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El 14 de junio pasado, la actriz y modelo Josefina Montané presentó una querella en el caso Arcano dirigida contra Alberto Chang y quienes resulten responsables por $125 millones que habría perdido en la presunta estafa piramidal que investiga la Fiscalía de Alta Complejidad de la Zona Oriente.

La presentación fue realizada por el abogado Luis Inostroza (ex fiscal) e incluye capitales propios de Montané y otros vinculados a una sociedad que le pertenece.

Montané se suma a las casi mil víctimas que ya suma el caso Arcano, entre ellas José Miguel Viñuela, Mario Toral, Tomás González y los empresarios Hernán Briones y Juan Pablo Swett.

Al cierre de esta edición se realizaría la audiencia de revisión de medidas cautelares de la madre de Chang, Verónica Rajii, quien se encuentra en prisión preventiva internada en el hospital penitenciario dado su estado de salud.

¿4 procuradores comunes?

Antes de las 11 de esta mañana, permanecían en el Cuarto Juzgado de Garantía de Santiago, conversando con los jueces, los abogados querellantes Miguel Chávez, Catherine Lathrop, Rafael Gómez y Eduardo Picand, a fin para proponer asumir los cuatro como procuradores comunes para representar a todas las víctimas.

La figura de procurador común ha surgido sólo en las causas donde hay gran cantidad de víctimas para economizar tiempo en las audiencias.

Procuradores comunes ya han sido nombrados en los casos AC Inversions, del que quedó a cargo el ex fiscal nacional Sabas Chahuán, e IM Forex, en el que hace dos días se designó al abogado Rodrigo Ríos Álvarez.

Los candidatos

Catherine Lathrop, quien representa a 30 víctimas de Arcano por un monto de US$ 7.3 millones. Es abogada además del ex gerente de Penta, Hugo Bravo.

Miguel Cháves, penalista: representa a ocho víctimas por alrededor de $300 millones. Ha estado en los casos MOP-Gate, Registro Civil y La Polar.

Eduardo Picand: ex director de la Unidad de Extradiciones de la Fiscalía Nacional.

Rafael Gómez, especialista en juicios arbitrales, civiles y comerciales. Representa a 100 víctimas por un monto de US$ 14 millones. Defendió al contraalmirante (R) Juan Patricio Basili y al capitán (R) Juan Tapia en el caso Fragatas; y patrocinó la demanda contra el Estado en el caso de accidente del Puente Maipo.

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Para Pablo Neruda, la mansión de la embajada chilena en Francia era "un mausoleo".

Agotado quizás por los síntomas cada vez más presentes del cáncer a la próstata, la flebitis o la gota que lo aquejaba, el premio Nobel poco pudo apreciar la elegancia de la legación que lideró entre 1971 y 1973, y que hoy está en el centro de la polémica por la renuncia (ayer) del embajador, Patricio Hales, luego que el Ministerio de Relaciones Exteriores iniciara una investigación por presunto acoso sexual y laboral.

Porque prestancia le sobra a ese edificio de tres pisos construido en 1907 y adquirido por el Estado chileno a finales de los 20. Está ubicado en la avenida Motte-Picquet del distrito VII de París, uno de los barrios más exclusivos de la capital francesa, frente al museo de «Les Invalides» —donde está enterrado Napoleón—, y a 10 cuadras de la Torre Eiffel.

Adentro, el lujo continúa: el comedor de la mansión, por ejemplo, tiene muros de madera esculpida en el siglo XVIII, mientras que el salón de recepción da la bienvenida con un piano de cola. Las habitaciones también son gigantes. Según cuenta Jorge Edwards —embajador ahí entre 2010 y 2014— en su libro «Adiós, Poeta...», Neruda solía bromear que en su dormitorio del segundo piso de la mansión "habría podido alojar a un caballero de la época de las cruzadas con su caballo".

En una entrevista cuando era embajador, Edwards dijo que su permanencia en el edificio lo hacía "un esclavo del lujo".

Reventa de entradas

Según explica un diplomático —que prefiere el anonimato—, la legación de París "es una destinación política asignada al Partido Socialista". Esto, por los contactos que durante el exilio se forjaron con el PS galo en el gobierno de François Mitterrand (1981-1995).

