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Puede resultar bastante confuso presenciar una batalla de jiujitsu brasileño. Y es que en la sala de una academia en Vitacura (Lo Beltrán 1909) nos cuesta saber quiénes son los dos hombres que están enlazados luchando en el suelo; están enrollados en una verdadera trenza humana. Luego de unos minutos logramos ver al actor Remigio Remedy, quien está luchando intensamente y que tiene sobre él a un rival que batalla con igual coraje. La dupla está enfrascada en una lucha y no se da por vencida. La prioridad: proteger al compañero de práctica.

"Los que realizamos esta disciplina oriental forjamos una unión especial, porque el cuerpo está a merced del compañero. Si él aprieta la llave más de lo debido te provocará daño, y al tener un especial cuidado se forma una gran amistad. Quien realiza artes marciales seriamente jamás querrá pelear con otros. Esta disciplina es una expresión física, mental y espiritual profunda", asegura el actor, quien practica artes marciales desde los diez años.

El ajedrez del cuerpo

El jiujitsu brasileño es un tipo de arte marcial que tiene como meta principal someter al rival. Aquí no hay patadas ni golpes voluntarios, está basado sólo en llaves, derribos, estrangulamientos, sumisiones y casi la totalidad de sus movimientos se practican en el suelo. Una disciplina que se hizo conocida mundialmente por la familia brasileña Gracie en la década de los noventa. Ellos perfeccionaron el tradicional jiujitsu japonés y lo centraron en la lucha sobre el piso, creando un deporte con identidad propia, brasileño.

Junto a Remigio Remedy está Humberto Norambuena, maestro del actor y una eminencia en artes marciales con innumerables trofeos a nivel internacional. "Al jiujitsu se le conoce como el "arte de la suavidad" y su principal característica es la técnica y no la fuerza", es lo primero que aclara este maestro.

Y prosigue: "Su práctica permite dominar al rival mediante técnicas específicas que lo obligan a someterse. Está basado en movimientos coordinados donde se utilizan palancas y bloqueos de respiración, sin hacer daño al compañero, sólo se trata de detenerlo".

Remigio añade que este arte brasileño está basado en pura técnica. "Alguien más pequeño puede someter a una persona con el doble de su tamaño. Es el arte de la suavidad, que tiene una relación directa con la mente, tienes que calmarte, pensar mucho y respirar, por eso le dicen el ajedrez del cuerpo. Debes vencer tu ego y no apasionarte por ganar, porque eso te hace perder muchas veces", aconseja.

Este deporte fue traído a Chile en 1997 por el luchador Cristián "Gorila" Martínez, quien falleció el año 2009. Hoy se calcula que tres mil hombres y mujeres lo practican y que cerca de 100 clubes federados lo imparten en todo el país. Un número que según Humberto Norambuena se ha incrementado en los últimos cinco años. "Al principio fue complicado difundirlo en Chile, pues es un arte muy técnico y la gente no lo entendía. Hoy, gracias a eventos deportivos y al hacerse popular mediante los programas de televisión e internet, se nos ha hecho mucho más fácil explicarlo".

Dominar sin peligro

Para quienes temen a la palabra "estrangulación", una de las cosas que se debe saber del jiujitsu brasileño es que no es habitual que un estrangulamiento llegue hasta los umbrales del sueño. "Ante una situación de impotencia o peligro el dominado siempre puede pedir rendirse, y el adversario debe soltarlo", asegura Norambuena.

Y añade: "El peligro no está en la técnica en sí, sino en quien la ejecuta. Interrumpir el paso del oxígeno al cerebro provocando un desmayo, si se realiza correctamente, es un excelente método de defensa personal. Esto se debe a que una vez producido el desmayo, la persona despierta a los pocos segundos un poco desorientada, pero sin ningún daño físico ni cerebral".

Y si bien este deporte bien aplicado no conlleva riesgos, una falta importante es lesionar gravemente al oponente. "Existen técnicas que están deportivamente prohibidas, como por ejemplo atacar la articulación del tobillo y rodilla con una llave conocida como calcanhar (en portugués) o llave de talón".

Para practicar este arte de origen oriental no se necesita ninguna condición especial. Es enseñado a niños desde los 4 años, hasta adultos sobre los 60, hay categorías para todas estas edades. "Hoy se está trabajando con minusválidos y personas con problemas mentales. También se ha comenzado a popularizar entre las mujeres, pues es un excelente método de defensa personal que no requiere fuerza y además su implementación es barata", dice el maestro.

Remigio Remedy ha terminado una "liberadora" jornada de entrenamiento y nos cuenta que con el jiujitsu está en paz. "Estoy libre y relajado, me siento muy bien a mis 51 años. Tengo un cuerpo con cualidades juveniles y actoralmente el jiujitsu siempre está conmigo; veo a este arte como parte fundamental de mi vida", concluye tras la dura batalla que dio esta tarde de otoño.

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