María de los Angeles Lasso:

"La Plaza Ñuñoa no la cambio

por nada"

En su casa en Horcón tiene al mar de escenografía y en su casa de Santiago tiene la Plaza de Ñuñoa. "No la cambio por nada, me quedo con sus viejos árboles llenos de loritos que vuelan gritando como si estuvieran en plena selva", sonríe. "Ñuñoa es de los últimos lugares de Santiago que conservan su espíritu de barrio, es amable y republicano. Todo el entorno de su plaza es encantador y familiar", comenta mientras se toma un helado de chocolate en el Filippo (Irarrázaval 3502), uno de sus cafés preferidos por estos lados.

Angeles, oriunda de Viña del Mar, pasaba en su infancia largas temporadas en la casa de sus abuelos en Ñuñoa.

Es de la generación en que todo pasaba en el Parque Forestal, ahí se reunían en numerosos grupos en torno a la música y el arte. "Me cautiva el barrio Lastarria, donde todavía se encuentra mucha magia oculta entre sus rincones. El Parque Forestal y el Palacio de Bellas Artes tienen mucha mística, porque encierran la mejor parte de la historia urbana", afirma.

A la hora de sentarse a la mesa vuelve a su barrio y se va al bar The Clinic (Jorge Washington 58). También al frente de este bar está el restaurante Como en Lima (Manuel de Salas 71) con su "deliciosa" comida peruana. Para reunirse con los amigos, al calor de un buen vino o una cerveza, va directo a El Dante (Jorge Washington 10). Y también la atrapa el restaurante Don Pepe (Irarrázaval 3498), con su infalible menú del día.

Y agrega: "No puedo olvidar al decano de los restaurantes de la Plaza Ñuñoa: Las Lanzas (Humberto Trucco 25), donde hace más de diecisiete años como la mejor cazuela de ave. Don Manuel y su familia han alimentado a los artistas del barrio por décadas".

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Pedro Engel:

"Santiago

es una ciudad maravillosa"

Su oficina, muy desordenada, como él la describe, tiene una bella vista al parque de su casa donde los picaflores, los loros, las tortolitas y los pájaros carpinteros se asoman y cantan mientras Pedro teclea los horóscopos. Vive hace 60 años en el mismo lugar, en La Reina. "Es un pequeño paraíso en Santiago. Cuando llegué, las calles estaban sin pavimentar y había muy pocas casas, ahora está muy poblado. Nuestra parcela era un pequeño fundo con caballos, plantaciones de frutas y verduras", recuerda.

Su lugar favorito es su casa, por su enorme cantidad de áreas verdes, pero igualmente "ama" el Parque Forestal, más en otoño porque le recuerda su infancia y la casa de su abuela. Además, destaca el Parque Japonés del Cerro San Cristóbal, "un lugar tranquilo sin bocinas ni ruidos y con pajaritos".

En restaurantes, su favorito es el Santo Remedio (Román Díaz 152). "Porque es de mi hijo y porque está ubicado en unas casas antiguas que eran de mi papá". En este local su plato es la tarta de verdura o una "exquisita" carne jugosa a la pimienta con curry.

"También me encanta el restaurante Ana María (Club Hípico 476), porque son mis amigos y se come delicioso, es un lugar sencillo y cálido. Y El Huerto (Orrego Luco 054), porque trabaje ahí de mozo cuando tenía 29 años y estaba recién viudo", afirma.

Hablando de sus picadas, la suya es el clásico Don Peyo (Lo Encalada 465), quien fuera su gran amigo en sus épocas de universidad. También, le gusta el San Remo (José Miguel Claro 2220) "con los mejores arrollados del país".

Una de los verbos que, sin duda, más usa para hablar de Santiago es "amar". "Amo Santiago entero, cualquier lugar es bello para sentarse y ver pasar las nubes o los pajaritos".

Y concluye: "Santiago es una ciudad maravillosa, única y bella con gente muy estresada".

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Paula González

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La tarotista creció en Ñuñoa, en la calle Ortúzar con Echeñique. Le encanta la vida que envuelve a esta comuna los fines de semana. "Se puede ir a la Plaza Pucará a pasear con los niños, sacar a las mascotas o salir a andar en bicicleta". Otro de los rincones que le quitan el sueño es el Parque Forestal. "Tiene una mística increíble, es realmente precioso, especialmente cerca del Museo de Bellas Artes". También la seduce el cerro Santa Lucía y el San Cristóbal. Cuando sale a comer afuera, la gastronomía italiana y la peruana están en el top de su escala culinaria. Su local italiano, a ojos cerrados, es el Scuadritto (Rosal 332). En delicias peruanas se queda con El Ají Seco (Agustinas 1515, local 6). Su oficina, con espejos de Feng Shui, imágenes cristianas y de Buda, está en el centro de Santiago. "Hay que aprender a conocer el centro, es detenerse, mirar hacia arriba y ver la arquitectura de sus grandes edificios antiguos, son increíbles. Encuentro de todo; me entretengo en cada cuadra", cuenta.

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