En ese contexto, París funciona bajo la misma lógica que la embajada en Berlín, donde siempre es nombrado un DC por las relaciones que mantiene ese partido con la CDU alemana desde los 70.

Es, por cierto, uno de los destinos más apetecidos de la diplomacia chilena y también un quebradero de cabeza para más de un embajador.

Por ejemplo, en 1998, el entonces embajador (de carrera) Fabio Vio tuvo que ordenar una investigación sumaria debido a que un funcionario administrativo fue acusado de reventa de entradas para los partidos de Chile en el Mundial de Francia. Si bien la investigación terminó sin culpables, se pudo comprobar que hubo dos entradas, vendidas por US$ 200, que no se habían entregado a su comprador.

Schilling v/s Bodenhofer

Sin embargo, quien más se vio envuelto en polémicas fue el hoy diputado PS Marcelo Schilling, embajador en Francia entre 2000 y 2004.

A cuatro días de haber llegado, un artículo del diario de izquierda Libération criticaba su paso como director del Consejo de Seguridad Pública, más conocida como «La Oficina», concebido durante el Gobierno de Patricio Aylwin para desarticular a los movimientos subversivos.

El peor momento, sin embargo, vino en julio de 2002, cuando el entonces agregado cultural, el conocido actor Bastián Bodenhofer, renunció a su cargo. En un informe sobre su gestión, Bodenhofer acusó a la esposa del embajador, Loreto Morras, de reducir un ciclo de conferencias que Alejandro Jodorowski iba a realizar en la embajada.

"En una reunión ella lo interrogó acerca de la temática, estilo y forma de sus conferencias, y determinó que él no contribuía al respaldo del patrimonio, facultad que ella misma se atribuyó por vías de hecho", señalaba Bodenhofer en un documento que Schilling desmintió de inmediato.

Otro hecho que generó comentarios, de acuerdo a un artículo aparecido (también en 2002) en la revista «El Periodista» fue un cuadro con la imagen de la esposa de Schilling instalado en uno de los salones de la embajada, donde aparecía una mujer con una "larga y exótica cabellera, ojos claros, y tapada con una tela de seda que deja traslucir parte de su humanidad".

Los llamados a las 4 AM

Jueves 16 de junio. Marcelo Schilling se está bajando de su auto para entrar a una actividad en Villa Alemana, y se acaba de enterar de la renuncia de Patricio Hales. Si bien está apurado, accede a recordar parte de su gestión en París.

—¿Cómo cree que fue su gestión frente a la embajada?

—Bueno, yo fui a un propósito bien específico, que fue levantar el veto de Francia sobre el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Chile, y con éxito fue logrado. El acuerdo fue suscrito, así que mi gestión me parece bien.

—¿Qué fue lo más difícil que le tocó enfrentar?

—Lo más difícil fue cuando el Presidente Ricardo Lagos me llamaba para preguntarme qué es lo que iba a hacer el Presidente francés, Jacques Chirac, con respecto al veto. Y bueno, yo no era amigo de Chirac, lo conocía, tenía fotos con él, pero sólo relaciones formales. Así que contestarle al Presidente Lagos con certezas a las cuatro de la mañana acá, que debieron haber sido las 10 de la noche en Chile, era bastante difícil.

—Su gestión tuvo sus polémicas, lo criticaron porque no es diplomático de carrera, y tuvo un entrevero con Bastián Bodenhofer.

—Llame a un señor de apellido Bodenhofer, pregúntele a él. Si hubo críticas, no me di cuenta. Además, soy medio leso, así que no es raro que no perciba envidias ni pelambres, ni cosas así.

Pero las críticas en torno a la designación de embajadores "políticos" y que la legación funciona como "pagadora de favores" ha sido constante después de la gestión de Schilling. Así lo tuvieron que soportar el médico Hernán Sandoval (embajador entre 2004 y 2006, encargado de la puesta en marcha del Plan «Auge» e íntimo amigo de Ricardo Lagos), la abogada Pilar Armanet (2006-2009) y el escritor Jorge Edwards.

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