Cada fin de semana decenas de niños, de entre 4 y 15 años de edad, llegan a jugar en el muro de escalada de casi 19 metros de altura que hay en Mall Sport. Con casco, arnés y mucho entusiasmo, los menores comienzan la aventura de escalar y se atreven a vencer el miedo a las alturas, mientras sus padres los observan con admiración.

"Las clases de escalada en los niños parten como un juego, de forma muy lúdica, sin estrés. Así ellos van superando sus límites, sus miedos, disfrutando la adrenalina que tiene la escalada, pero sin estrés", explica Pablo Ravanal, del Muro de Mall Sport, hermano y socio junto a los premiados escaladores Tomás y Raúl.

En este lugar realizan clases para menores que tienen una duración de una hora y media, pero también hay una clase de prueba para que tengan una primera aproximación, que consta de una o tres subidas al muro de ruta, donde pueden llegar hasta los 15 metros de altura y también incluye media hora de juego en el boulder.

"La escalada les aporta el trabajo en equipo, porque ellos tienen que asegurar a sus compañeros, siempre con un instructor al lado por supuesto que les toma la cuerda", sostiene Ravanal.

El boulder es ideal para los niños más chicos, porque tiene un máximo de cuatro metros, con colchonetones en el suelo y eso les da mayor seguridad.

Durante las vacaciones de invierno harán talleres para que los niños se introduzcan en la escalada.

"La escalada al ser un padrón motor, se aprende incluso antes de aprender a caminar, porque aprenden a trepar antes que caminar. Por eso cuando uno es chico anda arriba de los árboles todo el día, somos una especie de monos", sostiene Ravanal.

"Aprendiendo encordados"

Pero no todo es indoor, porque lo mejor de la escalada sucede al aire libre, cuando los niños pueden estar en contacto con la roca en medio de lugares de belleza natural.

En el curso de escalada dirigido a padres e hijos "Aprendiendo encordados", que se dictó por primera vez en el DAV (Club Alemán Andino) por la sicóloga infanto-juvenil María José Peña y la instructora de escalada María Paz Krahl, una decena de niños, de entre 3 y 14 años de edad, junto a sus padres, se acercaron a este mundo deportivo.

"El movimiento corporal coordinado y la alegría de descubrir el mundo con ayuda de todos los sentidos, es un don natural durante la primera infancia. Y cuando esta experiencia se da en relación con otros, aparecen nuevas posibilidades de aprendizaje, respecto de sí mismo y los pares: convivir, explorar juntos, arriesgarse y cuidarse mutuamente", afirma la sicóloga María José Peña.

Según las instructoras, los niños pequeños pueden comenzar a escalar en muro o boulder, teniendo una primera aproximación con este deporte, con seguridad y en un ambiente contenido. "Desde su primera infancia, los pequeños manifiestan energía y ganas de moverse. Desde nuestra experiencia, tenemos niños de 3 años iniciándose en el contacto con el muro y en roca, esta experiencia debe ser asistida por expertos para lograr la mayor seguridad para el niño, contando con el equipo necesario", afirma Peña.

Los beneficios

Dentro de lo que destacan que aporta la escalada deportiva está la estimulación de las habilidades motrices, ayuda al control de impulsos y autorregulación emocional, los niños aprenden a tolerar la frustración, a mejorar la autoestima y autovaloración, conocen la cooperación con el grupo de pares, refuerza las pautas saludables de crianza y la conexión con la tierra y la naturaleza.

"Desde una mirada integral, un niño puede obtener beneficios de la escalada, incidiendo en todas las áreas del desarrollo. Se refuerza la capacidad de atención y concentración, manteniendo éstas durante el desarrollo de un problema de boulder o bien leyendo la ruta en la escalada en roca, propiciando el control de los impulsos, a fin de lograr un objetivo. Del mismo modo, a nivel psicoafectivo, el estar en contacto con la naturaleza y en un ambiente lúdico facilita el desarrollo de herramientas sociales, en la interacción con sus pares, tales como la cooperación, compartir, colaborar con otros", enfatiza Peña.

Asimismo, María Paz Krahl sostiene que "no se necesita de ninguna característica especial para que un niño conozca y se inicie en la escalada. Son tantos los beneficios que esta práctica da en las diferentes etapas del desarrollo que lo recomiendo absolutamente, es más, por experiencia propia también es un deporte inclusivo donde niños con capacidades diferentes han podido conectarse con su cuerpo y desde ese autoconocimiento establecer vínculos sanos con su entorno".

Y enfatiza que lo más rescatable de este tipo de talleres "es el aprendizaje que se potencia gracias a la práctica de un deporte en un entorno natural. Y aprendizaje entendido como resultado de la forma como nos relacionamos con nosotros mismos, con nuestras habilidades y limitaciones y también cómo nos relacionamos con un otro, y desde esta interacción tomar consciencia y construir relaciones más felices".

Lugares para practicar

Según María Paz Krahl existen muchos lugares en los alrededores de Santiago donde se puede practicar la escalada en roca que cuentan con "rutas escuelas", como se les llama a las que utilizan los principiantes, sin embargo ella recomienda tres.

Uno de ellos es la "Piedra Romel" que está ubicada en el sector de El Manzano, en el Cajón del Maipo. Para ingresar hay que pagar una entrada que oscila entre los $2.500 y $3.500, el camino hasta el sector de escalada no se encuentra en muy buenas condiciones, pero permite llegar en auto. El lugar cuenta con zona de camping, baños en precarias condiciones y agua potable. A un costado de las rutas de escalada se encuentra el río El Manzano, que es ideal para hacer excursiones alrededor, además de bosques y rutas de excursionismo.

Otro lugar recomendado por la instructora María Paz Krahl es la Quebrada de Petorca, en la Región de Valparaíso, a unas dos horas de Santiago, en las cercanías de Putaendo. El lugar es frecuentado por escaladores de todos los niveles y tiene una belleza de postal, pues está ubicada al interior de una quebrada con paredes de roca vertical, y con un pequeño riachuelo que corre entre la quebrada, con un pequeño bosque. No cuenta con agua potable.

Finalmente, un tercer sector recomendado para practicar este deporte está en Río Blanco, en el camino a Portillo, en la Región de Valparaíso. Allí hay varias rutas escuelas, las que tienen grabado en la roca su nombre y su dificultad. La aproximación hasta la zona de escalada es corta, por lo que es ideal para ir con niños de todas las edades. En invierno es frío, pues el sol no alcanza a tocar la roca, pero en verano es un lugar agradable por su frescura.

¿Cuánto cuesta?

Equipamiento necesario

Para que los niños puedan practicar la escalada deportiva de manera segura, es necesario contar con el equipamiento indispensable y este está compuesto por el casco, que puede costar aproximadamente $40.000. Luego el arnés, que también puede llegar a los $40.000 y las zapatillas de escalada que pueden costar un poco más de $30.000. Todo se puede encontrar en tiendas especializadas de montaña.

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