicios de los años 20 comenzó a estudiar la zona petrolera y carbonífera de Argentina y luego la peruana. Hizo varias publicaciones al respecto.

"Inspirado en esos estudios geológicos, Juan Rassmuss Echecopar (el padre) vio que se abría una oportunidad en el nuevo escenario económico y político que se iniciaba en Paraguay y decidió radicarse en ese país en 2014", agregó la fuente.

Hoy la familia, a través de la empresa peruana Olympic Perú Inc., realiza prospecciones en dos zonas o lotes petroleros del Chaco en Paraguay.

Esta misma empresa ya opera reservas de petróleo y gas en el desierto de Sechura y en las regiones del Amazonas y Cajamarca en Perú, y es la tercera mayor productora de crudo en ese país. También tiene un complejo petroquímico en la ciudad de Piura, con una planta de amoníaco y urea. Junto a socios norteamericanos, Rassmuss controla además a South American Geosciences, empresa que entrega soporte a las faenas de exploración petrolera.

Una familia cosmopolita

Esposa inglesa, hijos brasileros

Rassmuss está casado hace 20 años con Joanne Patricia Avery (50), una inglesa y filósofa de la Universidad de Cambridge, que desempeñó gran parte de su carrera en Asia (en el grupo naviero Swire y en el Deutsche Bank) y en América Latina, como consultora de gestión.

Es socia de Rassmuss en R&A Asesorías e Inversiones (según el Registro de Comercio) y ejerce como directora en Sudamericana de Fibras y como secretaria de la Fundación Margot Echecopar de Rassmuss, que fue creada en Perú por el patriarca en honor a su madre para fomentar la educación.

Sus tres hijos nacieron en Brasil, pero están radicados en Paraguay desde 2014 junto a sus padres.