Prefieren calificarse como "la agencia más perdedora en términos de clientes". En su sitio web resaltan que son inadaptados, que no creen en tendencias, que no son divos del arte y que no les interesan las entrevistas.

Es la agencia Divan, que tiene su casa matriz en Nueva York, encargada de la polémica campaña de WOM y ahora de FDV, una marca de equipamiento de cocina que tiene como eslogan: "Si tu marido ya no es el de antes, enamórate de tu cocina".

"Creemos en la publicidad que provoca cosas", dice Javier Bonifaz, quien es el director creativo en Chile.

—¿Qué les interesa mostrar bajo ese concepto de inadaptados?

—Nos cargan las agencias de publicidad y no queremos romper ningún molde. El mundo de la publicidad está lleno de egos, de premios falsos, de mucho pitutismo. No nos interesa ganar premios publicitarios porque es una industria que está dañada. Hay agencias que hacen avisos "truchos" o campañas publicitarias que nunca salen y que participan en concursos de creatividad, buscando premios y diciendo "somos los mejores". Eso es lo que no tenemos que hacer como publicistas. Para nosotros el premio es, en el caso de WOM, que hace 10 meses consecutivos es la compañía con más portadas de Chile.

—¿Toman nota de las críticas a sus campañas?

—Nos importa la retroalimentación, es la publicidad en la que creemos.

Provocar es el juego

—Campañas como las de WOM y FDV tienen una clara connotación sexista.

—La campaña de FDV debió agarrar más vuelo. Una de las críticas que aparecieron, que me pareció genial, fue esa. Entonces yo dije: claro que es sexista, es un nicho que acepta el machismo de una manera distinta. Hoy día una persona que tiene recursos para hacer una cocina de ese nivel, con una casa de la puta madre, son minas que llevan casadas mucho tiempo, pero el tema es más profundo que eso del sexismo, hay una definición más abierta. Es provocar y dejar de ser invisible. A la gente le dan susto los estereotipos. Lo más importante es que la publicidad deja de ser un monólogo y pasa a ser un diálogo. La marca no es lo importante, sino lo que crea la marca, eso lo hace memorable.

—¿Sientes que lo están haciendo bien?

—Con WOM, gastamos un tercio de lo que gastó la competencia. Lo que me gustaría que pasara en Chile es que Entel, Claro y Movistar me llamaran por teléfono y me dijeran: "Lo estás haciendo tan bien, que me gustaría que me ayudaras". Eso es una metáfora divertida, porque no estoy esperando que me llamen. El punto es que no se valora lo inteligente porque esto es estratégico, nada se hizo al tin tin.

—Los acusaron de machistas y el caso WOM llegó al Consejo de Autorregulación y Ética Publicitaria.

—El mensaje implícito se encuentra cargado de connotación sexual, sustentada en una cosificación de la mujer. Una de las cosas que tienen que hacer las feministas, o feminazis, es valorar que pusimos el tema en el tapete. Ellas tienen una palestra donde pueden discutir, levantar su bandera de lucha y que la gente decida. Me parece fantástico. Sin esa crítica, nadie sabía que existía. Esto no es tener un pie a favor o en contra, sino que simplemente conversar sobre un tema que es importante como el feminismo.

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