La doctora en Biología Paulina Urriola (28) aún conserva sobre el escritorio de su casa el pequeño miscroscopio de juguete que le trajo de regalo el Viejito Pascuero, cuando tenía 8 años. "Siempre fui muy curiosa y para una Navidad pedí un microscopio que funcionaba, allí ponía hormigas, gusanos y los miraba a través de la lupa".

Así comenzó a nacer su amor por la investigación y el conocimiento, el que fue creciendo a través de los años y, ya en la enseñanza media, en el colegio particular subvencionado Santa María de la Cordillera, en Puente Alto, eligió profundizar en los ramos de Matemáticas, Biología y Física, los que le apasionaban. Siempre fue una alumna destacada, estaba entre los primeros lugares. "De mi generación, todos entramos a la universidad", enfatiza.

Una vez que tuvo en las manos el puntaje de la PSU, se matriculó, en 2006, en licenciatura en Biología, en la Universidad Católica, se convirtió así en la primera de su familia en entrar a estudiar una carrera universitaria y terminó el pregrado como la mejor alumna de su generación. En 2011 se matriculó en el doctorado en Ciencias Biológicas en la misma universidad. Y en noviembre de 2015 comenzó su posdoctorado en la U. Católica de Valparaíso, gracias a una beca de Fondecyt.

"Lo que más me motiva es que uno siempre está en la frontera del conocimiento, lo que yo estoy investigando ahora nadie más lo sabe y cuando yo termine de hacer mis experimentos, voy a ser la primera en saberlo, es algo súper egoísta, pero es la verdad, hasta que yo no lo haga público nadie más lo sabe", explica.

Paulina estuvo hace unas semanas protestando, junto a un grupo de científicos, porque no se les pagaba el sueldo. Ella comenzó su posdoctorado en noviembre y recién en abril le pagaron lo adeudado.

"Estuvimos cinco meses sin sueldo, así no hay casa que aguante. Es complicado, es un sacrificio. Yo no sé si tú aguantarías cinco meses sin sueldo. Pero uno es tanto lo que le gusta (la investigación), que uno de repente es tonto y aguanta que te pasen a llevar. Mis papás han visto todo este sacrificio y me dicen en broma: ‘Deberías haber estudiado Medicina, porque eres tan cabezona'. Pero no era mi vocación, habría sido una mala médico".

Premio

Esta joven científica recibió el año pasado el premio "L'Oreal Unesco For Women in Science", el que entrega una ayuda económica para apoyar su investigación.

"Me llamaron para decirme que estaba entre las cinco finalistas, para mí eso ya era un premio. Luego me hicieron una entrevista, pero el día anterior defendí mi tesis doctoral. Salí de la entrevista y al otro día me avisaron que era la ganadora… lloré, llamé a mi mamá que también lloró. Para mí el premio es una felicidad enorme de ser reconocida entre todas las personas de todo Chile que postularon. Soy súper joven y mi carrera está recién partiendo, me sirve mucho para el currículum, me motiva, me da un desafío muy grande de ser reconocida con mi investigación".

Y gracias al premio pudo costear durante estos meses sin sueldo la compra de los reactivos para sus experimentos.

—¿Qué es lo más difícil de ser científico en Chile?

—Lo más difícil, independiente de si eres hombre o mujer, es lo poco que se valora la ciencia acá. En Chile, aunque digan lo contrario, la ciencia no se valora, los recursos que entregan son un chiste, uno hace maravillas con el poco dinero, porque la investigación que se hace en Chile es a nivel internacional. Nuestro trabajo en ciencias es de élite, nos comparamos con países como Estados Unidos, Alemania, nuestros trabajos son publicables en revistas internacionales, competimos con todos los países. Logramos hacer muy buen trabajo con muy poco, ese reconocimiento es el que falta, porque la ciencia y la tecnología son importantes para el desarrollo del país.

El futuro

"Terminando el posdoctorado tengo que postular a los Fondecyt, que duran cuatro años como máximo y uno vive toda la vida postulando, pero tengo que estar contratada, por ejemplo, en una universidad, porque esos proyectos te dan el dinero para la investigación, pero no te pagan un sueldo.

—¿Cuál sería la solución ante la falta de perspectivas de los científicos acá?

—Lo primero es crear el ministerio de Ciencias y Tecnologías, porque en estos momentos Conicyt pertenece al Ministerio de Educación y el ministerio está pendiente de otra cosa, somos lo último en prioridad.

—Así las cosas, ¿recomiendas a los jóvenes que sigan tus pasos?

—Yo cuento todo lo bueno y todo lo malo, pero si te gusta de verdad, vas a hacerlo y lo vas a hacer con tal pasión, que el resto no te va a importar.

En su ex colegio

Exitoso proyecto de taller de ciencias

Con mucho entusiasmo, pero poca fe en la masividad, Paulina presentó un proyecto en su ex colegio en Puente Alto, para desarrollar los días sábados en la mañana un taller de ciencias, enfocado en jóvenes desde séptimo básico a cuarto medio. El día de inicio de la actividad, la sorpresa fue máxima cuando le informaron que 83 estudiantes se habían inscrito para participar.

"El primer día del taller llegaron 63 alumnos, no cabían en la sala de clases, estaban muchos sentados en las mesas. El segundo día, con lluvia y frío, llegaron nuevamente los 60 y eso que las primeras clases son teóricas, todavía no hemos hecho experimentos y los cabros están súper entusiasmados", señala feliz.

Su investigación

Infertilidad masculina

"El posdoctorado es la continuación de mi tesis doctoral y está centrado en estudiar cómo los compuestos de los plásticos están perjudicando la espermatogénesis, que es el proceso de creación de espermatozoides a partir de células germinales. Estudio dos contaminantes específicos que se encuentran en todos los plásticos, pinturas, pesticidas, y veo cómo es el mecanismo por el cual estos compuestos inducen a la muerte de estas células germinales que dan origen a los espermios. Nuestra hipótesis es que como nosotros estamos expuestos diariamente a estos compuestos, puede ser esa una de las causantes de la disminución de la fertilidad en el hombre. En mi tesis yo me centré en estudiar si esta proteína ADAM, en específico, participaba o no en esta muerte inducida por los plásticos. Y descubrimos que sí, que esta era esencial. A futuro, ¿cuál sería la aplicación?, si ya conocemos la proteína y este mecanismo, podríamos utilizarlo para generar algún fármaco, ya sea para ayudar a las personas que son infértiles o como un anticonceptivo masculino, porque podríamos regular la producción de espermatozoides".

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